Este ha sido el primero de una serie de vuelos—que se reanudarán una vez que las condiciones meteorológicas lo permitan—, cuyo objetivo es obtener la autorización del Instituto Nacional de Tecnología Aeroespacial para volar en este espacio segregado, y parte del camino para lograr el certificado de aeronavegabilidad que se exige a todas las aeronaves que operan dentro del espacio europeo. Dicha certificación es necesaria para operar con el sistema en territorio nacional, lo que permitirá formar a nuevos operadores a nivel práctico y su participación en ejercicios y maniobras.
Los operadores de vuelo y de carga útil encargados de realizar dichos vuelos de prueba —que dirige el Mando de Apoyo Logístico, a través de la Dirección de Sistemas de Armas (Plataformas de Armas)— cuentan con experiencia en Afganistán, en donde la Unidad de Plataforma Autónoma Sensorizada de Inteligencia completó más de un millar de misiones y acumuló 5.000 horas de vuelo.
La mayoría de ellos pasarán a formar parte, a partir del 1 de octubre, del Grupo de Obtención por Sistemas Aéreos que se crea en el Regimiento de Inteligencia nº 1, con sede en la base “Conde de Gazola” de Ferral del Bernesga (León). Este Grupo será el que tendrá en dotación los sistemas de aviones tripulados de forma remota con los que cuenta el Ejército en la actualidad.