Tras la convocatoria de una manifestación para septiembre con el lema “Menos palabras y más hechos, retribuciones dignas” para el personal militar por parte de ASFASPRO, AUME, ATME y UMT, principales asociaciones profesionales con representación en el Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas se reunieron ayer con la Ministra de Defensa Margarita Robles a petición de esta.
Las cuatro asociaciones han expuesto una vez más la grave situación retributiva del colectivo militar y han entregado a la ministra una propuesta de mínimos que permita convertir en hechos las buenas palabras recibidas hasta la fecha. Esta propuesta se articula en tres sencillas medidas:
- Mantener activa la interlocución entre las asociaciones y el Ministerio en materia de retribuciones.
- Eliminar la segunda pérdida retributiva sufrida por los militares en reserva al cumplir los 63 años, medida aprobada hace ya cinco años por el Consejo de Personal.
- Una subida lineal de 100€ mensuales para los militares en activo y en reserva.
A efectos prácticos estas medidas iniciales supondrían un gasto mínimo de 200 millones de euros, perfectamente asumible por los presupuestos generales del Estado. En un solo semestre del año pasado el ejecutivo comprometió más de 13.000 millones de euros en armamento. Recientemente, el 23 de junio se aprobó un contrato para suministrar 348 vehículos VCR 8x8 Dragón por un importe de 2.083 millones de euros. Sin olvidar los 831 millones de la subida salarial de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y el coste de la jubilación anticipada a los 59 años de los mossos d’esquadra y los policías locales.
La pequeña cantidad reclamada como punto de partida por las asociaciones profesionales es, más allá de la cifra, un compromiso real como inicio del camino hasta llegar a unas retribuciones justas para los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas, quienes pese a ser los únicos obligados a dar su vida en el cumplimiento de su misión son los que reciben los peores sueldos públicos. Un personal que, por cierto, se está preparando de nuevo para ser el último recurso del Estado en la contención del coronavirus, añadiendo el rol de “rastreador” a las diversas actuaciones ya desempeñadas por los militares en los duros tiempos de la crisis.
La actitud asumida por el Ministerio de solamente un compromiso de trabajo de cara a los presupuestos no garantiza que se materialicen unos primeros pasos (o unos primeros gestos cuantificables) que ayuden a tranquilizar los ánimos de los compañeros, convirtiéndose en un nuevo empujón para que los militares, sus familiasy la ciudadanía en general acuda a la manifestación convocada por las asociacionesen defensa de unas retribuciones dignas.