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MADRID, 22 Mar. (EUROPA PRSES) -

El Consejo de Ministros ha autorizado la aplicación del Fondo de Contingencia por un importe de algo más de 514 millones de euros para gastos ocasionados por la participación de las Fuerzas Armadas en "operaciones de mantenimiento de la paz" este año.

El pasado 28 de diciembre el Consejo de Ministros prorrogó hasta el 31 de diciembre de 2013 la participación de los militares españoles en un total de cinco misiones en el exterior: Afganistán (1.300 militares y 40 guardias civiles), Líbano (660 militares), Bosnia i Herzegovina (25), el Océano Indico (395) y Uganda (20).

Irene Rincón   lunes, 25 de marzo de 2013 - ATENEA DIGITAL

En las últimas semanas los militares españoles en el Líbano han aumentado su grado de alerta por niveles de tensión "desconocidos desde hacía tiempo". Esta situación, unida a los peligros habituales de la misión UNIFIL, hace fundamental el uso de vehículos preparados para proteger a los soldados de los posibles contratiempos que puedan suceder.

Los LMV "Lince" de Iveco, adquiridos por el Ministerio de Defensa para sustituir a los BMR destinados en el Líbano, llegaron a su destino en diciembre del año pasado. Los conductores que se encargarán de ellos en la rotación de mayo están terminando su periodo de adaptación al vehículo, que concluirá con el ejercicio final de integración y evaluación de todo el contingente, en abril.

El Museo del Ejército de Toledo exhibe desde hoy una exposición temporal dedicada al Regimiento Cazadores de Alcántara, que combatió en el Desastre de Annual, en el que fue prácticamente aniquilado por la insurrección marroquí en su lucha contra el Protectorado español.

La muestra, que inauguró ayer por el jefe del Estado Mayor del Ejército, el general Jaime Domínguez Buj, incluye 300 piezas cedidas y de fondos propios del Museo, entre ellas cinco estandartes y guiones que pertenecieron al laureado Regimiento de Alcántara, que han sido restaurados por la Fundación Banco de Santander.

La exposición, que permanecerá en el Museo del Ejército en el Alcázar de Toledo durante tres meses, se compone de cuatro módulos, en los que se explica el significado de la Cruz Laureada y la Real y Militar Orden de San Fernando, así como la historia del Regimiento Acorazado de Caballería Alcántara, fundado en Flandes en el siglo XVII y vigente hoy en día en su base de Melilla.

jueves, 21 de marzo de 2013 - ARMADA ESPAÑOLA

El Secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles, ha inaugurado esta mañana el muelle número 2 de la Base Naval de Rota, una vez concluidas las obras de rehabilitación. De esta forma, la Armada finaliza las mejoras en la zona portuaria de la base gaditana contempladas en el Paquete de Capacidad número 13 de la OTAN, cuyo objetivo es la potenciación de las instalaciones portuarias del Sur de Europa para dar cabida a una Fuerza Marítima Multinacional.

José M. Vera - 14 de marzo de 2013 - ATENEA DIGITAL

El coronel Juan Antonio Muñoz, del Mando Logístico, ha impartido en HOMSEC, dentro de las Jornadas de Logística, una conferencia sobre las mejoras que supondrá, para todo el personal militar, el nuevo programa del Ejército para renovar la uniformidad, adaptándose a sus necesidades. Un programa que permite adquirir las prendas por Internet, pagarlas con puntos asignados según el destino de cada uno, y recibirlas en la unidad en un plazo máximo de 45 días. Además, el MALE también está abriendo nuevas tiendas en los centros de intendencia y acuartelamientos, donde se pueden adquirir estas prendas pagándolas con dinero.

El coronel Muñoz ha explicado que, hasta 2009, el Ejército suministraba "hasta 70 prendas, por persona y año. Un sistema que era poco económico por cuanto se daba un equipo entero y muchos de sus componentes se terminaban regalando por falta de uso, como pasaba "con los sacos de dormir si se estaba destinado en un cuartel general". Además, obligaba al Ejército a disponer de casi 40.000 equipos en stock, para reposiciones. "Ello suponía un esfuerzo económico importante, por la rigidez del sistema. Además, los materiales, en muchos casos, no se ajustaban a las necesidades del personal militar, ya que no existía un canal de comunicación entre Ejército y empresa para hacerle llegar impresiones sobre sus prendas".

El MALE ha puesto un nuevo programa en marcha que supone una verdadera revolución por su novedad, eficacia y flexibilidad. El primer paso ha consistido en clasificar a cada militar dentro de cuatro posibles grupos, en función de su destino y actividad diaria. "No consume lo mismo un zapador que un miembro del cuartel general del Ejército en Madrid", ha explicado el coronel Muñoz. "A cada miembro del grupo se le ha dado un determinado número de puntos para adquirir ropa, que se adapta a sus necesidades, que va desde los 420 a los 197 puntos, según el tipo de destino y actividad. Además, a cada prenda también se le ha dado un valor en puntos. Después, creamos un sistema por el que cada militar tiene asignado un código, para garantizar la protección de datos, y que se usa para solicitar, a través de Internet -en la web www.etvestuario.es-, las prendas que se quieran. La petición la recibe la empresa que tiene la ropa y que se encarga de empaquetarla y enviarla. Una nueva forma de trabajar que permite prescindir de stock al Ejército y evitar costoso gastos de almacenamiento. Además, permite a las empresas trabajar bajo demanda, reduciendo la posibilidad de fabricar prendas que no se solicitan. Un sistema que está permitiendo cambiar el uniforme del Ejército en sólo seis meses", ha añadido.

Así, los militares españoles dispondrán, a partir del uno de enero de 2014, de un centenar de prendas -con 700 referencias, entre las que también está el calzado, gorra, guantes, y algunas curiosas, como redes miméticas o uniforme de descanso. Además, el Ejército está estudiando constantemente nuevos artículos para incluirlos, o no, en el catálogo de indumentaria, si son demandados. Las prendas se darán en color árido o boscoso, según la unidad -el 70% visten con el primero y el 30% con el segundo-.

Además, al determinar el número de prendas más demandadas, se han eliminado las que no se usaban realmente, mejorando notablemente la calidad del nuevo catálogo de indumentaria del Ejército. En definitiva, "el sistema es moderno, ágil y nos ha permitido cambiar de uniformidad, del mimetizado al pixelado y, en 2014, al pixelado boscoso".

Entre la curiosidades que ha destacado el coronel Muñoz señaló el gran número de situaciones imprevistas que contempla, por ejemplo, la posibilidad de incrementar los puntos de personal concreto por parte del jefe de unidad, de realizar pedidos conjuntos -ya que, el mínimo, es de 60 puntos para evitar que el envío salga más caro que la prenda- o de disponer de un volumen importante de ropa si, por ejemplo, hay que enviar a zonas de operaciones, de forma urgente, a una unidad que precisa de nueva ropa.

Además, este sistema de gestión integral del vestuario, nombre técnico con el que se conoce al nuevo programa de indumentaria, permite al Ejército mantener el control sobre su ropa, su calidad y su diseño, abaratando costes y trabajando bajo el marco de la colaboración público privada. Por último, ha destacado que, siguiendo las directrices del jefe del Estado Mayor de la Defensa, también el Ejército del Aire está adquiriendo sus prendas a través de Tierra, con los mismos estándares de calidad. La Armada no, al necesitar que sean ignífugas.

Jesús García Calero - 15/03/2013 - ABC 

La aparición esta semana en la Ría de Ferrol de los restos de una galeaza hundida en 1588, «La Ragazzona» (una de las más grandes naves de la Gran Armada, la mal llamada Armada Invencible) ha puesto de actualidad uno de los episodios más épicos de nuestra historia. Aquel año, Felipe II intenta derrocar a la Reina protestante de Inglaterra, Isabel I, con un ambicioso plan combinado: desembarco anfibio de los Tercios de Flandes, 30.000 hombres desde los Países Bajos, coincidiendo con la llegada de una Armada colosal desde la península.

Desgraciadamente todo falló. Pero embarquémonos en «La Ragazzona» (la «muchachona») y vivamos de primera mano toda aquella triste aventura. Aquí contaremos la historia más completa disponible de la nave capitana de la flota levantina, porque tenemos la fortuna de tener al mejor guía, el contraalmirante José Ignacio González-Aller Hierro, quien ha leído y transcrito durante las últimas décadas todos los documentos históricos relativos a aquella empresa.

Dios de su lado

¿Por qué falló todo el plan, si Felipe II creía que Dios estaba de su lado? Mensajes que no llegaron, tempestades, falta de coordinación, además de la agresiva respuesta del inglés; y más tarde el durísimo regreso por los confines del mar del norte y la costa de Irlanda, azotada por pavorosas galernas. Todo ello resultó ser el final de un sueño, y del empeño del Rey, que por supuesto empujó a infernales costas a buena parte de la flota que fue dejando a su paso un reguero herrumbroso de sufrimiento, naufragios, batallas, hambre y privaciones.

El corpus documental de la época publicado por González Aller se llama «La batalla de la mar oceana», y es un mar de datos históricos, que transcribe ordenadamente todo lo procedente de los distintos archivos españoles. Los mejores manuales sobre este episodio, sin excepción, han utilizado esa impresionante montaña de palabras escritas con salitre y sangre hace más de 400 años y que hoy vamos a paladear. Pasen y lean la aventura.

Capitana de la escuadra de Levante

El barco que hoy asoma sus cañones como colmillos fantasmales en medio de las turbias aguas de Ferrol se llamaba también «La Regazona», y era la capitana de la escuadra de Levante de la armada de 1588. El contraalmirante González-Aller nos dice que su origen y construcción «eran venecianos; era un buen buque y bien marinado, era de los mejores navíos y más bien armados de las escuadras concentradas en Lisboa en mayo de 1588, y dispuestas por Felipe II» después de mucho esfuerzo y gastos importantes para las arcas reales. Y también muchos retrasos, por la muerte de Álvaro de Bazán, por el nombramiento del duque de Medina Sidonia, Alfonso Pérez de Guzmán, hombre sin la experiencia necesaria que se pasó meses tratando de dimitir, provocando la ira del Rey Prudente».

Dice González-Aller: «Según Cristóbal de Barros 'La Regazona' tenía de porte 1.067 toneladas y tres cuartos, con unas dimensiones de eslora, 59 codos; manga, 21 codos y 1/6; puntal, 12 codos. En la jornada de 1588 debió montar las 32 piezas de artillería de bronce, que tenía al ser embargada. Entre otras armas y municiones que recibió en Lisboa figuraba un cañón de batir, fundición de Alemania por Gregorio Loeffer Agustanus en la época del emperador Carlos V, de 52 quintales de peso para tirar pelotas de hierro de 40 libras y dos encabalgamientos de campaña. Además embarcó posteriormente dos cañones, también de batir, de más de 50 quintales de peso procedentes de la nave 'La Juliana'.»
Más datos de matrícula: «Su dueño era Jácome Regazona y estaba al mando del capitán y maestre Santo Corzo. La dotación en Lisboa se componía de 80 marineros; y 344 soldados de infantería (134 de la compañía de Pedro Camacho, 76 de la de Francisco de Céspedes y 134 de la de Pedro Sandoval Ponce de León).»

Sea como fuere, 'La Ragazzona' llegó a Lisboa procedente de Alicante y otros puertos el primero de febrero de 1588 «cargada de vinos de Candía y malvasía. Allí fue embargada de nuevo por el proveedor general Francisco Duarte el 16 del mismo mes para ser agregada a la armada como capitana de las levantiscas».

Un temporal dispersa a los nuestros

En Lisboa se incorpora a la Armada del duque de Medina Sidonia. Pero ya hubo mal arranque: La Regazona siguió los movimientos del galeón San Martín desde la salida de Lisboa el 30 de mayo de 1588 hasta que un temporal dispersó las escuadras del 18 y 19 de junio. Llevaría mucho tiempo reunir la flota de nuevo. «El día 24 la galeaza ya había tomado el puerto de La Coruña. Una vez reaprovisionada de bastimentos y aguada salió a la mar el 22 de julio con el resto de la armada».

Fuego y escarceos en la costa británica

«Alcanzada la costa británica, y tras los primeros encuentros con la flota inglesa del día 31 de julio, al amanecer del 2 de agosto, a eso de las 05.00 horas saltó viento escaso del NE y la armada, situada a la altura de Portland, se encontraba a barlovento de la inglesa», nos recuerda González-Aller. Escuchemos el sabroso relato de un marino: «Howard trató entonces de doblar la armada por el norte y arrumbó al NW ciñendo el viento todo lo que podía, acercándose a la costa. Medina Sidonia se hallaba en este momento con las galeazas en vanguardia y acompañado por varios navíos. Para atajar las intenciones de Howard y mantener el barlovento, el Duque puso también proa hacia tierra, seguido por otros navíos de la armada, aunque un tanto alejados. Al observar Howard lo inútil de la maniobra de doblar a los españoles arrimado a tierra, viró por avante con el Ark y arrumbó hacia el SSE o el sur seguido por unos quince navíos en total, posiblemente para volver a ganar el barlovento (luchar con el viento a favor) a los españoles por la banda de la mar de la armada. La maniobra fue observada por el general español, el cual viró a babor para impedir las intenciones del Almirante, lo que provocó el contacto artillero entre ambas formaciones».

La Regazona en el primer primer combate

«Con su movimiento, el grupo de Howard quedó más cerca de la retaguardia de Alonso de Leyva, que del propio San Martín. De esta forma, las primeras naves en combatir a los ingleses fueron las levantiscas de Martín de Bertendona y los galeones de Portugal que acababa de asignar el Duque como refuerzo de Leyva. En este duelo artillero generalizado se distinguió, entre otras naves La Regazona de Bertendona».

«Como siempre, los navíos españoles intentaban inútilmente llegar al abordaje, pero los ingleses, muy maniobreros, mantenían la distancia y rehusaban llegar al alcance del tiro de mosquete. Martín de Bertendona acometió al Ark Royal, capitana de Howard, hasta llegar bien cerca, aunque el inglés se zafó del ataque con soltura dándole la popa. El fuego por ambas partes fue muy vivo, siendo grande el consumo de municiones, sobre todo por parte británica por su mayor rapidez en la recarga y disparo de la artillería. Sin embargo, no existe constancia de averías o bajas notables en ambos contendientes», reflexiona el contraalmirante.
Días más tarde, tras el episodio de los brulotes incendiados que fueron lanzados en Calais contra la armada la noche del 7 al 8 de agosto, «avanzada la mañana de este último día, un escuadrón inglés a cargo de Henry Seymour a bordo del Rainbow, acompañado por el Vanguard de William Winter, el Antelope de Henry Palmer y otros se dirigieron hacia el ala de estribor de la retaguardia española para combatir los navíos que se iban quedando rezagados, alcanzándolos entre las 09.00 y 10.00 horas, a la altura de Gravelinas».

Mas de 500 proyectiles

Rodearon estos navíos atrasados, cuya identidad se desconoce – posiblemente el galeón San Cristóbal, La Regazona de Bertendona, el galeón San Juan y la nave San Juan de Sicilia – sometiéndolos a un fuerte cañoneo. Sólo el Vanguard disparó 500 proyectiles a distancias que llegaban al alcance de la mosquetería y arcabucería e incluso menores, lo que permitió estar a la voz entre los barcos. Con este procedimiento que duró casi seis horas, los ingleses causaron daños a tres de los navíos españoles no obstante su fuerte resistencia. Según el embajador Hierónimo Lippomano, el Duque comunicó a Su Majestad que La Regazona había combatido muy bien en la acción del 8 de agosto.

Regreso por el mar del Norte

En la Grande y Felicísima Armada hay cientos de historias cruzadas. Entre las de mayor patetismo figuran las singladuras de los días pasados mientras bordeaban la costa escocesa e irlandesa, donde tantas naves naufragaron y donde, según se dice, los náufragos españoles introdujeron la patata, además de recibir el auxilio de los católicos irlandeses.

Como todas sus compañeras, nuestro barco pasó las de caín en el viaje de vuelta: «Emprendió el regreso a España manteniendo la conserva del galeón San Martín hasta apartarse del grueso de la armada el 2 de septiembre. La nave arribó a Muros (Galicia) el 10 de octubre muy destrozada y la gente con muchas necesidades. Estando surta en este puerto, Martín de Bertendona, contra su propia voluntad y la del capitán y piloto de la nave partió de allí el 4 de diciembre para trasladarla a La Coruña en cumplimiento de las órdenes del marqués de Cerralbo, gobernador de Galicia. El día 6 con mal tiempo perdió dos anclas al fondear sobre las islas Sisargas; logró levar a duras penas gracias a la ayuda de dos pinazas vizcaínas, y el 7, muy tarde, estaba ya en medio del puerto de destino», nos recuerda González-Aller.

En Ferrol, con luz de luna

El viento impedía tomar puerto ni tan siquiera con el auxilio de las galeras Diana y Princesa. «A las once de la noche cargó el tiempo tanto que corrió riesgo de ir sobre unas peñas. Con esfuerzos Bertendona libró el peligro y a las tres de la madrugada del día 8 de diciembre lograba entrar en Ferrol “con una poquita claridad de la luna.” Una vez dentro de la ría varó a causa del fuerte viento y falta de anclas. Tan sólo los marinos que han barajado aquellas costas y entrado en Ferrol de noche con temporal deshecho del sudoeste pueden apreciar el mérito de aquellos hombres de mar del siglo XVI».

Su útima batalla

Y acaba el relato del contraalmirante: «La Regazona quedó adrizada y con esperanzas de una posible recuperación, pero al dar a la banda fueron inútiles los esfuerzos realizados para sacarla en las mareas vivas.» Se hundió. Y unos arqueólogos dicen que han encontrado sus restos. En los viejos documentos de los archivos se dice, sin embargo que antes de perder el barco, «se pudieron salvar la artillería, parte de los bastimentos y municiones. Una vez finalizadas las obras del fuerte de la isla de San Antón (La Coruña), se montó en él la artillería gruesa procedente de la nave, justo a tiempo para poderla emplear eficazmente contribuyendo al fracaso del ataque inglés de Norris y Drake en mayo de 1589.»

Así fue como «La Ragazzona» o Regazona ganó su última batalla después de muerta, o de hundida, pues su fuego rechazó al famoso pirata inglés Sir Francis Drake. Porque cabe recordar que ni el fracaso de esta Grande y Felicísima Armada fue una victoria inglesa, ni las flotas que Isabel I y Felipe II fueron enviándose determinaron la hegemonía entre las dos naciones.

13 de marzo de 2013 - ABC

Con lona y madera, así es como comenzó la historia de la aviación militar española cuando, el 13 de marzo de 1911, aterrizó el primer aeroplano de nuestro país, un «Henri Farman», en el histórico aeródromo de Cuatro Vientos, ubicado en las afueras de Madrid.

Por aquel entonces, no hacía ni una década desde que los primeros aeroplanos se habían conseguido elevar del suelo y habían realizado sus primeros vuelos de larga distancia. No obstante, ya se auguraba la utilidad y repercusión que estos pioneros aparatos tendrían en un futuro cercano.

Concretamente, el «Henri Farman» se caracterizaba por ser un aeroplano que contaba con dos alas fijas de igual envergadura. Ideado en 1910, el modelo que adquirió España tenía una extensión de 16,5 metros y una potencia de 50 caballos de vapor (similar a la de un tractor). A pesar de todo, era considerado un biplano fiable para su época.

Adquisición por España

Este aeroplano fue adquirido tras observarse la poca capacidad operativa del, hasta entonces, principal medio aéreo nacional: el dirigible. «Hasta octubre de 1910 el ministerio de la Guerra parecía conformarse con el dirigible “España” y no mostraba interés en adquirir aviones (…). Sin embargo, el fracaso de la prueba de intemperie del dirigible sirvió de catalizador para que se empezara a prestar una mayor atención al nuevo medio de locomoción aérea», explica el Instituto de Historia y Cultura Aeronáutica (IHCA) en su libro «Historia de la Aviación Española».

El elegido para llevar a cabo la compra de los nuevos aeroplanos fue el capitán Alfredo Kindelán, uno de los aviadores españoles más reconocidos de la época. Concretamente, el militar fue enviado a Paris para adquirir tres aeroplanos que, en principio, iban a tener como destino las ciudades de Ceuta y Melilla. «Salió el 26 de octubre y contrato en firme dos Henri Farman (…) y un Maurice Farman con motor Renault», señala el IHCA.

Cuatro Vientos, pionero de la aviación española

En cambio, los aparatos fueron destinados finalmente a Madrid, donde en febrero se había acordado la creación del que sería el primer aeródromo de la Aviación Militar española, el de Madrid-Cuatro Vientos, cuyo emplazamiento se estableció en el término municipal de Carabanchel, a las afueras de la capital.

Concretamente, el aeródromo nació de la necesidad de establecer una base permanente donde poder enseñar las técnicas de vuelo a los nuevos pilotos españoles. «Cuatro Vientos fue creado a principios de 1911 cómo centro de experimentación de aeroplanos y escuela de pilotos», señala el organismo en el texto.

Con el destino establecido y preparado, ahora sólo era necesario esperar la llegada de los primeros aeroplanos. Así, el 13 de marzo de 1911, uno de los «Henri Farman» adquiridos inició viaje desde la madrileña Ciudad Lineal con destino a Cuatro Vientos, donde se esperaba su llegada con ansiedad.

Primeros vuelos y primeros valientes

Apenas dos días después comenzaron los primeros vuelos de prueba a manos de osados pilotos españoles, que ya habían recibido clases de vuelo en tierra por parte de los instructores franceses Osmont y Dufour. No obstante, no todo fueron buenas noticias, como determina el IHCA: «De los tres aparatos se rechazó el Maurice Farmaan por no cumplir las condiciones especificadas y, para sustituirle, se adquiri6 un tercer Henri Farman, que no tardaría en unirse a los dos iníciales: todos se alojaron en dos hangares desmontables (…) también adquiridos en Francia».

En principio, fueron únicamente cinco los seleccionados para obtener el título de piloto. «De acuerdo con lo establecido los cinco oficiales pertenecían al Cuerpo de Ingenieros y eran los capitanes Alfredo Kindelan. Emilio Herrera Linares y Enrique Arrillaga López y los tenientes Eduardo Barrón Ramos de Sotomayor y José Ortiz Echague», determina en el texto el organismo oficial.

Así, a manos de estos primeros «Henri Farman», estos cinco pilotos forjaron la leyenda de la Fuerzas Aéreas Española, que, hoy en día, ha cambiado la madera de sus primeros aviones por la fibra de carbono de los cazas «Eurofighter». Sin embargo, y a pesar de los años, nunca se debería olvidar el espíritu aventurero de estos hombres, el cual les llevó a convertirse en unos de los primeros pilotos de nuestro país en levantar los pies del suelo a los mandos de un aeroplano.

Reforma del sistema de promoción interna, conciliación de horarios, que los militares no paguen tasas judiciales: asuntos urgentes que va a abordar el Consejo de Personal

12 de marzo de 2013 - EL CONFIDENCIAL DIGITAL

Aún no hay fecha definitiva para la próxima reunión ordinaria del Consejo de Personal, pero se convocará con toda la probabilidad para antes de Semana Santa. Entre los temas a tratar, la conciliación de horarios de militares, los problemas generados por el modelo de promoción interna o la inclusión de los militares entre los grupos exentos del pago de tasas judiciales.

La pasada semana se produjo la reunión de la Comisión Preparatoria del Consejo de Personal, en el que se debatió la orden del día y en la que las Asociaciones recibieron información por parte del Ministerio sobre las propuestas que serán debatidas en este próximo encuentro.

Las asociaciones profesionales que participarán – AUME, ASFASPRO, AMTM, ATME y AMCOFAS- presentaron un total de 27 propuestas, aunque finalmente han sido admitidas quince de ellas, que conformarán la orden del día de la reunión.

Marzo 11, 2013 -  Por Carlos González de Escalada Álvarez - Observatorio CISDE

 

El  General de Brigada Emilio Fernández Maldonado de Infantería DEM, actualmente en situación de retiro, que ha sido entre otros condecorado con honores como Orden Imperial del Yugo y las Flechas, Cinco Cruces del Mérito Militar con distintivo blanco y la Cruz de Plata del Mérito de la Guardia Civil, cuenta también en su palmarés con numerosos premios literarios. Cuenta además en su haber, con más de 50 artículos publicados en revistas especializadas y diversos correos. El General Maldonado es además presidente de la Asociación de Amigos del Museo Específico del Suboficial del Ejército de Tierra, AMESETE y ha concedido una entrevistra al Observatorio.

MADRID, 9 Mar. (EUROPA PRESS) -

Las Fuerzas Armadas españolas han abandonado este sábado el puesto de combate avanzado de Moqur siguiendo con el plan de repliegue previsto en Afganistán y ya sólo mantienen en la provincia la base de Badghis, donde está desplegado el grueso del contingente español.

Según ha anunciado el Ministerio de Defensa, las Fuerzas Armadas españolas han dejado a primera hora de este sábado la base 'Ricketts', situada en la localidad de Moqur, y las tropas allí localizadas se han replegado a la base situada en la localidad de Qala-i-Naw, hasta donde han llegado sin sufrir ningún incidente.

La salida se ha producido 16 días después de la entrega de la base de Ludina, con la que España comenzó su repliegue de Afganistán. A partir de ahora serán las unidades del Ejército Nacional Afgano, adiestradas por las tropas españolas, quienes asuman plenamente la responsabilidad de garantizar la seguridad en la zona, para lo que contarán con su asesoramiento y apoyo desde Qala-i-Naw.

Antes de abandonar la base, el último contingente español destacado en Muqur ha realizado un acto de homenaje a los caídos, para posteriormente proceder al arriado de la bandera por última vez. La ceremonia ha estado presidida por el general de Brigada Carlos Aparicio Azcárraga, destacado en el Cuartel General de ISAF en Kabul, acompañado por el Ejército de Tierra Fernando García González-Valerio, jefe de las fuerzas españolas en Qala-i-Naw; además de representantes de las autoridades afganas.

BASE TRANSFERIDA A UNA EMPRESA TURCO-AMERICANA

La base ha sido transferida a la empresa turco-americana EMJV, responsable de las obras de construcción de la denominada 'Ring Road' en la provincia de Badghis, que la utilizará como base logística.

La presencia española en la base 'Ricketts' se remonta al 30 de junio de 2010, cuando en el marco de la operación 'Closing the Back Door' el Batallón de Maniobra español estableció un puesto de combate avanzado en las proximidades de Moqur aprovechando las instalaciones y material con que contaba el puesto avanzado ocupado por tropas norteamericanas.

La finalidad era expandir la zona segura alrededor de Moqur y Darreh-i-Bum para apoyar la construcción de la 'Highway 1' en la provincia de Badghis y controlar las rutas 'Sulphure' y 'Opal'. Las tropas españolas convivieron con las fuerzas norteamericanas hasta el 20 de febrero de 2012, cuando el contingente español asumió el mando.

El último soldado español en caer en Afganistán estaba destacado en esta base de Moqur. El sargento David Fernández Ureña, perteneciente a la Unidad de Ingenieros de la ASPFOR XXXII, falleció el 11 de enero de 2012 al explotar un artefacto cuando realizaba labores de reconocimiento en la ruta 'Opal', entre las localidades de Moqur y Darreh-i-Bum.

REINTEGRACIÓN DE INSURGENTES Y DISTRIBUCIÓN DE MATERIAL SANITARIO

Durante estos casi tres años en Moqur las tropas españolas han trabajado también para mejorar la seguridad y gobernabilidad en la región, así como para fomentar el desarrollo de sus poblaciones. Entre las actividades que han desarrollado las Fuerzas Armadas españolas, han tenido especial relevancia el programa de reintegración de insurgentes, la realización de obras civiles y la distribución de material sanitario y humanitario en la provincia.

Esta base fue levantada por el Ejército norteamericano sobre las ruinas de un fuerte colonial que data de las guerras anglo-afganas del siglo XIX, cuando los imperios ruso y británico chocaron en este país frontera entre Asia Central y el subcontinente indio.

En su puerta aún se pueden ver los restos de un carro de combate ruso T-62, prueba del paso de los soviéticos por Moqur durante la posterior guerra ruso-afgana. La base recibe su nombre en honor del sargento del US Army William S. Ricketts, fallecido al ser atacada su unidad por la insurgencia en febrero de 2010.