Las asociaciones profesionales ASFASPRO, AUME y UMT reiteran a la Ministra de Defensa, Margarita Robles, la urgente necesidad de poner fin a la discriminación del colectivo Militar y de impulsar en el Parlamento la inclusión de los Militares en el catálogo de Profesiones de Riesgo.
Madrid, 2 de agosto de 2024.
El pasado día 23 de julio el pleno del Congreso de los Diputados aprobó el proyecto de Ley básica de bomberos forestales y el proyecto de Ley básica de agentes forestales y medioambientales, incluyendo en ambos la aplicación de coeficientes reductores de la edad de jubilación para estos dos colectivos.
Otros dos colectivos más, que, junto a Guardia Civil y Policía Nacional, ven como en este año 2024 se les reconocerá su labor diaria como profesión de riesgo, quedando de nuevo los Militares relegados al olvido TOTAL por parte del Ejecutivo. ASFASPRO, AUME y UMT no cuestionan el merecimiento de estos nuevos reconocimientos de coeficientes reductores a los bomberos y agentes forestales, pero no pueden aceptar ni comprender la nueva exclusión de los militares, entre cuyo personal se encuadran bomberos, policías, pilotos, marineros, etc.
Ser Militar es una profesión de riesgo, trabajadores que se enfrentan a los mismos o mayores riesgos que otras profesiones ya reconocidas, con una importante siniestralidad desgraciadamente demostrable con un fallecido en acto de servicio cada 22 días. Esta realidad sigue sin ser reconocida, con la complicidad y el silencio de la ministra Robles, quien no ha tomado ninguna medida para corregir esta situación, pese a la continua insistencia de ASFASPRO, AUME y UMT, a diferencia de sus homólogos en otros ministerios, que han llevado al Congreso proyectos de Ley para sus respectivos colectivos.
Negar avances al militar mientras se reparten mejoras profesionales y retributivas a todos los colectivos es una muestra más del desprecio continuo del actual Gobierno a los integrantes de las Fuerzas Armadas, a pesar de su utilizarlos en todo tipo de tareas: repatriaciones, pandemias, incendios, nevadas y un largo etc., y sin descuidar las misiones asignadas por la Constitución.
Desde las Asociaciones, exigimos al Gobierno que trate a los Militares con la misma consideración que al resto de colectivos, utilizando menos palabras de agradecimiento y más hechos. Antes de que termine este año 2024, debe reconocerse la profesión Militar como Profesión de Riesgo.
Que nadie se asuste o se eche las manos a la cabeza antes de tiempo. No, esta asociación no ha asumido postulados anarquistas ni tampoco pretende contribuir a la creciente polarización de nuestra sociedad, porque desde nuestra constitución como asociación profesional, en diciembre de 2011, hemos cumplido estrictamente la legislación vigente y defendido nuestros intereses con argumentos y datos objetivos, huyendo siempre de la demagogia y las falacias que tanto daño están haciendo a la verdad y al sentido común. Y así pretendemos seguir desarrollando nuestra actividad. Si nos dejan, claro.
Y es que cada vez se hace más evidente que los sucesivos gobiernos, y la clase política en general, se están aprovechando de las limitaciones que tenemos los miembros de las Fuerzas Armadas a la hora de ejercer nuestros derechos fundamentales y las libertades públicas para someter nuestra carrera profesional a un trágala permanente, creando al mismo tiempo enormes barricadas de desigualdad y arbitrariedad que nos obligan a contemplar desde la lejanía los beneficios y las prestaciones que sí reciben el resto de empleados públicos y los trabajadores en general.
Porque trágala es la actitud de una ministra de Defensa que se niega a afrontar nuestros graves problemas retributivos mientras que el Gobierno del que forma parte dedica miles de millones de euros a la compra de armamento y material o cientos de millones para mejorar, todavía más, la carrera profesional de los miembros de la “Ertzaintza” y los “Mossos d´Esquadra”. De igual manera, como clara muestra de desprecio o desinterés por la problemática del personal bajo su mando, no asiste a los plenos de un Consejo de Personal cuya teórica labor tiene que estar dedicada a solucionarla y a mejorarla, nunca a obstaculizar o frenar cualquier medida reparadora que se plantee.
Trágala es también aplicar una diferente vara para medir nuestra dedicación profesional, cuando los funcionarios del resto de ministerios cobran todos los meses productividad por trabajar 2,5 horas más a la semana, mientras que los militares percibimos cero euros, en la mayoría de los casos, por la prestación de guardias, servicios, instrucciones continuadas, etc., pudiendo llegar a sobrepasar en más de 100 horas la jornada laboral semanal legalmente establecida.
Y trágala es, por ejemplo, tener que contemplar como ese mismo personal del resto de ministerios percibe jugosas gratificaciones extraordinarias durante el mes de diciembre, incluso dos o tres veces más al año, mientras que a nosotros se nos queda cara de tontos cuando vemos a la ministra de Defensa publicitar unas rácanas y arbitrarias paguitas de 100 €, que tienen la única finalidad de enmascarar este vergonzoso “apartheid” retributivo y profesional o lavar, sin conseguirlo, las malas conciencias.
Está muy bien que los ministros se preocupen por el bienestar de los trabajadores de la limpieza o la hostelería, por poner solo dos ejemplos de actualidad, pero no puede haber justificación alguna para la vergonzosa diferencia de trato entre servidores públicos ni a la discriminación efectiva de los militares, ciudadanos españoles de pleno derecho, cuando, para más inri, el gobierno está legislando con la finalidad de efectuar un control exhaustivo de las horas extras que realizan los trabajadores, poniendo en marcha mecanismos de fiscalización y duras sanciones para las empresas y autónomos que incumplan la normativa.
En base a este afán controlador, vendido como una medida de justicia social, y para demostrar que realmente están a favor de la igualdad real y no se trata solo de postureo, ¿cuándo conoceremos la sanción que se impondrá a los responsables del ministerio de Defensa por los miles de horas extraordinarias no reconocidas y no retribuidas que realizamos los militares?
En cualquier caso, ¿se va a modificar también la legislación para que a partir de ahora se retribuyan justamente las guardias, los servicios y las horas extraordinarias del personal de las Fuerzas Armadas?
¿O es que acaso el Gobierno y los grupos políticos no nos consideran ciudadanos de pleno derecho y por ese motivo estamos supeditados a un régimen particularmente segregador y, por consiguiente, ilegal se mire por donde se mire? Es una posibilidad palmaria y la conclusión que se desprende de lo acontecido hasta el día de hoy.
De cara al futuro somos muy pesimistas porque, como viene sucediendo desde hace décadas, la tranquilidad que tiene el legislador ante un colectivo convenientemente “domesticado” por el régimen disciplinario y los manidos valores militares utilizados como coartada moral, nos convierten, en la práctica, en parias de una sociedad que mira para otro lado ante la injusticia y, sobre todo, frente a la grave amenaza para la Defensa Nacional que se nos viene encima, teniendo en cuenta que el mundo afronta el peor escenario bélico desde mediados del siglo XX.
Si, como se presume, llega el conflicto generalizado, ¿enviará el Gobierno primero a la guerra a los profesionales hoy considerados profesión de riesgo o echará mano, como siempre sucede en las situaciones críticas, penosas o peligrosas, de los militares profesionales que sorprendentemente no tenemos esa consideración? La respuesta es obvia y por eso indigna y ofende, todavía más si cabe, la actitud equidistante y poco transparente de nuestras autoridades políticas y militares.
Y como muestra, un botón. Cuando se le pregunta al ministerio de Defensa, a través del Portal de Transparencia, por el número de militares fallecidos, heridos o incapacitados en acto de servicio desde el 1 de enero de 1990, inicio de la profesionalización de las Fuerzas Armadas, la respuesta es un insulto a la inteligencia: el ministerio viene a decir que no tiene mecanismos para poder obtener los datos solicitados. Solo después de los correspondientes recursos presentados y de las resoluciones del Consejo de Transparencia y Buen Gobierno se ha dignado a facilitarlos desde el año 2011, incumpliendo, una vez más, las resoluciones de este organismo.
Lamentablemente, nos encontramos con una barricada, más que virtual física, que demuestra el poco respeto que se tiene a todos aquellos que entregaron su vida o sufrido graves heridas en acto de servicio, pero que difícilmente es capaz de ocultar los indignantes niveles de arbitrariedad y desigualdad de trato que estamos sufriendo los militares profesionales.
Ahora bien, si repasamos los datos obtenidos del periodo 2011/2023, lo cierto es que ni el ministerio de Defensa ni el resto del Gobierno de la Nación pueden rebatir la cruda realidad de unas cifras desoladoras que deberían provocar sonrojo y vergüenza a quienes pretendían esconderlas:
Aunque estas cifras hablan por sí solas, cualquier militar profesional o persona que quiera honrar la memoria colectiva de las Fuerzas Armadas, o que no la haya borrado voluntariamente, sabe que la sola publicación de los datos desde el año 1990 sería un escándalo mayúsculo, que echaría por tierra inmediatamente los argumentos de todos aquellos que se han negado hasta ahora a considerar la militar como profesión de riesgo y ni siquiera piensan considerarla así en el futuro más próximo.
Y, aunque son muchas las barricadas que impiden o limitan nuestra carrera profesional y el bienestar de nuestras familias, llegado el momento, los militares profesionales deberemos cumplir nuestro juramento y ofrecer nuestra vida en el cumplimiento de la misión encomendada, pero nuestro Gobierno y nuestra clase política deben ser consecuentes con los preceptos de la Constitución Española y proporcionar un trato justo y equitativo a las mujeres y hombres que formamos parte de las Fuerzas Armadas, ni más ni menos que al resto de ciudadanos.
Las asociaciones profesionales han expuesto al Defensor del Pueblo el déficit de derechos que sufren los militares, apuntando los cambios necesarios para integrar de una vez por todas la profesión militar en el sistema socioeconómico y laboral de la democracia española.
Madrid, 8 de julio de 2024.
Siguiendo con los contactos con los diferentes órganos del sistema parlamentario, las asociaciones profesionales de personal militar ASFASPRO, AUME y UMT se han reunido con el Defensor del Pueblo, para exponer los problemas y limitaciones sufridos por los profesionales de las Fuerzas Armadas y la necesidad de abordar modificaciones legislativas para solucionarlos.
Las asociaciones de militares han mostrado al Defensor del Pueblo su hartazgo por el ninguneo del Ministerio de Defensa ante la desesperada situación de miles de militares y sus familias y la indignante asimetría entre el gasto en medios y materiales de guerra y las miserables retribuciones del personal, principal componente de las Fuerzas Armadas y de la Defensa. Así como el menosprecio de la ministra que, realiza encuentros con diversos organismos y la industria de defensa, obviando la atención a los miembros de las Fuerzas Armadas y sus legítimos representantes.
En concreto, ASFASPRO, AUME y UMT expusieron la necesidad de una nueva Ley integral de la carrera militar que sustituya las dos leyes actuales, siendo este un sistema opaco. Modificación de la Ley Orgánica de Derechos y Deberes para que acerque a los miembros de las Fuerzas Armadas al resto de la ciudadanía. El grave problema de las retribuciones militares, siendo estas indignas y no siendo suficientes para llegar a fin de mes. Nueva ley de movilidad que palie los graves problemas que se enfrenta este personal que está expuesto a constantes cambios de domicilio.
Este encuentro con el Defensor del Pueblo se enmarca en la decida apuesta de dichas asociaciones por trasladar a instituciones, grupos políticos y agentes sociales la grave situación del personal de las Fuerzas Armadas: retribuciones indignas, carrera militar obsoleta, derechos y conciliación devaluados. Acción que continuaran hasta que la sociedad pueda conocer la situación real de sus Fuerzas Armadas.
Repercusión mediática:
Recientemente se ha publicado la Orden Ministerial 20/2024, de 27 de junio, por la que se autorizan los cupos para el pase a la situación de reserva con carácter voluntario durante el periodo 2024-2025 para el personal de las Fuerzas Armadas.
Un año más los suboficiales son discriminados de estos cupos ignorando el envejecimiento de estas escalas. En el Ejército de Tierra más del 34% de los suboficiales tienen 50 o más años, en la Armada más del 28%, llegando al 36% en el Ejército del Aire y del Espacio.
Las Escalas de Suboficiales están envejecidas, por lo que necesitan de un drenaje mayor para mantener una pirámide de edades adecuada para el ejercicio profesional. También debe considerarse la reducción de las plantillas reglamentarias de suboficiales para el periodo 2021-2025 operada por el Real Decreto 276/2021, de 13 de abril, especialmente en el empleo de subteniente (629). El cupo de reserva es una herramienta fundamental para mantener un flujo óptimo de ascensos y disponer en todos los empleos de personal con las edades adecuadas para el ejercicio profesional en las Fuerzas Armadas, objetivo que con los cupos aprobados se muestra lejano.
No puede considerarse un flujo óptimo de ascensos permanecer en cada uno de los empleos de sargento primero y brigada 7 o más años, teniendo en cuenta que las edades de egreso suelen superar los 25 años (este año hay egresados con más de 40 años) y que el artículo 113.1.b) de la Ley de la carrera militar [1] debe servir para drenar la escala, por lo que convendría que los subtenientes pudieran ascender a suboficial mayor antes de los 52 años.
El incremento de los cupos para el pase a la situación de reserva de los suboficiales posibilitaría el aumento de las plazas de promoción interna para los militares de tropa y marinería. Sin embargo, el ministerio en lugar de seguir esta vía de rejuvenecimiento de suboficiales y de promoción de tropa ha optado por abandonarla y aumentar el cupo de reserva destinado a la tropa con el objeto de aumentar las plazas convocadas de permanente.
Una vez más, comprobamos como las consecuencias de los errores de previsión de efectivos, del fracasado modelo de tropa, de la Ley de la carrera militar y de las penurias económicas terminan pagándolas las expectativas de carrera del suboficial. Suboficiales que, en muchos casos, iban a pasar a la reserva a los 56 años según su ley de personal de ingreso y que ahora deberán esperar a los 61 años.
¿Alguien puede entender que un suboficial de la Guardia Civil pueda pasar a la reserva a los 58 años y un suboficial de las Fuerzas Armadas lo tenga que hacer a los 61 años?
¿Alguien puede entender que un policía local, ertzaintza o mozo de escuadra se pueda jubilar con 59 años y un militar pase a la reserva (que no jubilado) a los 61 años?
¿Alguien se extraña que el número de aspirantes a suboficial siga disminuyendo o no se cubran las plazas?
[1] Art. 113.1.b) Seis años en el empleo de coronel, en el de teniente coronel de las escalas técnicas de los cuerpos de ingenieros y de la escala de oficiales enfermeros y en el de suboficial mayor. Los que al corresponderles pasar a esta situación tengan menos de cincuenta y ocho años de edad, lo harán en la fecha que cumplan la citada edad.
ASFASPRO denuncia que, un año más, la Ministra de Defensa hace dejación de funciones, mucha foto aquí y allá, pero ni soluciona ni se preocupa por dar unas condiciones de trabajo y una carrera profesional dignas a los nuevos sargentos del Ejército del Aire y del Espacio.
LEÓN, 2 de julio de 2024 – ”Cambiarlo todo para que nada cambie”, la conocida frase de Giuseppe Tomasi di Lampedusa en El gatopardo, parece ser la política aplicada por la actual ministra de Defensa, Margarita Robles. Cambió la denominación del Ejército del Aire, que pasó a tener el rimbombante nombre de Ejército del Aire y del Espacio, pero ese cambio ni nos ha dotado de mayores capacidades reales ni de un personal más preparado y más motivado. Al contrario, la enseñanza militar que han cursado los sargentos que egresan el jueves 4 de julio de la Academia Básica del Aire y del Espacio (ABA) está completamente fuera del Plan Bolonia: por un lado, se les da un título de Técnico Superior civil y por otro el título de empleo de sargento, pero sin reconocerse las asignaturas militares. No van a tener, como correspondería y se merecen, sin que se les regale nada, un título de Grado Universitario propio en la rama de Defensa, pues han superado una carga lectiva total que, si hubiera voluntad de sumar y no de despreciar, es equivalente a 240 ECTS. Esto es factible en colaboración con la Universidad de León y les conferiría ingresar a todos los efectos en el grupo de clasificación A2 de personal de la Administración, en el que están sólo a efectos retributivos como si les hicieran un favor. Nada de eso, se lo han ganado a pulso. Los sargentos que egresan de la ABA y los sargentos de los otros dos ejércitos.
Más cambios para que nada cambie: retribuciones. Consejo de Ministros a Consejo de Ministros, el Ministerio de Defensa viene ampliando su presupuesto con miles de millones de euros, pero no dedica ni un céntimo a dignificar las paupérrimas nóminas de su personal (como sí hacen otros ministerios). Conviene recordar que un guardia civil de tráfico gana como mínimo 500€ más al mes que un sargento de las Fuerzas Armadas. La preparación técnica y la responsabilidad de un suboficial no está retribuida correctamente. Como ASFASPRO y el resto de asociaciones profesionales están protestando por ello, la ministra de Defensa se saca de la manga un socorrido tapabocas: reparte de manera aleatoria y discrecional unas paguitas denominadas “paga única incentivo”, que ni son únicas ni incentivan a nada, porque no se consolidan, sino que son una práctica caciquil propia de aquel ambiente semifeudal que describía Tomaso di Lampedusa: hoy al amo le viene bien repartir, mañana no, hoy reparte aquí, mañana allá, a su ocurrencia.
La manifiesta dejación de responsabilidades ministeriales respecto a la mala situación del personal de las Fuerzas Armadas ha provocado que, como respuesta, ASFASPRO y otras asociaciones se levantaran del último pleno del Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas, al que Margarita Robles no acude desde hace más de tres años, además de no convocar, como está obligada, un pleno extraordinario para tratar propuestas de retribuciones a propuesta de las asociaciones. La ministra ni escucha, ni oye ni quiere oír, en una absoluta falta de compromiso y de empatía con el personal militar, a quien dedica muchas bonitas palabras para enmascarar su falta de preocupación.
Este jueves egresan de la ABA los nuevos sargentos del Ejército del Aire y del Espacio, a quienes damos la bienvenida a nuestras filas con unos galones merecidos. También estos días se está llevando a cabo el concurso oposición para ingresar como alumno y ese negro panorama que hemos descrito sobrevuela el proceso, con agrias y preocupantes circunstancias:
Dios nos pille confesados si llegan tambores de guerra, porque vamos cuesta abajo y sin frenos, y quien tiene que poner remedio está desaparecido, pero no en combate
Resolución de 27 de junio 2024, de la Secretaría de Estado de Presupuestos y Gastos, por la que se dictan instrucciones sobre el pago al personal del Sector Público Estatal del incremento retributivo del 2 por ciento para el año 2024 previsto en el artículo 6 del Real Decreto-ley 4/2024, de 26 de junio, por el que se prorrogan determinadas medidas para afrontar las consecuencias económicas y sociales derivadas de los conflictos en Ucrania y Oriente Próximo y se adoptan medidas urgentes en materia fiscal, energética y social:
https://www.boe.es/boe/dias/2024/06/28/pdfs/BOE-A-2024-13050.pdf
Las asociaciones profesionales han solicitado un Consejo extraordinario para tratar la mejora de las retribuciones, pero la ministra Robles no lo ha convocado, a pesar de estar obligada por la Ley Orgánica 9/2011, de 27 de julio, de derechos y deberes de los miembros de las Fuerzas Armadas.
Madrid, 26 de junio de 2024.
Tras el fallido pleno extraordinario sobre retribuciones militares celebrado el 20 de marzo, al que no acudió la ministra Margarita Robles y en el que la Subsecretaria de Defensa y el Director General de Personal afirmaron que no habían elevado propuesta alguna de incremento retributivo al ministerio de Hacienda. La mayoría de asociaciones profesionales que forman parte del mismo volvieron a solicitar otro pleno sobre el asunto, poniendo en el orden del día el análisis de propuestas de incremento retributivo que varias de ellas habían presentado a los grupos parlamentarios.
Los militares han visto con sorpresa que, mientras el personal de otros ministerios ha ido obteniendo mejoras retributivas, ellos se han quedado una vez más al margen, aumentando todavía más la brecha salarial con el resto de personal de la Administración. Y se ha intentado desmovilizar el descontento repartiendo unas dádivas de forma discrecional denominadas “pago incentivo” que no llegan a todos y que no se consolidan en la nómina, siendo un pan para hoy y hambre para mañana. Por mucho que las recientes intervenciones de la ministra de Hacienda diciendo que el incremento de presupuesto en compra de armamento mejora las nóminas del personal militar, la comparación de las nóminas militares con los porcentajes de incrementos que dice la ministra Montoro resultan ser de ciencia ficción, ni se ven, ni se notan.
Ante la continuada ausencia de la ministra Robles, que lleva más de tres años sin aparecer por el Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas, del que es presidenta nata, y la negativa a convocar el pleno extraordinario solicitado para tratar de los futuros incrementos retributivos, ASFASPRO, AUME y UMT se han levantado en el pleno de hoy para mostrar su descontento de forma clara y contundente. No se puede seguir tomando el pelo al personal militar en la nómina mensual. No se puede aumentar en miles de millones el gasto en defensa y no dedicar ni un céntimo a dignificar las paupérrimas retribuciones del personal militar. En el Consejo de Ministros de ayer se aprobaron, una vez más, nuevas partidas para armamento, pero nada específico para el personal militar, que parece importar poco. Se aprobó también un incremento del 2’5% en el salario de los empleados públicos, que en el caso de los militares resulta muy insuficiente para las escasas cuantías de las nóminas militares, especialmente para el personal de tropa que apenas llega a los mil euros La falta de un incremento específico para los militares provoca que el diferencial neto de sus nóminas con las de sus equivalentes civiles vaya aumentando con cada subida general. La diferencia entre la nómina de un guardia civil y la de un miembro de las Fuerzas Armadas de su mismo empleo e igual o similar trabajo supera los 800€ al mes.
El resultado de la desastrosa política de personal en las Fuerzas Armadas ya está a la vista: la militar no es una profesión atractiva para nuestros jóvenes, ni está medianamente retribuida ni ofrece una carrera profesional mínimamente ilusionante, y como consecuencia muchas plazas ofertadas o no se cubren o tienen una ratio de opositores por plaza a todas luces insuficiente para poder elegir a los mejores y más capacitados.
Las tres principales asociaciones presentes en el Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas (ASFASPRO, AUME y UMT) exigen la convocatoria del pleno extraordinario sobre retribuciones solicitado, y que el ministerio retome la senda del diálogo efectivo con los legítimos representantes de los trabajadores militares. Porque cada día resulta más urgente disponer de un sistema retributivo que trate al militar de manera digna, justa y adecuada a las exigencias de su desempeño profesional.
Repercusión mediática:
21NOTICIAS: https://21noticias.com/2024/06/26/margarita-robles-toma-el-pelo-al-personal-militar-en-la-nomina-mensual/
EL FARO CEUTA: https://elfarodeceuta.es/descontento-militares-ministra-margarita-robles/
EL FARO MELILLA: https://elfarodemelilla.es/asfaspro-aume-y-umt-se-levantan-del-pleno-del-consejo-de-personal-de-las-fuerzas-armadas/
ESCUDO DIGITAL: https://www.escudodigital.com/defensa/malestar-entre-militares-por-ausencia-robles-en-consejo-personal-ffaa_59540_102.html
XV Legislatura
“Se producen actualmente desfases de carrera entre los componentes de las distintas Armas, Cuerpos y Especialidades, envejecimiento del personal de las mismas, desproporción entre sus perspectivas de ascenso e ingreso en el Cuerpo de Oficiales, así como un empleo limitado de los especialistas formados en el Ejército.”
Este breve y contundente análisis podría formar parte de alguno de los informes elaborados por el Observatorio de la vida militar o las comisiones de Defensa de Congreso y Senado durante este mismo año 2024, pero lo cierto es que tiene cincuenta años de antigüedad. Se trata realmente del tercer párrafo del texto original de la Ley 13/1974, de 30 de marzo, de organización de las Escalas Básica de Suboficiales y Especial de Jefes y Oficiales del Ejército de Tierra y debería ser una seria advertencia para todas aquellas autoridades civiles y militares que han pretendido transformar la memoria de un colectivo en un ejercicio de cinismo y amnesia generalizada, que ya comenzó de mala manera a principios de año con la “mutilación” del lema de la Básica en forma de agenda.
La conmemoración del cumpleaños de una Ley y una Academia está sirviendo como excusa para tratar de lavar las malas conciencias, sin que la penosa situación actual de la Escala de Suboficiales (y de la propia Academia) haga asomar la más mínima autocrítica desde el Cuartel General del Ejército de Tierra o el Ministerio de Defensa, por haber convertido lo que en su día fue un exitoso proyecto en un colectivo de mujeres y hombres envejecidos, con una limitada carrera profesional, sin apenas promoción interna y con un sentimiento casi generalizado de frustración y desmoralización desde el ingreso en la escala.
A la vista está, salvo para los ciegos y los sordos voluntarios que prefieren vivir en la aséptica burbuja de la indiferencia, que los resultados obtenidos están hoy en día muy alejados de los objetivos primordiales de aquellos militares que en la década de los setenta del siglo pasado pusieron todo su empeño y dedicación para el nacimiento de la Academia General Básica de Suboficiales. Su trabajo desinteresado, su lealtad hacia los suboficiales y su memoria, que es la de todos aquellos que allí pasamos uno de los años más importantes de nuestra vida, está siendo pisoteada por la falta de voluntad y el desinterés de quienes deberían velar por la mejora constante, y no el continuo retroceso, de uno de los pilares de la Institución: la Escala de Suboficiales.
Esta delicada situación o la verdad incómoda que se pretende ignorar, la denunciaba irónicamente un compañero recientemente fallecido, sugiriendo el cambio del himno de la Básica por el del coro de una interpretación del famoso grupo argentino Les Luthiers, que dice:
Ya el sol asomaba en el poniente.
El fragor de la lucha ya se extingue,
por doquier, de la muerte la amargura.
Ya el odiado enemigo se distingue
alejándose de prisa en la llanura.
Ya los fieros enemigos se alejaron,
no resuena el ruido de sus botas,
nos pasaron por encima y nos ganaron,
nos dejaron en derrota.
Perdimos, perdimos, perdimos otra vez.
Y sí, lo cierto es que los suboficiales sufrimos una terrible derrota con la entrada en vigor de la Ley 17/1989 y posteriormente hemos ido perdiendo expectativas y derechos con cada una de las leyes de personal que se fueron aprobando a lo largo de todo este periodo de tiempo, sin olvidarnos, claro, de su dañino desarrollo reglamentario. Porque desde el año 1990 nuestro otrora exitoso modelo de carrera y promoción fue excluido del lógico progreso de los tiempos que sí han venido disfrutando otros militares, el resto de servidores públicos y los ciudadanos en general, siendo sometido una y otra vez a decisiones caprichosas e incomprensibles que convirtieron nuestra carrera militar en un campo minado por la arbitrariedad, la desigualdad y la falta de oportunidades.
Y no debemos engañarnos, más allá de los halagos y los bonitos discursos que estamos escuchando durante todos estos meses, no hay intención alguna de corregir los tremendos errores cometidos en el pasado modificando, en primer lugar y de manera urgente, un plan de estudios manifiestamente mejorable, como sí se ha hecho en un plazo de tiempo relativamente corto con el de los oficiales de los Cuerpos Generales.
Con un cambio tan drástico del currículo del oficial, que entrará en vigor durante el próximo curso, no puede haber razonamiento o argumento que justifique la continuidad del actual plan de estudios del suboficial porque, además de otras limitaciones, tiene un escaso reconocimiento, tanto de la formación militar como de la titulación adquirida. Cuando los estudios desarrollados en tres cursos académicos no son válidos para tu progresión profesional o, lo que es mucho más grave, cuando la formación militar de esos tres cursos y el ejercicio del mando de un suboficial se igualan a cero a la hora de promocionar, la Institución tiene un serio problema de integración y coherencia.
Por otro lado, ya que tanto se está hablando del famoso “espíritu de la Básica”, es fundamental que ese nuevo plan recupere la obligación de cursar íntegramente el primer curso académico en la AGBS, condición de vital importancia para la formación de los sargentos que nunca debió suprimirse.
Explicar en dos o tres páginas lo que se ha hecho mal, lo que no se quiere hacer o lo que se debería hacer para revertir el deficiente estado de nuestra Escala, es algo muy difícil si tenemos en cuenta que han sido más de tres décadas de sufrimiento normativo. No obstante, si queremos ser honestos, no podemos dejar de enumerar los principales problemas que nos aquejan y que nunca se van a solucionar con el silencio o mirando para otro lado:
Para finalizar esta exposición, solo nos queda decir que cuando se quiere ensalzar la figura del suboficial o celebrar el aniversario de nuestra querida Academia no basta con reunirse una vez al año, cantar el himno o finalizar un discurso con nuestro lema: A España Servir Hasta Morir. No es suficiente. Si realmente queremos mejorar la Escala de Suboficiales y, por consiguiente, el Ejército de Tierra, hay que reforzar los cimientos y la estructura, además de aprovechar todas las posibilidades que ofrece el Espacio Europeo de Educación Superior para configurar un nuevo plan de estudios equilibrado y con proyección de futuro.
Y desde esta asociación no estamos sugiriendo que se fuerce un cambio generalizado en nuestras universidades, pero sí que se introduzca en la enseñanza militar la posibilidad de que los suboficiales obtengamos el título de grado universitario o equivalente[1] durante nuestra formación académica, que sirva para que se produzca el obligado ingreso efectivo en el subgrupo A2.
Si el oficial es máster cuando supera su plan de estudios, ¿por qué el suboficial no puede obtener el grado al finalizar el suyo? Los intereses particulares, el clasismo o la cortedad de miras no pueden lastrar nuestra carrera militar durante otras tres décadas, como sucedió en 1990 cuando las maniobras de escapismo del ministerio de Defensa nos impidieron poder obtener el ascensor social del título de Diplomado Universitario que la propia Administración facilitó, por ejemplo, a los maestros y enfermeros, cuya carrera profesional había discurrido en el mismo plano que los suboficiales.
La propuesta de ASFASPRO es clara, factible y totalmente necesaria, solo requiere de voluntad para llevarla a cabo:
La sinrazón es tan grande que las mismas titulaciones universitarias que avalan la permanencia de los militares de complemento o la incorporación de los reservistas voluntarios a las Fuerzas Armadas tienen muy poco valor si las poseemos los suboficiales.
“Querer es poder” es una premisa que se asocia al empeño o a la fuerza de voluntad de las personas para alcanzar un fin, pero la duda que no conseguimos despejar es saber si la ministra y el resto de las autoridades políticas y militares del ministerio de Defensa estarán por la labor de enmendar desaciertos y dedicar una parte de su valioso tiempo para que la justicia y la igualdad de trato imperen en todas las Fuerzas Armadas, también en la Escala de Suboficiales.
Si fuese así, el aniversario de la AGBS habrá servido para algo y no solo será nuestra querida Academia la que recupere viejos laureles, sino que las Fuerzas Armadas en su conjunto se beneficiarán de tan importantes reformas.
[1] La Orden ECD/775/2015, de 29 de abril, estableció la equivalencia de la formación conducente al nombramiento de Subinspector del Cuerpo Nacional de Policía al nivel académico universitario oficial de Grado, y modificó la Orden EDU/3125/2011, de 11 de noviembre, por la que se establece la equivalencia de la formación conducente al nombramiento de Inspector del Cuerpo Nacional de Policía al nivel académico de Máster Universitario Oficial. Siendo los subinspectores e inspectores equivalentes a los suboficiales y oficiales de las Fuerzas Armadas.
Por otro lado, el 15 de diciembre de 2022, el Ministerio del Interior anunció en su web que el pleno del Consejo de Personal de la Guardia Civil había avalado el proyecto de modificación de la Ley de Personal en el que “La enseñanza de formación de la escala de oficiales se adaptará a la equivalencia de máster, la de la escala de suboficiales se adaptará a las enseñanzas universitarias oficiales de grado y la escala de cabos y guardias se adaptará al nivel educativo de la formación profesional de grado superior.” Si bien el devenir de la pasada legislatura impidió que esta modificación cristalizara es muy posible su aprobación en la presente.
¿Qué incremento ha tenido el IPC entre 2018 (enero) y 2024 (mayo)? 21,7%
Si un soldado percibe actualmente 1.100€ y le han subido el 16,04% entre 2018 y 2024, en 2018 ganaba 948€. El porcentaje es engañoso cuando hablamos de míseros sueldos.
¿Qué incremento general han tenido los funcionarios de la Administración General del Estado entre 2018 y 2024 (incluidos)? 14,98%
¿Cuál fue el super-incremento del año 2021 para las Fuerzas Armadas? 1,06%
¿Qué incremento han tenido los policías nacionales y guardias civiles? 38%.
PALOMA GÓMEZ ENRIQUEZ (VOX): "¡DEJE DE FAVORECER A UNOS POCOS Y DEDÍQUESE A MEJORAR LA VIDA DE LOS QUE PROTEGEN LA NUESTRA!"