La pequeña, de nombre Natalia, se había tirado a la piscina sin que sus padres se hubieran percatado y cuando consiguieron sacarla del agua, su estado ya era crítico.
El brigada Sánchez procedió a auxiliarla realizando una RCP (Reanimación Cardio-Pulmonar). Tras 5 largos minutos de agonía comenzó a respirar de nuevo y el brigada consiguió que la pequeña se mantuviera estable.
Los servicios de emergencia llegaron 15 minutos después, cuando la niña ya tenía las constantes vitales estabilizadas y fue trasladada en una UVI móvil al hospital de Ávila, donde quedó ingresada tres días. Durante ese tiempo, le realizaron numerosas pruebas neurológicas, las cuales afortunadamente determinaron que no tenía ninguna secuela.
Desde aquí felicitar a Miguel Ángel por su rapidez y valentía a la hora de llevar a cabo este tipo de situaciones inesperadas.