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Pese a ser una parte fundamental en la resolución de todo tipo de crisis los militares se ven ninguneados profesional y retributivamente, viendo negados sus derechos. Especialmente por quien debería ser más sensible a sus problemas. En una entrevista reciente1 Margarita Robles, Ministra de Defensa, se permitía afirmar “Yo hablo con muchísimos militares y nunca he oído a nadie pedirme subir las retribuciones”. Se referirá a soldaditos de Playmobil, porque los representantes del personal militar, las asociaciones profesionales, se lo llevamos pidiendo desde que accedió al cargo. La Ministra de Defensa olvida que el militar de forma individual no puede pedirle directamente que le suba las retribuciones, debe hacerlo por conducto reglamentario. ¿No conoce la ministra el régimen disciplinario que se aplicaría a quien hiciera eso? ¿Se olvida de la iniciativa que cientos de compañeros cursamos sobre retribuciones? ¿Se olvida de la queja que elevamos al Defensor del Pueblo? ¿Del informe del Observatorio de la Vida Militar? ¿Del dictamen de la Comisión de Defensa del Congreso? Se han celebrado dos plenos extraordinarios del Consejo de Personal para ello, que acabaron en un bluf, se le ha expuesto directamente en el Ministerio repetidas veces, ha habido concentraciones de militares en numerosas ciudades y el pasado 16 de octubre una manifestación en Madrid pidiendo retribuciones dignas. Las asociaciones han pedido una audiencia con la ministra que ha dado la callada por respuesta, ahora ya sabemos que es para no oírnos y poder soltar ocurrencias como esa. A la ministra le importa poco el personal militar y solo lo utiliza para tener buena valoración en las encuestas a costa del esfuerzo del personal a sus órdenes.

La celebración del Día de la Constitución permite poner de relieve la situación del personal militar como ciudadanos de segunda. Afortunadamente, no es necesario insistir en que los militares conocen y acatan la Constitución Española de 1978 como, con mala intención y con desconocimiento se les discutía hace pocos años. El problema real es el contrario, que no se ven beneficiados por la legítima aplicación de los derechos que la Constitución consagra.

La Ministra de Defensa, miembro de un gobierno que se consideran garante del diálogo social, sigue sin querer reunirse y escuchar a las asociaciones profesionales representantes del personal militar. Las asociaciones profesionales se plantean nuevas actuaciones de presión.

Madrid, 29 de octubre de 2021.

La mísera subida salarial efectuada hace un año a solo una parte de los militares resulta injustificable como respuesta a las necesidades de estos. Aquella subida demandada por las asociaciones como gesto de inicio del proceso de la actuación salarial no se puede esgrimir como fruto de un gran esfuerzo ni puede servir como contestación la no convocatoria de una reunión de la ministra solicitada por las asociaciones, verdadera mesa para el diálogo social. Hacer oídos sordos a representantes del personal mientras se debaten borradores de los presupuestos generales del Estado, resulta un menosprecio a los militares que como trabajadores tienen todo el derecho a la participación y a ser escuchados en sus justas reivindicaciones. Esto dice mucho de la poca calidad democrática existente en el Ministerio de Defensa.

La ministra Robles, no sólo elude los deberes del ministerio con las asociaciones profesionales, sino que desprecia el diálogo con las mismas en un momento tan importante como el actual de debate de enmiendas de los presupuestos.

Los hombres y mujeres militares contemplan de forma atónita como guardias civiles y policías nacionales reciben en sus nóminas el tercer tramo de su “equiparación” salarial con otras policías –el proceso ha supuesto un aumento de 600€ mensuales para un guardia civil, por ejemplo- , mientras que en las Fuerzas Armadas no se tiene ni conocimiento de lo propuesto por el ministerio para estos presupuestos en materia retributiva.

Entrevista este lunes, 12 de octubre, a la ministra de Defensa en "Herrera en COPE"

Carlos Herrera:  "¿Van a subir el sueldo a los soldados? Que cobran muy poco".

Margarita Robles, ministra de Defensa: "Pues es verdad que cobran muy poco los soldados, yo soy perfectamente consciente de ello. Por eso es tan importante, entre otras cosas, que España tenga unos presupuestos, que no estemos con unos presupuestos prorrogados.

Que muchas de las Fuerzas Políticas que hacen esa crítica y que además reclaman, y yo creo que es justo ese incremento del sueldo, son los primeros que no quiren dar un apoyo a los presupuestos. Así que ojalá tengamos pronto unos presupuestos y ojalá unas reivindicaciones que yo creo que son justas, que llevamos con un presupuesto prorrogado desde hace mucho tiempo, puedan hacerse realidad. Y en todo caso si alguien se merece todo el agradecimiento y todo el reconocimiento son los 120.000 hombres y mujeres de nuestras Fuerzas Armadas".

Recientemente se ha publicado la Orden Ministerial por la que se determinan los requisitos y procedimientos de concesión, anotación y descripción de la medalla conmemorativa de la Operación Balmis.

Con esta orden la ministra Robles establece las condiciones para ser acreedor de la medalla, no falta de polémica desde su nacimiento, a pesar de que su concesión no conlleva ni un solo euro para el agraciado, a diferencia de lo que ocurre con otras condecoraciones en otros ministerios e instituciones. Latón y tela sin reconocimiento retributivo.

ASFASPRO, AUME, ATME y UMT se reúnen con la Ministra de Defensa obteniendo el compromiso etéreo de abordar la grave situación de las retribuciones del personal militar atendiendo a las propuestas de las asociaciones. De nuevo palabras sin hechos concretos. Las asociaciones mantienen la convocatoria de manifestación para septiembre.

Las asociaciones profesionales presentan a la ministra tres propuestas de mínimos para iniciar la actualización de las retribuciones militares y la ministra solo asume un compromiso de “trabajo” de cara a los Presupuesto Generales del Estado.

La Ministra de Defensa ha presidido este jueves el acto de cierre de la Operación Balmis y, una vez más, solo ha habido palabras de agradecimiento hacia los militares tras una operación que ha conllevado el despliegue de cerca de 189.000 militares en más de 20.000 intervenciones en 98 días.
 
La ministra ha subrayado que este acto ha pretendido “dar las gracias infinitas” a los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas, pero de los agradecimientos no comen las familias de los militares ni se paga el alquiler.

En 2015 se modificó la Ley 39/2007, de la carrera militar, para tratar de garantizar la promoción interna del militar, pero el Ministerio de Defensa se empeña en impedirlo por la vía reglamentaria.

En el BOE de hoy se publica el Real Decreto 556/2020, de 9 de junio, por el que se modifica el Real Decreto 35/2010, de 15 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de ingreso y promoción y de ordenación de la enseñanza de formación en las Fuerzas Armadas. Los nuevos límites de edad impiden la promoción a más del 86% de los suboficiales, llegando al 99,6% en el caso de la especialidad de vuelo del Ejército del Aire. Los límites de edad no se encuentran objetivamente justificados y son discriminatorios.

Instrucción 19/2020, de 14 de mayo de 2020, de la Ministra de Defensa, por la que se autoriza el desplazamiento del personal que participa en actividades extraordinarias para hacer frente al COVID-19 entre el municipio de destino y el municipio donde se encuentre su domicilio familiar.
 
Instrucción 192020 14 mayo 2020

Un diálogo de sordos, eso es el título que encabeza este artículo, y de la misma manera se podría definir la interlocución entre el Ministerio de Defensa y su personal militar, representado por las asociaciones profesionales de miembros de las Fuerzas Armadas. Pero sería faltar a la verdad, no se trata de un diálogo entre dos actores sordos, ni lo son las asociaciones ni lo es el ministerio. Nos encontramos ante otra cosa.

Estamos ante unas asociaciones que ejercen lealmente su función, que no es otra que defender los intereses profesionales, económicos y sociales de sus asociados -labor que también beneficia al resto de profesionales de la milicia- mediante el uso de las herramientas que la ley les permite, acudiendo al Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas, al órgano legislativo, a los tribunales… o, si se da el caso, manifestándose también en la calle, como permite la ley. Unas asociaciones que, como militares que son, exponen las cosas sin paños calientes, sin esconder nada, de forma veraz y contrastada.