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El Rey preside la Pascua Militar en el Palacio Real

06/01/2014 - defensa.gob.es -

Su Majestad el Rey, acompañado por la Reina y los Príncipes de Asturias, presidió hoy en el Palacio Real de Madrid el tradicional acto de la Pascua Militar, celebración instituida por Carlos III para conmemorar la reconquista de la ciudad de Mahón el 6 de enero de 1782, en la que el Monarca felicita y es felicitado por los Ejércitos.

La Familia Real fue recibida en la Puerta de Embajadores del Palacio por el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, y los ministros de Defensa, Pedro Morenés, y de Interior, Jorge Fernández Díaz, así como por el Jefe del Estado Mayor de la Defensa, almirante general Fernando García Sánchez y el jefe del Cuarto Militar del Rey, teniente general Antonio de la Corte.

Tras escuchar el Himno Nacional y departir brevemente con las autoridades, los Reyes y los Príncipes accedieron al interior del Palacio, donde, en la Saleta de Gasparini y en el tradicional “besamanos”, recibieron el saludo de los altos cargos del Ministerio de Defensa, encabezados por el secretario de Estado de Defensa, los directores del Centro Nacional de Inteligencia y de la Guardia Civil, jefes de Estado Mayor de los tres Ejércitos y el presidente de la asociación de veteranos.

Acto seguido y ya en el Salón del Trono, donde formaban las diversas comisiones de las Fuerzas Armadas y Guardia Civil asistentes, el Ministro de Defensa, Pedro Morenés, pronunció el siguiente discurso ante la S.M. el Rey:

"Señor, un año más forman ante Vuestra Majestad las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil en la tradicional y siempre nueva Pascua Militar.

Comenzar el curso militar con esta celebración que nos reúne en torno a los Reyes y los Príncipes de Asturias, nos llena de alegría y de moral ante el año que ahora se abre ante nosotros.

La cercanía que Vuestra presencia transmite tiene su contrapartida en la leal y sentida felicitación que los miembros de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil os quieren transmitir. Lealtad y sentimiento que nacen de los valores recibidos en nuestras academias, practicados a lo largo de nuestra vida militar: respeto y compañerismo, liderazgo y espíritu de servicio, disciplina y coraje ante toda circunstancia.

El año que dejamos atrás estuvo cargado de situaciones difíciles que hubo que superar; y también de nuevas tareas a desarrollar que las Fuerzas Armadas han sabido encarar con buen ánimo y la convicción de que España se abrirá camino, lo está haciendo ya, hacia un futuro mejor cada día.

Como nos pidió Vuestra Majestad hace un año, la mayor de estas tareas fue mantener operativas, haciéndolas más eficientes aun, las capacidades militares con las que España cuenta. Y hacerlo en paralelo, solidariamente, con las restricciones presupuestarias que todos los españoles afrontan para salir de la crisis. Ello ha supuesto un enorme esfuerzo tanto desde el punto de vista material como intelectual, pero también un ejercicio de responsabilidad que nos llena de satisfacción.

Hoy, para desarrollar la Defensa, como cualquier otra actividad de la vida, hace falta, además de un análisis riguroso de la realidad, un profundo trabajo de prospectiva para determinar, con el menor error posible, los escenarios de futuro en medio de una situación geopolítica que cambia cada vez más a mayor velocidad.

La voluntad de Gobierno de España es aportar su contribución a la seguridad y a la defensa de los valores universales sobre los que se apoya la convivencia y la estabilidad mundial, velando también de nuestra seguridad y nuestros intereses.

En relación con las operaciones en el exterior, un planeamiento serio y realista nos ha permitido tener un razonable éxito en las que hemos desarrollado este año pasado.

Quiero citar en primer lugar el repliegue de las unidades destacadas en la base de Qala i Naw hacia la Base Aérea de Herat y desde allí hasta el territorio nacional. Tal vez esta haya sido la operación logística más demandante y complicada que nuestros militares hayan desarrollado en las últimas décadas. Mover más de 1.000 personas y 4.300 toneladas de material por aire, tierra y mar, por rutas alternativas y hacerlo sin que se pierda una sola vida, creo que nos permite calificarla como tal.

No obstante, Señor, nuestro repliegue de Afganistán no es de ninguna manera el final del compromiso que España tiene con el pueblo afgano. El primero fue hacer posible que puedan asumir sus propias responsabilidades en seguridad en la provincia de Baghdis, lo que se ha cumplido plenamente. Sin embargo, más allá de esto, España sigue en Afganistán para contribuir con la comunidad internacional a la estabilidad y el desarrollo de su sociedad.

Así pues, si se producen los acuerdos para ello, la voluntad del Gobierno es continuar con la gestión de la Base Aérea de Herat, puerta occidental de Afganistán al mundo, así como mantener el hospital que allí se asienta donde reciben asistencia, no solamente las unidades desplegadas, sino la propia población afgana.

Los militares españoles han sabido responder a la demanda de lo que la Patria les ha pedido. Y así pues se han mantenido alerta en Líbano para hacer posible un status quo al sur del rio Litani; han contribuido activa y eficazmente a reducir hasta prácticamente la nada la piratería en el teatro de operaciones del Indico; han llevado su experiencia y capacidad de enseñanza a las misiones de adiestramiento en Uganda, Somalia y Mali; y recientemente colaboran en la recuperación de un entorno seguro y estable en el centro de África.Pero sobre todo, con su presencia, su voz y su buen hacer, han llevado el compromiso de España con la seguridad y la estabilidad en esos lugares donde se manifiesta, con una evidencia palmaria, precisamente el origen de los riesgos que afronta el mundo de hoy.

Majestad, el pueblo español es buen conocedor de este quehacer en el exterior de los militares cuya representación está hoy ante Vos. Pero además de esas actividades en el exterior, los soldados, marinos, aviadores y guardias civiles españoles tratan, día a día, de sustentar la defensa y la seguridad de todos los españoles también en el territorio nacional. Y para hacerlo, en una sociedad que se pone al día constantemente, las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil buscan adaptarse a las nuevas necesidades con la misma celeridad con la que se les pide.

Es por ello que en el año que ha terminado, se acometieron reformas estructurales para esta necesaria adaptación. Se creó el Mando de Ciberdefensa que nos introduce en una nueva dimensión donde la Defensa también debe desarrollar su labor. Además, tanto en el Ejército de Tierra, la Armada y Ejército del Aire, como en el Estado Mayor de la Defensa y el propio Órgano Central del Departamento se ha acometido una reestructuración orgánica, que aportará una organización más sencilla, transversal y adaptada a las exigencias de un entorno más funcional y eficaz.

Acompasada con esta reestructuración orgánica, se adaptaron los códigos penal y disciplinario a la nueva realidad social, se inició el proceso de reforma de la Ley que regula la carrera del personal militar, y se consolidaron los nuevos modelos de enseñanza militar, integrados totalmente en el sistema educativo europeo. También se promulgaron disposiciones que favorecen la integración, la igualdad y el apoyo al entorno familiar del militar.

Por otro lado, se ha llevado a cabo un importante esfuerzo de control y reprogramación de los grandes programas de material militar y se ha desarrollado una significativa actividad de apoyo de la industria nacional, que si bien está vinculada a la Defensa directamente, lleva su influencia tecnológica y económica mucho más allá. Hoy es difícil desarrollar una actividad tecnológica, de investigación, desarrollo, innovación, producción y puesta en servicio de sistemas para la Defensa, sin el concurso del esfuerzo de toda la sociedad.

Esta adaptación de la realidad de la Defensa al entorno geoestratégico mundial, por un lado, y a la realidad social española, por otro, se ha potenciado con la colaboración, cooperación y formación con nuestros socios, aliados y vecinos. Acciones basadas en la capacidad de los militares españoles para acercarse a las necesidades de sus compañeros de otras naciones y en la actitud de saber reconocer también lo que a ellos pueden aportan su bagaje militar.

Este trabajo combinado con nuestros socios y aliados crea los lazos de confianza sobre los que resulta más eficaz el desarrollo de las operaciones militares y, al mismo tiempo, muestra el compromiso de España con la seguridad de todos. En este sentido quisiera citar la presidencia de la iniciativa 5+5 de Defensa que asume España en 2014 y que nos pone ante la responsabilidad de atender las propuestas que nacen en un foro de diálogo y colaboración entre naciones de las dos orillas del Mediterráneo y que por su singularidad responde a la necesidad de apoyo mutuo ante riesgos como la seguridad marítima, las catástrofes naturales o los flujos migratorios ilícitos.

Señor, nada de todas estas innovaciones e iniciativas tendrían sentido si no tuvieran detrás el claro sentido de mejorar la eficacia de un servicio público como la Defensa que resulta imprescindible para crear el telón de fondo sobre el que proyectar el progreso de España. Un servicio público llevado hasta las últimas consecuencias, hasta entregar la vida en ello y si por ello fuese necesario.

Buen hacer profesional y modernización son partes de un mismo binomio que permite avanzar. Si bien es una condición "sine qua non" una actitud de servicio y una entrega permanente y continuada al servicio por parte de nuestros militares, resultaría difícil que estos pudieran alcanzar un excelente nivel de eficacia sin la dotación material que les permitiera estar en el "estado del arte" que les demanda la propia sociedad. El propio equilibrio de la sociedad no se entendería sin un desarrollo parejo de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil con el ritmo y criterios que la propia sociedad les exige.

Los militares españoles han sido solidarios con la situación general de España y con los sacrificios y esfuerzos de sus conciudadanos en los momentos más duros. Ellos han sido los primeros en adaptar su actividad a unos presupuestos muy limitados, y lo han hecho manteniendo en lo más alto su capacidad y nivel de preparación. Estoy convencido de que seguirán siendo solidarios en el futuro, y también de que la sociedad española sabrá responder a ese esfuerzo y a su trascendental misión dotándoles de los medios acordes a las necesidades de una Defensa que en este inestable mundo adquiere si cabe más importancia.

Majestad, los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil son conscientes de su responsabilidad. Y es precisamente por ello que, en un mundo convulso, de situaciones cambiantes en su naturaleza y súbitas en su manera de presentarse, saben mantener el equilibrio y la estabilidad que se reclaman a las instituciones.

La esencia de este comportamiento está, como siempre lo ha estado, en los valores de disciplina, obediencia y jerarquía que forman parte de la columna vertebral del comportamiento del militar.

Una disciplina basada en la libre aceptación de una profesión que reclama a cada individuo la entrega personal de parte de su libertad para que todos los demás disfrutemos de lo tengamos una mayor parte de ella.

Una obediencia enraizada en el convencimiento del bien que se propicia a la sociedad española con el coraje de hacer lo que la propia sociedad les demanda permanentemente.

Y la fortaleza de una jerarquía que, siendo una cadena consistente, garantiza, en el silencio de su comportamiento ejemplar por responsable, y con el resto de los poderes públicos, el bien común de toda la sociedad española, que se sustenta en los principios de la soberanía nacional, la unidad y la solidaridad entre todos los españoles.

Señor, en este año que ha pasado, los militares españoles han tenido en Vuestra Majestad el ejemplo de coraje personal y de sensibilidad social para superar toda circunstancia. Por ello, permitidme, Señor, que en nombre de los miembros de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil os felicite en esta Pascua Militar y os exprese los mejores deseos para el año 2014 que comienza del que esperamos las mejores venturas para Vuestra Majestad y para España".


Palabras del Rey

Tomó a continuación la palabra Su Majestad el Rey, quien en primer lugar dedicó un recuerdo "afectuoso y cercano" a los "miles de hombres y mujeres que sirven ejemplar y eficazmente a España y a los españoles, dentro y fuera de nuestras fronteras", el Rey se ha dirigido a los presentes apuntando que ellos representan "a la gran familia militar, a todos y cada uno de los compañeros que cotidianamente desarrollan su importantísima labor en todo el territorio nacional, a los que navegan en aguas del Índico, patrullan la frontera sur del Líbano, afrontan operaciones en el continente africano o han recorrido los peligrosos caminos de Afganistán". "Hoy quiero agradeceros a todos vuestro compromiso y vuestro trabajo", ha afirmado.

En su discurso, el Monarca animó a las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil a perseverar en su "ejemplaridad", a "seguir transmitiendo confianza y serenidad", a "continuar trabajando unidos por la seguridad y el bienestar del conjunto de los españoles" y a ser "los primeros en ofrecer y los últimos en recibir".

En sus palabras don Juan Carlos se ha declarado "plenamente consciente" del "enorme esfuerzo" que realizan los militares, tras un "duro año", por "mantener las capacidades" necesarias para garantizar la defensa de España y ha advertido de que es "imprescindible" continuar avanzando por la senda que permita obtener "el máximo rendimiento de los recursos".

Tras agradecer el "patriotismo", la "solidaridad" y la "generosidad" demostrada por los miembros de los Ejércitos y del instituto armado, el jefe del Estado ha proclamado: "Nuestra sociedad responderá siempre a vuestra generosidad con su reconocimiento y admiración, como reflejan las encuestas; y yo, como siempre, sentiré el orgullo de ser vuestro jefe".

"He seguido, al igual que el Príncipe de Asturias -señaló el Rey-las vicisitudes del duro año que ha pasado y soy plenamente consciente del enorme esfuerzo que estáis realizando por mantener las capacidades que se requieren para garantizar la seguridad y la defensa de nuestra patria, en un escenario económico de gran complejidad".

"Resulta imprescindible continuar avanzando por la senda que nos permita obtener el máximo rendimiento de los recursos y mantener la operatividad de nuestras unidades", señaló el Rey.

En la última parte de su alocución, ha destacado la importancia de "los valores que guían el comportamiento del militar" y ha trasladado su afecto, solidaridad y apoyo a las familias de quienes han entregado su vida en los puestos en los que estaban destinados.

"Os animo a perseverar en vuestra ejemplaridad y en vuestra vocación de servicio; a seguir transmitiendo confianza y serenidad; a continuar trabajando unidos por la seguridad y el bienestar del conjunto de los españoles; a ser, de esta manera, los primeros en ofrecer y los últimos en recibir", ha recalcado el Rey, antes de desear a todos "los mejores deseos de paz y prosperidad en este año".

Una vez finalizados los discursos, y tras los correspondientes 'vivas' a España y al Rey, la Familia Real y el resto de autoridades se ha dirigido a la Saleta de Teniers, para departir unos minutos antes de dirigirse al Salón de Columnas, para el vino de honor que ha puesto fin al acto.