Lo primero que hicieron fue verificar las constantes vitales del herido, que presentaba claros síntomas de inicio de entrada en estado de shock —aumento de la frecuencia cardíaca con subidas y bajadas, arritmia cardíaca, no respuesta ante los estímulos, frialdad, palidez de la piel, lengua y ojos secos, y pérdida de la consciencia—.
En esos momentos, pasó una ambulancia dirección Badajoz que hacía servicio de transporte, aunque sin sanitario, de la que tomaron mantas para evitar la entrada en shock del accidentado por bajada de temperatura. También se mantuvieron pendientes de sus constantes vitales hasta la llegada de los servicios sanitarios.
Después de haber avisado a la Guardia Civil y a los familiares, los dos sargentos también se encargaron de regular momentáneamente el tráfico para evitar aglomeraciones en la carretera y facilitar el acceso de los sanitarios al lugar del siniestro.
Tras veinte minutos de espera, llegó la ambulancia que trasladó al herido al hospital. Posteriormente, se presentó la Guardia Civil, a la que dieron noticia de todo lo ocurrido. Luego se acercaron al hospital, donde los militares se pusieron a disposición de la familia. Felizmente, el ciclista, fuera ya de todo peligro, tras permanecer ingresado cerca de una semana, fue dado de alta y termina de recuperarse en su domicilio.