Ciertamente, la situación extraordinaria en la que vivimos nos trae incoherencias involuntarias o provocadas.
Un día el presidente del Gobierno nos dice que ya no nos percibe como un gasto superfluo y, otro, la ministra de Defensa nos agradece la entrega y el esfuerzo.
Un día el Gobierno dice que la situación era impredecible y, otro, se descubre que el Ministerio de Defensa pidió numeroso material médico a la OTAN el 9 de marzo, 5 días antes del Real Decreto por el que se declaró el estado de alarma.
Circular Subsecretario de Defensa
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El lector ha leído bien, es la gran estafa, y los estafados, una vez más, son los suboficiales de las Fuerzas Armadas. Ahora a cuenta de las segundas especialidades para el personal militar. La Ley 39/2007, de 19 de noviembre, de la carrera militar1, establece que a partir de determinados empleos los militares “reorientarán su perfil profesional para el cumplimiento de tareas en distintos campos de actividad”. Se supone que con la idea de un mayor aprovechamiento de la experiencia conseguida tras los primeros empleos, contando con una mayor edad en el personal, dándoles mayor formación y, se supone, convirtiendo la carrera militar en algo más atractivo para el personal a la vez que beneficioso para la institución.
Desde el 2007 han pasado trece años y el asunto de las especialidades del segundo tramo de la carrera militar sigue sin desarrollarse. En la actualidad está a punto de ser informado por el Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas un proyecto de Real Decreto sobre segundas especialidades, que resulta ser como una carcasa completamente vacía, realizado de espaldas a las asociaciones profesionales y sin tener muy claro para qué quieren las Fuerzas Armadas estas segundas especialidades. Simultáneamente, el Ejército de Tierra ha publicado en el BOD una convocatoria de cursos de Técnico Especialista Militar para algunos de los sargentos 1º que han terminado el curso de ascenso a brigada. No habrá para todos. Ya tenemos uno de los problemas.
MINISTERIO DE LA PRESIDENCIA
El Consejo de Ministros ha comunicado una serie de medidas de contención extraordinarias para frenar la propagación del Coronavirus COVID-19 que incluyen, entre otras, el cierre de centros educativos y de atención a mayores.
Pero en dicho marco se hace imprescindible adoptar otra serie de medidas que aúnen la protección de la salud en los centros de trabajo dependientes de la Administración General del Estado con la adecuada prestación de los servicios públicos.
Disculpen las molestias pero este acto ha sido anulado.
El miércoles 11 de marzo a las 18:00 tendrá lugar en el CESEDEN la presentación del libro de Jerónimo Naranjo titulado Los Suboficiales de la Armada: contra viento y marea (1940-1999). Aplicando el mismo rigor y la misma metodología con la que anteriormente había abordado la historia de los suboficiales del Ejército de Tierra y del Ejército del Aire, el doctor Naranjo nos ofrece la vida y los esfuerzos de sus homólogos del mar, dando por cerrado de forma brillante el ciclo investigador que el autor se había planteado.
Por fin todas las especialidades de la categoría militar intermedia tienen acceso de forma fácil a los orígenes de su escala, pueden aprender de dónde vienen y esto les facilita saber a dónde van. No podemos más que agradecer el trabajo, la dedicación y el esfuerzo del autor. Bravo Zulu.
ASFASPRO lamenta la pérdida del Comandante Eduardo Fermín Garvalena Crespo el pasado 27 de febrero.
En seis meses se han producido tres accidentes mortales aéreos en la Academia General del Aire, porque hay que recordar que el 26 de agosto nos dejó el Comandante Francisco Marín Núñez y el 18 de septiembre el Comandante Daniel Melero Ordóñez y la Alférez Alumna Rosa Almirón Otero.
Cuatro militares que fallecieron en el cumplimiento de su misión, de su trabajo. Esta labor profesional conlleva muchos riesgos impagados que, por desgracia, algunos tratan de quitar importancia asumiendo con toda normalidad los muertos.
No es nuevo que desde diferentes asociaciones y colectivos acogidos a la Mutualidad de Funcionarios Civiles del Estado (MUFACE), a la Mutualidad General Judicial (MUGEJU) y al Instituto Social de las Fuerzas Armadas (ISFAS) intenten, y con razón, la eliminación del pago farmacéutico al pasar a la condición de jubilado o retirado.
El funcionario o militar paga durante toda su vida (activo y retiro) el 30% del precio de los medicamentos, a diferencia de los acogidos al Régimen General de la Seguridad Social que en activo aportan el 40%, 50% o 60% según renta, y jubilados el 10% o 60% con topes máximos mensuales según renta (cuadro nº 1).
El borrador del Real Decreto por el que se aprueba el reglamento de ingreso y promoción en las Fuerzas Armadas está terminando su trámite en el Portal de la Transparencia1.
Desde hace meses, tanto públicamente como en el Consejo de Personal, ASFASPRO viene denunciando el desastre profesional que supone para los suboficiales. Esta norma establece unos límites de edad que hacen irrisoria la posibilidad de promocionar a oficial2: sólo un 13% de los suboficiales podrá hacerlo a los Cuerpos Generales y de Infantería de Marina.