Por nuestro paso por Afganistán el pasado mes de abril, tuvimos la oportunidad de charlar abiertamente con el entonces jefe de la unidad, el teniente coronel Gonzalo Martí quien nos explicó los dos tipos de misiones que realiza Helisaf: «Aerotransporte de heridos o enfermos desde el lugar del suceso al centro hospitalario militar designado y transporte entre hospitales de pacientes, plasma o cualquier requerimiento».
Material del helicóptero «Superpuma» medicalizado / JAIME GARCÍA
Material del helicóptero «Superpuma» que realiza labores de escolta / JAIME GARCÍA
Los conocidos como Medevac son vuelos «a demanda». Es decir, el equipo militar está disponible en la base de Herat ante cualquier petición que se pueda realizar desde el mando de la OTAN. No tienen vuelos programados. «El tiempo de reacción hasta el lugar de destino es de 30 minutos con luz diurna y 60 minutos con luz nocturna», explica el teniente coronel Martí.
Los helicópteros «Superpumas» siempre salen en pareja: uno es el medicalizado (que actúa de líder) y el otro es el escolta, con una ametralladora de calibre 12,7 mm. que puede disparar hasta 1.200 disparos por minuto. Estos helicópteros tienen 4 horas de vuelo de autonomía, pudiendo volar a una velocidad media entre 100-120 nudos (185-222 km/h).
«BROWN OUT»: EL TEMIDO POLVO AL ATERRIZAR
Con 5.675 horas de vuelo, los militares españoles que han pasado por el destacamento Helisaf están ya curtidos en el que es uno de los principales peligros a los que se tienen que enfrentar, según nos comentan: el «brown out», un fenómeno por el cual la tripulación pierde la referencia con el terreno al realizar una toma en polvo… Sí, porque es el polvo el dominante en el teatro de operaciones afgano. «El entrenamiento es alto. En invierno ese fenómeno no se sufre tanto, aunque pasa algo parecido con la nieve. Se trata de 10 segundos críticos en los que apenas se perciben los obstáculos», comenta el teniente Óscar Fernández, uno de los jefes de patrulla de Helisaf en abril.
«Para mí Helisaf es el sonido de la vida», comentaba emocionado el teniente coronel Martí. Mil pacientes dan fe de eso. Mil pacientes, de los cuales muchos fueron sacados «in extremis» de una buena refriega… de un ataque, del polvo. Ahí están 24 horas, como «ambulancias del aire», a la espera de la llamada y la salida. De día o de noche.
El teniente coronel Gonzalo Martí, en el interior de uno de los helicópteros de Helisaf / JAIME GARCÍA
Una de las tripulaciones desplegadas en Afganistán a principios del pasado mes de mayo / JAIME GARCÍA
Helicóptero de escolta antes de despegar a una misión / MDE