Disculpen las molestias pero este acto ha sido anulado.
El miércoles 11 de marzo a las 18:00 tendrá lugar en el CESEDEN la presentación del libro de Jerónimo Naranjo titulado Los Suboficiales de la Armada: contra viento y marea (1940-1999). Aplicando el mismo rigor y la misma metodología con la que anteriormente había abordado la historia de los suboficiales del Ejército de Tierra y del Ejército del Aire, el doctor Naranjo nos ofrece la vida y los esfuerzos de sus homólogos del mar, dando por cerrado de forma brillante el ciclo investigador que el autor se había planteado.
Por fin todas las especialidades de la categoría militar intermedia tienen acceso de forma fácil a los orígenes de su escala, pueden aprender de dónde vienen y esto les facilita saber a dónde van. No podemos más que agradecer el trabajo, la dedicación y el esfuerzo del autor. Bravo Zulu.
ASFASPRO lamenta la pérdida del Comandante Eduardo Fermín Garvalena Crespo el pasado 27 de febrero.
En seis meses se han producido tres accidentes mortales aéreos en la Academia General del Aire, porque hay que recordar que el 26 de agosto nos dejó el Comandante Francisco Marín Núñez y el 18 de septiembre el Comandante Daniel Melero Ordóñez y la Alférez Alumna Rosa Almirón Otero.
Cuatro militares que fallecieron en el cumplimiento de su misión, de su trabajo. Esta labor profesional conlleva muchos riesgos impagados que, por desgracia, algunos tratan de quitar importancia asumiendo con toda normalidad los muertos.
No es nuevo que desde diferentes asociaciones y colectivos acogidos a la Mutualidad de Funcionarios Civiles del Estado (MUFACE), a la Mutualidad General Judicial (MUGEJU) y al Instituto Social de las Fuerzas Armadas (ISFAS) intenten, y con razón, la eliminación del pago farmacéutico al pasar a la condición de jubilado o retirado.
El funcionario o militar paga durante toda su vida (activo y retiro) el 30% del precio de los medicamentos, a diferencia de los acogidos al Régimen General de la Seguridad Social que en activo aportan el 40%, 50% o 60% según renta, y jubilados el 10% o 60% con topes máximos mensuales según renta (cuadro nº 1).
El borrador del Real Decreto por el que se aprueba el reglamento de ingreso y promoción en las Fuerzas Armadas está terminando su trámite en el Portal de la Transparencia1.
Desde hace meses, tanto públicamente como en el Consejo de Personal, ASFASPRO viene denunciando el desastre profesional que supone para los suboficiales. Esta norma establece unos límites de edad que hacen irrisoria la posibilidad de promocionar a oficial2: sólo un 13% de los suboficiales podrá hacerlo a los Cuerpos Generales y de Infantería de Marina.
Por primera vez una asociación profesional de militares participa en el patrocinio de la Carrera del Ebro, dando normalidad a su presencia en la realización de actividades sociales que favorecen el ejercicio de la profesión, la deontología militar y la difusión de la cultura de seguridad y defensa, tal y como recoge la propia Ley de Derechos y Deberes1.
Si bien en la pasada edición no fue posible el patrocinio2, tras el compromiso adquirido por el Mando de Personal del Ejército de Tierra en el Consejo de Personal, este año se ha materializado satisfactoriamente.
No se equivoque el lector con la fecha, esto no es una carta a los Reyes Magos. Tampoco la fecha es una casualidad, el día 6 de enero es la Pascua Militar y asistiremos a largos parlamentos en el Palacio Real. Versarán sobre la Defensa Nacional y habrá grandilocuencia, además de halagos a los hombres y mujeres que formamos las Fuerzas Armadas. Lo hemos oído ya todo, y se resume en un “Que buenos que sois, y sobre todo qué baratos, que dais vuestra vida en cumplimiento de la misión a cambio de buenas palabras”.
Habrá quien interprete este escrito como descortesía, como falta de vergüenza, otros incluso creerán que detrás hay falta de espíritu militar o hasta de disciplina. Al contrario, la disciplina y el espíritu militar llevan a describir la realidad cuando ésta no gusta a los oídos, y creemos que la Defensa Nacional y los españoles se merecen una reflexión seria, serena y, por encima de todo, veraz. La triste realidad de nuestras Fuerzas Armadas en este inicio de 2020 es la demostrada incapacidad de la institución para retener el talento, a causa de la falta de una carrera motivadora, de retribuciones dignas y justas, de condiciones de vida y trabajo adecuadas a la realidad social. La respuesta lógica hubiera sido buscar las causas y procurar poner remedio, generando una carrera militar atractiva para todas las categorías militares. En su lugar, el Ministerio de Defensa se dedica a dificultar la salida de sus militares aplicando la máxima “si no quieres arroz, toma dos tazas”.
Los suboficiales tenemos una larga historia y muchas cosas que celebrar. Nos lo recuerda, a propósito de un año tan aparentemente anodino como 2019 el general Fernández Maldonado con su libro Los suboficiales y el año 2019. 19 aniversarios de lujo. No sólo ha tenido lugar el 525 aniversario de la creación del empleo de sargento en nuestros ejércitos al que el general Maldonado dedica el primer y más extenso capítulo. Como su título indica, el autor ha reducido los aniversarios a celebrar a esta cifra atípica, por razones de coincidencia temporal, y de una forma muy gráfica nos hace partícipes de otras dieciocho celebraciones, como el 515 aniversario de la primera plantilla de una unidad militar que incorpora la figura del sargento –la Guardia de Alabarderos- o los 25 años del acceso del suboficial al ejercicio de la función docente como profesor.
No podemos seguir así. Se puede decir más fuerte o más alto, pero no más claro. La política de personal de las Fuerzas Armadas necesita con urgencia un cambio de rumbo. Esto hace aguas y de seguir así vamos a chocar con el iceberg de la más absoluta desmotivación del personal, con todo lo que ello implica en operatividad y eficacia. Hace cuatro años ASFASPRO avisaba de la necesidad de cambiar el rumbo. Hoy estamos peor.
https://www.asfaspro.es/index.php/rss/item/2040-consejo-personal-fuerzas-armadas-cambiar-rumbo
El Ministerio de Defensa dedica miles de millones de euros a grandes contratos de material, pero resulta que no hay presupuesto para un simple programa de vestuario. Y, además, el panorama retributivo de una buena parte de los militares profesionales es desolador e injusto, sobre todo si tenemos en cuenta que no ha habido problema alguno para destinar estos dos últimos años cientos de millones de euros para la equiparación salarial de las FCSE. En estas circunstancias en las que el sueldo medio de un soldado es de 900 €, ni siquiera han sido capaces de encontrar menos de catorce millones para solucionar la discriminación que sufren los militares al cumplir 63 años, cuando ven disminuir por segunda vez sus retribuciones en la reserva. Cada vez es más evidente que por el personal militar no hay preocupación, dejándolo en una situación marginal y de desigualdad efectiva con el resto de servidores públicos.