También se le han devuelto las cartas que dirigió a responsables de su unidad "en defensa de sus derechos" y ha sufrido una baja laboral por contingencia común y no laboral, así como una reducción de jornada, lo que le ha ocasionado un cuadro de ansiedad que le obliga a tratamiento médico.
Esta soldado ha recusado a sus jefes por manifiesta enemistad y animadversión.
La denuncia sostiene que a partir de 2008 un oficial "comenzó a realizarle preguntas íntimassobre su vida personal, llegando incluso en un momento dado a manifestarle de manera directa que debería mantener relaciones sexuales con él", a lo que la denunciante se negó.
"Desde ese momento, el oficial comenzó a cambiar su actitud hacia ella mostrando hacia la misma un trato desagradable con miradas intimidatorias, así como dirigiéndose hacia la misma con un tono agresivo", añade la denuncia.
La denunciante ha asegurado haber sufrido descalificaciones verbales por parte de su jefe, al que también ha acusado de haberle propinado empujones e insultos.