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Llega un nuevo Día de las Fuerzas Armadas con menos claros que oscuros -está siendo ya costumbre- y sin normalidad en el trato con los militares. No contamos en España con unas actitudes claras ante las cuestiones que afectan a la defensa nacional, y esto tiene su reflejo en la manera en que los diferentes gobiernos manejan el régimen del personal militar. Con mucha desgana.

Una muestra de ello es que el Día de las Fuerzas Armadas que se celebra en Sevilla el 1 de junio de 2019 constituye la primera ocasión en que un ministro de Defensa invita a asistir a este acto a las asociaciones profesionales de miembros de las Fuerzas Armadas. Es un hito, y queremos agradecer públicamente a la ministra Robles el haberlo hecho, porque lo lógico y habitual en otras instituciones es que las asociaciones profesionales estén presentes en este tipo de actos, como el Día de las Fuerzas Armadas o la Pascua Militar, en tanto que representan al personal. Igual que las asociaciones de jueces están presentes en la inauguración del año judicial, por ejemplo. Y así lo hemos hecho saber en alguna que otra ocasión.

El Ministerio de Defensa se desentiende de sus suboficiales. Este es el triste resumen de la situación soportada por la categoría militar que la Ley 39/2007, de 19 de noviembre, de la carrera militar, denomina “el eslabón fundamental para la organización militar”. Dicha ley contempla en su prólogo la necesidad de “potenciar el papel de los suboficiales”. En un justo quid pro quo esta potenciación debería venir acompañada del justo reconocimiento a la formación, a la experiencia y al desempeño profesional de los suboficiales. Nada más lejos de la realidad. Esto se traduce en que a un suboficial que ha cursado 3 años de academia se le exigen otros 5 para ser oficial, como a un civil que acaba de poner un pie en la milicia. Como si comenzara de cero.

La ley de la carrera militar fue modificada por la Ley 46/2015, que entre otras daba una nueva redacción al art. 62 en el sentido de impulsar y facilitar los procesos de promoción. Daba respuesta a una máxima de la gestión de recursos humanos. Los miembros del equipo de trabajo, el personal, son el recurso más preciado de cualquier negocio o de cualquier institución, porque de ellos depende el buen funcionamiento de la organización. Como siempre, hay una excepción que confirma la regla, y parece estar en el Ministerio de Defensa y en los Cuarteles Generales de los ejércitos.

Desde ASFASPRO venimos denunciando desde nuestra fundación, al parecer con poco éxito, las situaciones de inseguridad jurídica y arbitrariedad que estamos viviendo muchos miembros de las Fuerzas Armadas, con mucha más intensidad los suboficiales.

Como suele ser habitual, han comenzado a publicarse las sucesivas convocatorias de acceso a los distintos cuerpos y escalas de las Fuerzas Armadas1. Como vergonzoso ejemplo del sinsentido en el que se ha convertido la promoción interna en esta institución jerarquizada, disciplinada y unida, están los límites de edad que se aplican a civiles y a militares, por obra y gracia de distintas sentencias de los tribunales de justicia2 y por la inacción o falta de voluntad de los sucesivos gobiernos y responsables del Ministerio de Defensa, que no han encontrado hueco en su apretada agenda para corregir algo que sería un auténtico escándalo en cualquier otro grupo de ciudadanos.

El pasado día 23 de abril ASFASPRO y ATME organizaron una reunión de asociaciones profesionales de miembros de las Fuerzas Armadas con representantes de los grupos parlamentarios para que expusieran su programa electoral.

A la misma asistieron Dª Zaida Cantera de Castro del Grupo Parlamentario Socialista, D. Miguel Ángel Gutiérrez Vivas del Grupo Parlamentario Ciudadanos y D. José Julio Rodríguez Fernández representando al Grupo Parlamentario Confederal de Unidos Podemos (hoy Unidas-Podemos) así como las asociaciones profesionales APROFAS, UMT y AMTM, además de las organizadoras. El encuentro estuvo moderado por D. Emilio Andreu, periodista de Radio Nacional de España premiado con la Distinción Especial en los 56º Premios Ejército por su colaboración en la difusión de la cultura de Defensa.

El subteniente Juan José Calero ya forma parte de la historia de las Fuerzas Armadas españolas. El pasado 27 de marzo se convertía en el primer militar en ser premiado en los Premios Generacción, que otorgan cada año Deloitte, COTEC y la Real Academia de Ingeniería.

La séptima edición, celebrada en el espacio de innovación Greenhouse de Deloitte, ha reconocido el valor y el trabajo de siete iniciativas seleccionadas entre más de medio centenar de candidaturas.

 

El próximo jueves, 11 de abril, tendrá lugar en el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (CESEDEN) la presentación del nuevo libro del Teniente del Ejército de Tierra (Res.) D. Jerónimo F. Naranjo García“Los Suboficiales del Ejército del Aire”. Con los pies en la Tierra y la mirada en el Cielo (1939-1999).

El autor, miembro de la II Promoción de la AGBS, licenciado en Historia y doctor en Paz y Seguridad, D. Jerónimo F. Naranjo García, fue el ganador de la tercera edición del Premio “In Memoriam Mª Manuela (Mané) González-Quirós" y el año pasado presentó en el CESEDEN “Los Suboficiales del Ejército de Tierra: La memoria de los olvidados 1931-1999”. 

 

ACTO: Jueves, 11 de abril, en el CESEDEN ( Paseo de la Castellana, 61, Madrid) a las 18:00 horas. 

Recientemente, se han publicado dos órdenes ministeriales:

  • Orden Ministerial 13/2019, de 28 de marzo, que modifica la Orden Ministerial 17/2009, de 24 de abril, por la que se establece el procedimiento y las normas objetivas de valoración de aplicación en los procesos de evaluación del personal militar profesional.

DESPRECIO ABSOLUTO HACIA LA PROFESIÓN MILITAR

Quince meses después del inicio del estudio de la dignificación de las retribuciones del personal de las Fuerzas Armadas, seguimos en la casilla de salida. Y no se ve el final del túnel. El pleno extraordinario del COPERFAS sobre retribuciones para lo único que ha servido ha sido para que el Ministerio dé la razón a las asociaciones sobre la gravedad de la situación de las retribuciones del personal militar de las Fuerzas Armadas, que es insostenible y que necesita con urgencia de un incremento.

A pesar de que ASFASPRO viene exponiendo el grave problema retributivo desde antes que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado iniciasen sus reclamaciones, parece que la Administración pretende asegurar la efectividad de las Fuerzas Armadas, menoscabando los derechos del militar.

Con carácter general la finalidad de un premio es recompensar un esfuerzo, un mérito destacado; en otras ocasiones se trata de visibilizar problemas, de llamar la atención sobre algo o de constituir un estímulo positivo para los miembros de un colectivo. El Premio “Soldado Idoia Rodríguez”, instituido por el Ministerio de Defensa, responde a todas estas finalidades. La mujer lleva relativamente poco tiempo como miembro de las Fuerzas Armadas, y en estos 30 años se ha ido labrando un puesto en merecida igualdad con el hombre, aunque el porcentaje de féminas, excepto en especialidades muy concretas, siga siendo todavía bajo.

Hasta aquí el discurso compartido con el ministerio, ahora vamos a focalizar la lupa en las mujeres militares premiadas en esta convocatoria, y en concreto en una de ellas.

Cuando todavía resuenan los ecos de la entrega y profesionalidad demostrada por los militares de la Brigada Galicia VII durante el ataque al centro de adiestramiento de Kuolikuoro en Malí, y de su aprovechamiento mediático por parte del Ministerio de Defensa, entramos en periodo electoral y su correspondiente mercadeo… Sin embargo, no hay dinero para los militares.

El gobierno actual, de igual manera que el anterior, prosigue con la equiparación salarial de policías y guardias civiles con los miembros de las policías autonómicas, agrandando todavía más la brecha retributiva con los componentes de las Fuerzas Armadas, y aprobando, además, medidas de mejoras retributivas y profesionales para otros colectivos, como la anunciada el viernes pasado para el personal laboral de la Administración General del Estado.