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La Asociación de Suboficiales de las Fuerzas Armadas (ASFAS) ha publicado en su página web un artículo, que por considerarlo de interés, reproducimos en esta página.

En dicho artículo, ASFAS manifiesta su desacuerdo con las declaraciones realizadas por el Presidente de la Comisión de Defensa en el Congreso, D. Agustín Conde, a un medio de comunicación.

 

Que el Sr. Conde, con trayectoria política ininterrumpida desde sus veinticinco años de edad ha rozado muy tangencialmente los temas de defensa, incluyendo el diploma de Defensa Nacional que posee, lo que explica su falta de conocimiento profundo de las FAS; los puntos fuertes de la entrevista rozan la demagogia al enfatizar números y altos empleos que a la población general impresionan: “veintiséis Tenientes Generales”, “ochocientos carros de combate”, “veinticuatro aviones de transporte”.

El uso retórico de esas cifras y cargos hacen sospechar de una preparación inminente para justificar nuevos recortes en temas que nada tienen que ver con ellos, en particular los suboficiales los tememos en acción social, reducción de sueldos, eternización de la permanencia en los empleos, reubicación o disolución de unidades con cambios de destino forzosos que al Ministerio no cuestan nada, etc., etc.

El Sr. Conde, deriva la atención de los lectores con esas “macro cifras” hacia la consideración de una posiblemente sobredimensionada plantilla, lo cual es radicalmente falso, nuestros ejércitos son mucho menos fuertes que los de los países de nuestro entorno, el presupuesto asignado a Defensa es mucho más exiguo de lo que nos correspondería por cuestiones de estrategia y ridículo en comparación con todos los países occidentales.

Los militares españoles son de los peores pagados de entre los países aliados, no sólo en relación a los militares extranjeros, sino, muy especialmente cuando se comparan nóminas de funcionarios civiles vs. militares en otros países y esa proporción en el nuestro, así que no vamos a prepararnos para sufrir más miseria.

En cuanto a lo sí expresado con rotundidad por el Presidente de la Comisión, la Asociación de Suboficiales manifiesta:

Los arrestos por faltas leves son un arcaísmo que debería eliminarse por completo de cualquier ordenamiento jurídico en un estado de derecho moderno; un miembro de la administración no puede acaparar los tres poderes, tal y como están las cosas, un Mando de casi cualquier nivel puede proclamar una norma, juzgar su transgresión e imponer la pena de privación de libertad que estime oportuna sin que “el arrestado” tenga derecho a mínimas garantías procesales. Insistimos, penas de privación de libertad, que en la vida civil se reservan para delincuentes habituales y delitos de especial gravedad siempre “habeas corpus”, es decir, ante un juez.

No sabemos qué quería hacer el anterior gobierno con las Fuerzas Armadas, si una ONG o cualquier otra cosa, nosotros sólo obedecíamos, dejando nuestras vidas en el camino, sacrificando nuestra estabilidad familiar y emocional en un proyecto que cada día nos cuesta más entender viendo las contradicciones de los distintos responsables del Ministerio, sean o no del mismo partido. Esta Asociación exige coherencia, seguridad jurídica y un mínimo de incentivos morales.

La frase “no es obligatorio permanecer en el Ejército” es enigmática, tal vez el Sr. Conde pretende justificar y añadir bajo esa voluntariedad nuevos atropellos a los ya cometidos por gobiernos de cualquier signo político. Nos va a tener enfrente bajo una línea de focos que iluminen claramente nuestros gestos. “Lo pactado obliga” es lema de esta Asociación, nosotros firmamos individualmente con el gobierno, nosotros cumplimos, el gobierno no lo hace. Queremos permanecer pero bajo las condiciones pactadas, no cambiamos las reglas, el gobierno sí.

Ignoramos asimismo el sentido de esa amenaza hacia los que quieran asumir protagonismo en platós de televisión, el Sr. Conde es un profesional curtido frente a los medios de comunicación, nosotros sólo redactamos tristes notas de prensa y nos encomendamos al destino por si alguna de ellas llega a trascender al gran público.

Siempre tratamos los contenidos y aún la existencia de contactos y reuniones con la máxima reserva, el Presidente de la Comisión bien lo sabe, pero el derecho al ejercicio de la libertad de expresión no es algo que estemos dispuestos a renunciar, lo ejerceremos en la medida y forma que sea adecuado a cada caso, no le quepa ninguna duda a ninguno de nuestros responsables políticos.

El día 1 de octubre se cumplirá el  primer aniversario de la entrada en vigor de la Ley Orgánica 9/2011, de 27 de julio, de Derechos y Deberes de los miembros de las Fuerzas Armadas. La disposición final duodécima encomendaba a la Comisión de Defensa la elaboración, en un plazo máximo de seis meses desde su entrada en vigor, de un dictamen con carácter previo para proceder a la reforma del régimen transitorio de la Ley 39/2007 de la carrera militar. Por el evidente retraso y el manifiesto incumplimiento del mandato de una Ley Orgánica, miles de suboficiales están siendo gravemente perjudicados por la inacción de la Comisión de Defensa, lo que pasa por alto el señor Conde en sus declaraciones. Si ya en el año 2009 los grupos políticos con representación en la Comisión de Defensa  ya eran conscientes de la urgente necesidad de reforma de la Ley, tenían identificados los problemas y elaboradas propuestas de modificación, no entendemos el retraso en la adopción de medidas que además de corregir situaciones injustas no suponen carga económica alguna para las arcas del Estado y sí una elevada dosis de moral para los miembros de las Fuerzas Armadas, en particular para la Escala de Suboficiales.

ASOCIACIÓN DE SUBOFICIALES DE LAS FUERZAS ARMADAS

AGOSTO DE 2012

QALA-I-NAW (AFGANISTÁN), 24 Ago. (EUROPA PRESS, Laura Caldito) -

 Las tropas españolas desplegadas en la provincia de Badghis han sufrido en poco más de 24 horas cinco ataques frustrados que no han dejado heridos ni importantes daños materiales, pero que ponen de manifiesto la situación de riesgo a la que se enfrentan los militares que participan en la operación de la OTAN. Uno de los ataques tenía como objetivo el convoy en el que viajaba el jefe del contingente español, el coronel Luis Cebrián Carbonell.

Según ha explicado el jefe de la Plana Mayor del contingente, teniente coronel Vicente Torres, a un pequeño grupo de medios españoles desplazados a Afganistán, entre los que se encuentra Europa Press, la caravana en la que viajaba el coronel Cebrián se vio sorprendida por la explosión de un artefacto explosivo improvisado (IED) que no provocó daños a los militares.

El artefacto estalló cuando la columna de vehículos militares atravesaba el conflictivo cruce de Sabzak, entre la provincia de Badghis y la provincia de Herat, en la tarde de ayer. El propio coronel ha explicado a los periodistas que desde el vehículo en que viajaba no llegó a escuchar la deflagración, que se le comunicó por radio, y ha apuntado que este tipo de situaciones se viven ya con "naturalidad".

BOMBA TRAMPA Y HOSTIGAMIENTO

Este incidente no es el único que han vivido las tropas españolas en las últimas 24 horas, ya que en la jornada de este viernes se han detectado otros dos IED en las proximidades del puesto avanzado de combate en Moqur, que no han llegado a estallar, y una patrulla formada por militares de este puesto ha sufrido un hostigamiento en las proximidades de Darra i Bum (una localidad situada más al norte), que se ha prolongado durante entre dos y tres horas.

El hostigamiento a la patrulla se ha producido esta mañana, en una zona situada al norte de Moqur, cuando los militares circulaban por la Ring Road, una carretera en construcción que pretende atravesar el conflictivo valle del Murghab, la zona de Badghis con mayor actividad insurgente.

Los militares españoles se encontraban cerca de Darra-i-Bum, donde antes tenían un puesto avanzado de combate del que ya se ha hecho cargo el Ejército afgano, cuando detectaron lo que parecía ser un artefacto explosivo improvisado, que resultó ser una "trampa". Una vez detenidos, comenzó un hostigamiento al que los militares respondieron y que derivó en un enfrentamiento durante entre dos y tres horas, del que no hubo que lamentar heridos.

Además, mientras el teniente coronel Torres explicaba a los periodistas la situación de la misión y los retos que se plantean en los próximos meses, artificieros trabajaban en la desactivación de dos IEDs localizados en las proximidades de Moqur, nuevamente en la 'Ring Road'.

Hace justo una semana un convoy de militares españoles que apoyaban a los militares italianos en su repliegue se vio detenido en dos ocasiones por sendos artefactos explosivos, que estallaron, sin causar heridos, con solo unas horas y unos kilómetros de diferencia, a lo largo de la Ruta Lithium, la otra carretera que atraviesa la provincia.

El incremento de la actividad insurgente que suele producirse en los meses de verano, ya que las duras condiciones del invierno limitan los movimientos, en estos últimos días se achaca también en parte al fin del Ramadán, que suele coincidir con un mayor número de ataques.

FUEGO EN EL BAZAR

Además, a los incidentes de las últimas 24 horas se suma una intervención de urgencia realizada la pasada madrugada, después de que se solicitara ayuda al contingente español para apagar un fuego que se había declarado en el bazar de Qala-i-Naw y que fue sofocado por personal de la base Ruy González de Clavijo. "Aquí no se para", ha afirmado el coronel Cebrián.

Los habitantes de Qala-i-Naw recurren con frecuencia a la ayuda de los militares españoles, que, al margen de las actividades que desarrolla la Agencia Española de Cooperación al Desarrollo (AECID), también contribuyen a la mejora de sus condiciones a través de programas de impacto rápido, con los que también generan confianza en los afganos y se ganan su simpatía.

En el marco de estos esfuerzos se encuentra también la organización de un mercadillo todos los viernes en la base española, para el que están autorizados a vender sus productos de artesanía local --principalmente alfombras y bisutería-- entre 50 y 60 vendedores, que tienen en los militares a sus clientes.

Entre los compradores de hoy se encontraban algunos militares que volverán a España la próxima semana, principalmente del Cuerpo Médico, y que están dando el relevo a los que acaban de llegar este viernes. También podían verse uniformes italianos y estadounidenses, ya que en estos momentos se encuentran en la base española unos cien militares de estos países, de paso por la zona.

Mientras, entre los vendedores abundaban los hombres, aunque el primer puesto estaba ocupado por dos mujeres que se habían retirado el burka y ofrecían pulseras y collares a rostro descubierto, junto a dos niños pequeños con el pelo teñido de henna.

EL PEQUEÑO QUE CHAPURREA ESPAÑOL Y QUIERE SER TRADUCTOR

Entre los más jóvenes estaba también Asibala, un muchacho de 14 años que chapurrea español gracias a sus conversaciones con los militares, se queja de que no le dejan entrar en la cantina y se ha marcado como objetivo ser traductor "de grande". De momento, ya se hace entender y ha hecho de anfitrión con algunos periodistas para que se animaran a comprar. "Yo no vendedor, yo acompañante", decía.

Mientras tanto, por la zona se movían guardias civiles armados, los encargados de garantizar la protección de la base y controlar el acceso de afganos a las instalaciones militares, a los que tienen registrados con perfiles biométricos.

En la actualidad, España mantiene desplegados en Afganistán alrededor de 1.500 militares de los que unos 1.200 se encuentran en la provincia de Badghis. El trigésimo primero contingente español -ASPFOR XXI-- está formado principalmente por miembros de la Brigada Paracaidista (BRIPAC) Almogávares VI del Ejército de Tierra, que finalizarán su despliegue el próximo mes de noviembre.

22/08/2012 (ElMundo.es)

Un sargento primero de la Guardia Civil destinado en la misión de Afganistán ha presentado ante el Juzgado Togado Militar Territorial de Madrid una denuncia contra sus mandos por ordenar prácticas que supondrían la vulneración de los protocolos y medidas de seguridad fijados por la OTAN y el Ejército español.

Según han informado sus representantes legales, el sargento primero, P.L.O, miembro del CRAEX, cuerpo de elite de la Guardia Civil, ha interpuesto la denuncia penal contra los mandos responsables de los equipos desplegados por la Guardia Civil en Afganistán.

El denunciante estuvo destinado como jefe de seguridad en el contingente de asesores policiales desplegados por España bajo el paraguas de la Gendarmería Europea (EUROGENDFOR), que tiene como misión la formación de la futura Policía Afgana de Fronteras del aeropuerto de Herat.

Criterios de seguridad

Según informa el abogado Antonio Suárez Valdés, letrado de la acusación particular en el procedimiento, la denuncia afirma que los criterios de seguridad se habrían relajado y el capitán de la unidad habría supuestamente ordenado la utilización reiterada de vehículos sin el blindaje necesario para la realización de trayectos fuera de los acuartelamientos y el empleo de vehículos lince sin dotación de ametralladoras pesadas.

Asimismo habría ordenado desplazamientos sin el armamento suficiente para el transporte de personas, por zonas hostiles como la Ring Road y por áreas que no habían sido previamente limpiadas y peinadas por los equipos de seguridad, con el consiguiente riesgo para los miembros de la misión.

Según se pone de manifiesto en la denuncia, las irregularidades fueron reiteradamente avisadas por el sargento primero ante el propio oficial denunciado, quien propuso el cese en su destino en Afganistán del sargento primero, el cual ha sido finalmente repatriado a España, cuando todavía le restaban cinco meses y medio de misión en territorio afgano.

La acusación particular entiende que el capitán de la Guardia Civil Jefe de la unidad habría cometido un presunto delito de extralimitación en el ejercicio del mando, al poner en serio peligro la vida de sus hombres y otro de deslealtad al haber informado a sus superiores, de manera fraudulenta, la pérdida de confianza en su jefe de seguridad.

El 25 de agosto de 2010 un terrorista talibán asesinó a dos miembros de la Guardia Civil destacados en dicho país con la función de formar a policías y tropas afganas.

Foto (Efe)

20/08/2012 (ElConfidencialDigital)

El verano más duro para la Unidad Militar de Emergencias: 4.000 efectivos han intervenido en la extinción de 25 incendios. 13 hidroaviones desplazados a La Gomera.

A lo largo de esta temporada veraniega, la Unidad Militar de Emergencias ha intervenido ya en más de 25 incendios en todo el territorio. De esta manera, 2012 se convierte en el año en el que más efectivos de la unidad se han tenido que movilizar.

Las altas temperaturas y la falta de lluvias del invierno han hecho que este verano esté siendo el más crítico para las brigadas antiincendios españolas. Así, para la UME este verano está siendo el más crítico de su reciente historia, “aunque debemos esperar al cierre de temporada para certificarlo”, matiza un portavoz.

En todos los incendios hasta la fecha la UME ha desplegado a un total de 4.000 efectivos, según cifras oficiales de la unidad.

Según ha podido saber El Confidencial Digital, los incendios producidos en Cortés de Pallas, Andilla y Calasparras provocaron el mayor desplazamiento de efectivos de la temporada, movilizando hasta el 79% de la capacidad de la UME en la lucha contra incendios forestales.

Trabajo continúo

La UME sigue en alerta, ya que sus actividades se han visto incrementadas por la reciente ola de calor que asola la península. Hace solo una semana, la unidad participó en la extinción de ocho grandes incendios en Madrid, Sevilla, Valencia, Zaragoza y León.

En estos focos, movilizaron un total de 1.200 efectivos en sus cinco batallones desplazándose de manera escalonada durante apenas tres días.

Durante la última semana, el incendio producido en La Gomera ha sido el mayor foco de atención de la UME, trasladando hasta allí 255 efectivos y un total de 13 hidroaviones para conseguir su extinción.

21/08/2012 (ElConfidencialDigital)

Los militares españoles, como sus socios extranjeros en la misión de la OTAN en Afganistán, se encuentran actualmente en alerta ante el aumento de atentados por parte de infiltrados entre las tropas afganas. La ISAF ha dado orden de mantener cargadas y listas las armas de fuego cuando hay militares y policías afganos cerca de ellos.

Siete muertos en una semana. Todos estadounidenses. Es el balance de militares asesinados la pasada semana por infiltrados de la insurgencia entre las filas del Ejército y la Policía afgana. Unos datos que han precipitado nuevas órdenes de seguridad de la ISAF para sus aliados.

Según ha podido confirmar El Confidencial Digital de fuentes militares, los soldados españoles desplegados en la provincia de Qala e Naw –tanto los destinados a la capital como los que operan en alguno de los puestos avanzados- han recibido la orden de mantener sus armas cargadas y listas cuando se encuentren en presencia de efectivos de los cuerpos de seguridad afganos.

Tal y como precisan estas fuentes, hasta ahora no era obligatorio –en ocasiones, incluso “desaconsejable”- llevar las armas preparadas salvo cuando se encontrasen de patrulla o en tareas de guardia de bases, edificios y acuartelamientos.

Las nuevas órdenes afectan también a los mandos españoles de la misión, que deberán llevar cargadas sus pistolas, según la información recabada por ECD.

Hasta el momento –desde enero de 2012- ya han sido 39 los militares asesinados por infiltrados de la insurgencia entre sus ‘compañeros’ afganos. La pasada semana, como admitió el Pentágono, se produjeron cinco de estos ataques.

España ya conoce de cerca esta amenaza y sus consecuencias. Hace ahora dos años, en agosto de 2010, dos Guardias Civiles y un traductor de nacionalidad española fueron asesinados en Qala e Naw por un chofer infiltrado por los talibanes locales.

“Orden de neutralización inmediata”

A principios de 2012, el recién ‘aterrizado’ Pedro Morenés trasmitió –información publicada por ECD- su preocupación al Jefe del Estado Mayor de la Defensa por la infiltración de la insurgencia y los peligros que ello conllevaba para los militares españoles.

Lo hizo después de que se produjese una crisis en Francia tras conocer su opinión pública el asesinato en Afganistán de cuatro de sus soldados por este método. Un incidente que generó un debate en el país galo sobre la permanencia de sus tropas en el país asiático.

El Jemad, tal y como contó ECD, trasmitió al ministro que se estaba entrenan a los militares españoles en técnicas de autoprotección, y se había ordenado la “neutralización inmediata en caso de una amenaza manifiesta”.

MADRID, 18 Ago. (EUROPA PRESS) -

Las tropas españolas desplegadas en Afganistán recibirán en los próximos meses nuevos morteros más precisos, rápidos y potentes para la protección de las posiciones españolas y los convoyes.

Según ha informado el Ejército de Tierra en su página web, ya han llegado cuatro de los seis morteros adquiridos por las Fuerzas Armadas, que serán embarcados en vehículos de alta movilidad táctica (VAMTAC), para su próximo despliegue en Afganistán.

De hecho, ya se han impartido los primeros cursos de formación para su manejo, a los que han asistido cerca de 60 militares. Además, han sido instruidos como operadores miembros de la Brigada de Infantería Ligera 'Galicia VII', con sede en Pontevedra, que serán los próximos en desplegarse en Afganistán.

La BRILAT relevará a la Brigada de Infantería Ligera Paracaidista (BRIPAC), que se desplegó el pasado mes de junio y que forma en la actualidad el grueso del contingente español en Afganistán.

"INCREMENTAR LA SEGURIDAD DE LAS TROPAS"

Según indica el Ejército de Tierra, el objetivo de esta adquisición era "incrementar la seguridad de las tropas españolas". En concreto, "contribuirán a aumentar la protección de la Fuerza, dando apoyo de fuego rápido y eficaz a las posiciones españolas y a los convoyes".

Sus características, según Tierra, lo convierten en "uno de los sistemas de armamento más modernos y avanzados del panorama armamentístico mundial" y supone "un salto cualitativo en cuanto a evolución tecnológica y técnica" para el Ejército.

El nuevo mortero tarda menos de dos minutos en hacer fuego tras una rápida y sencilla entrada en posición, con un margen de error en el tiro de unos 20 metros, "mucho menor que los morteros actualmente en dotación".

Además, es el primero que puede ser embarcado en un vehículo de alta movilidad táctica, ya que los anteriores sólo podían hacerlo en plataformas más pesadas. A pesar de ser vehículos ligeros, los VAMTAC que porten estos morteros llevarán un blindaje antiminas "similar" al de los RG31 y los Lince.    

12 DISPAROS POR MINUTO A HASTA CASI 7 KM

El arma del sistema es el mortero CARDOM de 81 mm y permite una cadencia de 12 disparos por minuto. La velocidad máxima que alcanza el proyectil es de 330 metros por segundo y el alcance de las granadas es de 6.900 metros.

Según explica el Ejército, tras un proyecto de tres años, ya se han recibido los cuatro primeros morteros, que superaron las pruebas de validación en el mes de mayo, en el campo de maniobras y tiro 'El Teleno', en León. Otros dos, que serán próximamente entregados, hicieron lo propio en el Centro de Adiestramiento 'San Gregorio', en Zaragoza, en el mes de junio. Aunque su destino es Afganistán, es "posible" que alguno de los seis morteros permaneza en España para tareas de instrucción del personal.

17/08/2012 (ElMundo.es)

Dos artefactos explosivos improvisados (IED, en sus siglas en inglés) han estallado al paso de un convoy militar español en la provincia afgana de Badghis, cuando circulaba por la peligrosa ruta Lithium, donde es habitual que la insurgencia esconda minas en la carretera para atentar contra los efectivos internacionales. En concreto el incidente ha ocurrido a la altura de la localidad de Mangan, al norte de la provincia. Fuentes militares han asegurado que el convoy no ha sufrido ningún daño personal ni material, porque los dos artefactos han estallado entre dos vehículos, sin alcanzar a ninguno. Primero ha estallado uno, y después, el otro.

En la actualidad la mayoría de los efectivos españoles destinados en Badghis pertenecen a la Brigada Paracaidista 'Almogávares VI'. Los militares que han sufrido el ataque son una sección que el martes se trasladó a la localidad de Bala Murghab para garantizar la seguridad a un convoy de más de cien camiones que las fuerzas italianas han desplazado hasta allí para iniciar su retirada de la zona, donde han estado desplegadas desde el año 2008. La sección española regresaba este viernes al puesto avanzado de combate Bernardo de Gálvez, en la localidad de Ludina, pero en solitario. Ha sido entonces cuando ha sufrido el ataque.

Fuentes militares han informado que las tropas españolas no han sido capaces de detectar los artefactos explosivos, a pesar de que siempre reconocen el terreno antes de avanzar y se mueven con gran lentitud, porque el tramo de carretera donde ha ocurrido el incidente es una pista completamente de arena, casi un desierto, donde resulta fácil esconder las minas.

Retirada de tropas

Las tropas italianas tienen previsto abandonar la provincia de Badghis este mes de agosto y, para ello, han iniciado una gran operación de retirada, con el apoyo de los efectivos españoles. En los próximos días más patrullas españolas transitarán por la ruta Lithium, escoltando a los convoyes italianos.

España también tiene previsto retirarse de Badghis, pero lo pretende hacer gradualmente a partir del próximo año, según el calendario acordado por la OTAN para la retirada del grueso de las tropas internacionales de Afganistán.

Los militares de la 12 compañía de la Brigada Paracaidista se despiertan tras haber dormido al raso y en el suelo en el campamento militar de Dar-e-bum, o lo que queda de él, después de que las tropas españolas se retiraran de allí el pasado marzo. Se lavan la cara como los gatos, con un botellín de agua o toallitas húmedas de bebé, y empiezan a preparar los vehículos blindados. Son las cinco de la mañana y apenas se ve.

Las jornadas militares empiezan muy temprano en la provincia de Badghis, en el noroeste de Afganistán. Más tarde el sol calentará demasiado y el calor será sofocante, y además es el mes del ayuno del Ramadán. A las doce del mediodía la mayoría de los afganos ya están exhaustos de no comer ni beber durante la jornada, a pesar de las altas temperaturas.

El sargento primero Fabián Bermejo es quien siempre inicia las patrullas, y sin dar un paso. Es el responsable de uno de los equipos Raven en Badghis, un avioncillo que a simple vista parece de juguete pero que son los ojos que lo ven todo para los militares españoles. El avión lleva incorporadas unas cámaras que le permiten captar desde el aire lo que ocurre sobre el terreno, sin necesidad de pisarlo.

Otros países con tropas desplegadas en Afganistán, como Estados Unidos y Canadá, utilizan pequeños globos aerostáticos también con cámaras, que lanzan al aire y tienen allí casi permanentemente, inspeccionando el terreno. A falta de eso, los españoles utilizan los Raven, que hacen volar cada vez que los militares salen de la base.

"Hoy ha sido matador. He estado desde las seis de la mañana hasta las doce del mediodía, sin moverme del mismo sitio", afirma el sargento primero Bermejo, que está negro como el tizón, y no precisamente de ir a la playa. Para lanzar el Raven y guiarlo, debe situarse en un lugar elevado y despejado para evitar que cualquier interferencia dificulte su seguimiento con una antena. El avión se mantiene en el aire mientras los militares están fuera de la base. "En una ocasión se nos cayó al suelo, unos afganos lo recogieron y hubo que pagarles para que nos lo devolvieran", explica.

Aún así el Raven no es suficiente. Un equipo de zapadores va siempre por delante de las patrullas rastreando los caminos para detectar posibles artefactos explosivos, y todos los vehículos blindados españoles llevan inhibidores para evitar que la insurgencia pueda activar una mina por control remoto.

Las fuerzas de seguridad afganas no tienen ni Raven, ni inhibidores, y sus zapadores aún se están instruyendo. ¿Cómo mantendrán el pulso a los talibán cuando las tropas internacionales se vayan?

Fuente: ElMundo.es

14/08/2012 (ElMundo.es)

"Te lo explican como si esto fuera la guerra, pero no es tanto como cuentan", asegura el paracaidista Ruiz, cuando se le interroga sobre su trabajo. Él, junto a cinco soldados más y un sargento, constituyen uno de los seis pelotones de zapadores españoles que se encuentran destinados en la provincia Badghis, en el noroeste de Afganistán. Su vehículo es el que siempre va primero en los convoyes militares, con una especie de rodillos gigantes para activar por presión posibles minas enterradas en el camino por la insurgencia. Ellos son también quienes se pasean con detectores de metales por las carreteras, en busca del enemigo escondido: los temidos artefactos explosivos.

"Lo peor de todo es que se nos ha estropeado el aire acondicionado del vehículo", comenta otro zapador, el soldado Moreno, desviando la atención, intentado restar importancia a su cometido. "A veces te dan ganas de bajar del vehículo, aunque sólo sea para que te dé el aire", bromea.

"Ya conocemos mejor el terreno y podemos discernir mejor dónde hay una amenaza realmente"

Los zapadores se desplazan en un RG-31 que avanza con movimientos lentos y cruje por todas partes, como si estuviera a punto de desmontarse. El responsable del pelotón, el sargento Escofet, va en el asiento del copiloto y dirige la operación. Él decide cuándo hay que bajar del blindado a reconocer el camino, y cuándo no. "Duermo bien por las noches", comenta cuando se le pregunta qué supone trabajar bajo la presión de que de él depende la seguridad del resto del convoy. "Hemos hecho seis meses de instrucción específica en España, antes de venir a Afganistán. Nos han preparado muy bien", aclara. Aún así, la tensión resulta inevitable.

En la parte trasera del RG-31 viajan cuatro zapadores más, sin casi poder moverse, con las rodillas chocándose las unas con las otras por la falta de espacio, en una postura francamente incómoda. De repente la puerta del blindado se abre y todos salen al exterior como si agradecieran poder estirar las piernas, si no fuera porque se juegan la vida. En el interior del vehículo se hace un silencio sepulcral. Parece que los se quedan dentro aguanten la respiración por lo que pueda suceder fuera.

Conociendo el terreno

"Bip, bip, bip", es lo único que se oye, con una cadencia constante y repetitiva, que se te mete en la cabeza. "Es la radio, que indica que todos los equipos funcionan bien", explica el tirador, el paracaidista Puig. El ruido resulta soporífero. "Aquí hay que luchar contra el sueño como puedas", reconoce el propio soldado, mientras los zapadores rastrean el camino una y otra vez con sus detectores de metales, como si fueran palos de ciego, buscando lo que no pueden ver a simple vista. La operación se hace eterna.

"Cuando sales del vehículo no piensas que te va a pasar algo. Sales y ya está, e intentas hacer tu trabajo lo mejor que puedes", afirma el soldado Moreno, cuando regresa al blindado empapado de sudor y con cara de cansancio. "Los estadounidenses tienen un vehículo que lleva una plataforma que es un detector de metales gigante con el que pueden encontrar los artefactos explosivos sin tan siquiera bajarse del vehículo", apunta otro zapador, el paracaidista Ruiz. "Como ellos tienen dinero, se lo pueden permitir... En cambio nosotros nos las tenemos que arreglar con esto", añade con resignación, señalando el detector manual de metales.

"Cuando llegamos a Afganistán en junio, revisábamos todas las esquinas y nos parábamos cada dos por tres. Ahora ya conocemos mejor el terreno y podemos discernir mejor dónde hay una amenaza realmente", explica el sargento Escofet. Aun así desplazamientos de sólo 20 kilómetros duran horas. Los zapadores acaban la misión cubiertos de polvo y la cara empapada, con gotas de sudor que les resbalan por la barbilla. Viéndolos, te recuerdan a esos soldados que a menudo aparecen en las películas de guerra, pero con la diferencia de que aquí, en Afganistán, no se trata de ninguna ficción, sino la realidad del día a día.

MADRID, 12 Ago. (EUROPA PRESS) -

El Ministerio de Defensa quiere mantener el arresto para las faltas leves cometidas por militares, una sanción que el anterior Gobierno socialista quiso eliminar, tal y como piden también las asociaciones de miembros de las Fuerzas Armadas, que quieren acabar con la privación de libertad para todas las faltas y en todas sus modalidades.

La sanción de arresto para todas las faltas --leves, graves y muy graves-- se mantiene en el anteproyecto de ley de reforma del Régimen Disciplinario elaborado por el Departamento que dirige Pedro Morenés, al que ha tenido acceso Europa Press, que modificará al actual, que data de 1998.

La pasada legislatura, el Ministerio de Defensa que dirigía Carmen Chacón presentó un anteproyecto de ley de reforma de este régimen en el que, como gran novedad, se incluía la desaparición del arresto para las faltas leves, que, según se dijo entonces, son el 95% de las que se cometen en los cuarteles.

Mientras tanto, se introdujo un nuevo tipo de castigo, la sanción económica, que supone la pérdida de retribuciones durante el tiempo de extensión de la sanción, que se fijaba en hasta diez días para las faltas leves y hasta 30 para las faltas graves. El texto no llegó a ser sometido a debate en el Congreso, debido al adelanto electoral.

El anteproyecto elaborado ahora por Defensa, que será tramitado en el próximo curso político, mantiene el arresto para todas las faltas. En el caso de las leves, lo limita a entre uno y 14 días --actualmente puede ser de hasta 30 días-- y añade como posibles sanciones la reprensión, la privación de salida de la unidad de uno a ocho días y la sanción económica de uno a siete días.

"INDISCUTIBLE EFICACIA PARA LA DISCIPLINA"

El texto argumenta que "mantiene" el arresto para faltas leves por su "indiscutible eficacia para restablecer la disciplina" y recalca que también está presente "en la inmensa mayoría de los sistemas disciplinarios militares de los países de nuestro ámbito occidental o pertenecientes a la Alianza Atlántica".

El nuevo Régimen Disciplinario también incluye otra novedad en las sanciones disciplinarias a las faltas leves: si el mando opta por la reprensión, quedará constancia de la reprobación escrita en la hoja de servicios del castigado.

Las asociaciones de militares han reaccionado con un "rotundo" rechazo al mantenimiento del arresto, que consideran que debería dejar de aplicarse salvo en operaciones internacionales y en estado de guerra, y así se lo han hecho llegar al Ministerio de Defensa, que, según han lamentado algunas fuentes de estas organizaciones, les dio "sólo diez días" para presentar sus alegaciones al borrador del anteproyecto.

En declaraciones a Europa Press, el secretario general de la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME) ha defendido que el arresto debería "desaparecer de todos los tipos disciplinarios", salvo en "situaciones excepcionales" y de manera "muy motivada".

Casado ha criticado que se mantenga esta sanción sin "reforzar las garantías" de defensa de "un derecho fundamental de la persona, que es nada menos que el de la libertad", y ha avisado además que el texto presentado "condiciona" la próxima reforma del Código Penal Militar, en el que "parece" que se va a "consagrar la estructura actual de penas.

Las asociaciones de soldados y marineros --la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME) y la Asociación de Militares de Tropa y Marinería (AMTM)-- también se han opuesto a esta sanción para los miembros de unas Fuerzas Armadas "profesionalizadas".

"NO SE AJUSTA A LOS CONVENIOS INTERNACIONALES"

AMTM ha lamentado que el Gobierno "desaprovecha" la oportunidad de dotar a las Fuerzas Armadas de un régimen disciplinario "moderno" y, es más, "acorde con los más básicos principios internacionales de respeto de los Derechos Fundamentales". De hecho, apuntan que el mantenimiento de estas privaciones de libertad "rompe con convenios internacionales de Derechos Humanos suscritos por España".

"El deber del legislador es adaptar la ley a los tiempos y no anclarse al pasado", insisten desde esta asociación, que cree que además se "olvida" que "la profesión de militares" es "eso, una profesión", cuyo estatuto contempla algunas  "limitaciones" a sus derechos, pero que, en todo caso, deben entenderse "del modo más extensivo posible".

Además, AMTM ha recalcado que son personas "sin cualificación jurídica" las que imponen sanciones de privación de libertad, que en el ámbito civil sólo aplican los jueces y sólo se cumplen, si no existen antecedentes, para penas superiores a los dos años.

"¿GUARDIAS CIVILES Y POLICÍAS INDISCIPLINADOS?"

Igualmente, ATME comparte la convicción de que el arresto debería "eliminarse" si se pretende alcanzar "una profesionalización real" de los miembros de las Fuerzas Armadas. Además, recalca que la Guardia Civil, la Policía Nacional y las Policías Autonómicas no contemplan esta sanción y no son "indisciplinadas" ni "menos eficaces" que los Ejércitos y la Armada.

Por su parte, la Asociación Profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas (ASFASPRO) recuerda la doctrina del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que ha estipulado que los mandos sancionadores en el procedimiento administrativo sancionador no están "capacitados ni legitimados" para imponer sanciones privativas de libertad a sus subordinados por faltas disciplinarias en tiempos de paz.

En opinión de esta asociación, la nueva sanción económica de suspensión de actividad es "suficiente" para "corregir, al menos, todas las faltas disciplinarias leves" de los militares.

Entre otras cosas, está considerado falta leve el descuido en el aseo personal, la omisión de saludo a un superior y la falta de puntualidad. Como novedad, también se incluye en el anteproyecto de Defensa, la expresión pública de opiniones que no se ajusten a los límites de la disciplina o que supongan falta de consideración a superiores, por escrito, correo electrónico o en las redes sociales.

APOYO DE PSOE E IU

Las asociaciones contarán con el apoyo en el Congreso de los Diputados de, al menos, PSOE e Izquierda Plural, cuyos portavoces en la Comisión de Defensa han expresado, en declaraciones a Europa Press, su "total discrepancia" con el mantenimiento de esta sanción.

López Garrido ha asegurado que el PSOE dará la batalla para tratar de que se elimine esta sanción de privación de libertad, que "no tiene sentido aplicar" por una falta leve. De hecho, ha asegurado que, antes de conocer el texto, ya le trasladó al ministro de Defensa, Pedro Morenés, que este asunto sería motivo de discrepancia en la reforma.

La Izquierda Plural va más allá y se opone al mantenimiento del arresto para cualquier falta, ya que considera que esta sanción procede de "un concepto de un ejército ya superado, de otros tiempos". A juicio de Centella, en un ejército "profesional" las faltas deben tener una respuesta disciplinaria desde "un planteamiento profesional".

"Las Fuerzas Armadas tienen que equipararse cada vez más a otro tipo de profesiones", ha insistido el diputado de IU, que ha denunciado que el PP está "dando pasos atrás en todos los derechos" para llevarlos a la aplicación "más restringida posible".