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Más de 4.000 soldados gallegos que superan los 30 años se enfrentan al cese forzoso

 02/11/"014 - Faro de Vigo -

"Es necesario tomar medidas para la salida de aquellos que aún no hayan firmado contratos de larga duración y de los que ya lo hayan hecho, y reducir de forma progresiva la permanencia para propiciar el nuevo ingreso que permita rejuvenecer la tropa". Esa es la conclusión de un informe interno del Mando de Adiestramiento y Doctrina (Madoc) que determina los índices de reclutamiento del Ejército de Tierra.

Este organismo dependiente de la Dirección General de Reclutamiento y Enseñanza Militar (Digerem) considera que la tropa "no está dispuesta a dejar su puesto de trabajo" y en lugar de proponer una revisión del modelo aconseja su expulsión antes de que cumplan los 45 años y puedan firmar un contrato de larga duración, para favorecer así la entrada de aspirantes de menos de 24 años.

Los resultados de los cálculos de la Digerem del Ministerio de Defensa alertan del aumento de la edad media de los soldados al pasar de 26,5 años en 2009 a los 30,4 del año pasado. Pese a que el grupo entre los 40 y los 58 años apenas incluye al 5% del total, desde el Gobierno avisan de que este rango puede alcanzar a medio plazo el 12 por ciento si no se cambia el modelo actual en el que faltan mecanismos para propiciar la salida del cuerpo, a lo que se une la dificultad de renovar la plantilla durante la crisis.

La edad media de los efectivos en Galicia supera los 30 años. En el caso de la Armada en Ferrol y el Ejército del Aire el porcentaje de tropa y marinería permanente es un 5%, superior al de las unidades del Ejército de Tierra en Pontevedra, y por tanto hay menos de temporalidad y "algo más de veteranía". El número de efectivos en la comunidad ronda los 5.000 y el 35% corresponde a contratos temporales encadenados hasta los seis años de servicio, a lo que se añaden los contratos hasta los 45 años denominados "compromisos de larga duración". De esta forma, el colectivo afectado por los ceses de los que habla el informe alcanzaría a 4.000 trabajadores en Galicia, donde el 5% supera los 40 años.

Desinflar el paro

El estudio apunta que el envejecimiento del Ejército se agravó con la modificación de la Ley de Tropa y Marinería en 2008 durante el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, en la que se elevaba de 27 a 29 años la edad para ingresar en el cuerpo. Esta medida que pretendía desinflar las cifras del paro fraguó en su objetivo por la escasa oferta de plazas. En el documento se avisa de que ante esta preocupación por la edad de la tropa en el propio proceso de selección no se controle esta variable, lo que provoca que se envejezcan las promociones en casi un año y medio de una convocatoria a otra.

En una situación ideal, según la Digerem, el 38% de los contratos deberían ser cortos o iniciales y la mitad de larga duración con una necesidad de reposición anual de 3.800 efectivos. Pero en la convocatoria de plazas de este año el Gobierno solo ofertó 2.000 puestos a nivel nacional, 1.800 menos de los que lo que Defensa estima necesarios para rejuvenecer el Ejército. En Galicia solo se cubrieron 49 plazas para la Armada en Ferrol y buques y unidades de la zona norte -Tui, Marín, Bilbao y San Sebastián- y 53 para el Ejército de Tierra en Pontevedra. En total, un centenar de vacantes que se sitúan por debajo incluso de las 117 ofertadas a la comunidad el año pasado y muy lejos de las 1.197 de antes de la crisis económica.

En el escenario ideal que plantea Defensa la edad media estaría en los 31 años y el 56% -unos 29.700 de los 53.000 efectivos del cuerpo en el territorio nacional- no llegaría a la treintena. En los extremos, el 25% de los más jóvenes tendrían menos de 24 años y casi el 12% más de 40 años. La diferencia con el sistema actual es que el mayor número de entradas anuales aumentaría el grupo de los más jóvenes, lo mismo que ocurriría con los de mayor edad a medida que pase el tiempo. Para lograr ese equilibrio, Defensa calcula que cada año habría que cesar a un millar de trabajadores solo por el hecho de llegar a los 45 años sin la condición de permanente. Pocos logran esta condición, apenas el 15% de la tropa, tras superar una oposición a partir de los 14 años de servicio que les permite permanecer en el Ejército hasta los 58 años.

En el informe Madoc no ven otra alternativa a los ceses forzosos porque para que no sea necesario recurrir a ellos la tasa de permanencia debería reducirse diez puntos en cuatro años, un objetivo "idílico y poco probable" para la Digerem en el actual contexto de crisis.

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