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La roja insignia del valor

28/09/2013 - laverdad.es -

El «hambre de gloria» al que se refiere la primera estrofa del himno de la Brigada Paracaidista se sació con creces en Afganistán. Allí, desde 2004 y hasta en seis ocasiones, los Caballeros Legionarios Paracaidistas dejaron constancia de su buen hacer, preparación y valor. Y bajo el fuego de una insurgencia que no dudaba en acosar la labor de nuestras tropas.

Estaca, Villares o Surgulpi son nombres de operaciones y lugares en los que la III Bandera Paracaidista, con base en el acuartelamiento de Santa Bárbara (Javalí Nuevo) se batió el cobre durante su última misión en el país de los pastunes, seis meses entre mayo y noviembre del pasado año que se cobraron un tributo en forma de heridos en combate. Ayer, era el día para reconocer el valor de los que cumplieron más allá del deber con su misión a casi 7.000 kilómetros de su hogar.

En total, 45 distinciones, destacando las siete cruces del Mérito Militar con distintivo rojo -el de acción de guerra-, dos amarillas -para los heridos en combate-, una azul para el mando y 30 diplomas de valor reconocido -además de nueve menciones distinguidas en la Orden General- para cinco oficiales y 40 suboficiales y caballeros legionarios paracaidistas. Todos formaron parte de ASPFOR XXXI, la misión española en la provincia afgana de Badghis, al mando del coronel Cebrián, presente en el acto y futuro jefe de la Brigada Ligera Aerotransportada. Tanto en la base de Qala-I-Nao como en los puestos avanzados de Ludina y Moqur o la Ruta Lithium, los 'paracas' cumplieron, y con creces, con la misión.

 

CRUZ AL MÉRITO MILITAR

 

Capitán Pablo Torres.

 

Capitán Jesús Julián García.

 

Capitán Juan Carlos Rodríguez.

 

Sargento José Antonio Coll.

 

Teniente Gerardo López-Mayoral.

 

Sargento Primero Miguel Ángel Montesinos.

 

Sargento Manuel María Guzmán.

El acto estuvo presidido por el Jefe de las Fuerzas Ligeras, el general de división Javier Valera Salas. Junto a él, el jefe de la Brigada Paracaidista, el general Juan Cifuentes y el primer jefe de la III Bandera Paracaidista, el coronel retirado Echanove Goñi. Echanove, que se hizo cargo de la bandera en 1960, no dudó a sus 97 lúcidos años en cumplir con la tradición no escrita de la Brigada Paracaidista de no cumplir con todas las normas y fue el encargado de depositar la corona de laurel en el monumento a los caídos. El último miembro de la III Bandera fallecido fue el cabo Torres, en unas maniobras en el campo zaragozano de San Gregorio, en 2003.

Cifuentes, por su parte, tuvo palabras de ánimo para el caballero legionario paracaidista Emilio Álamo, a quien un accidente durante la misión ha postrado en una silla de ruedas. Álamo, visiblemente emocionado y acompañado de su mujer, señaló que su recuperación avanza a buen ritmo y que ya incluso puede mantenerse en pie. «Ahora estoy fortaleciendo los brazos», comentó tras recibir el cariño y apoyo de sus compañeros

Sangre y fuego

Pero además de reconocer el valor de sus «héroes» -como la propia documentación de la Brigada Paracaidista los denominaba en su convocatoria al acto, éste sirvió para celebrar el 53 aniversario de la creación de la Bandera Ortiz de Zárate, que además de en Afganistán ha estado presente en las misiones de Kosovo (2000) y Bosnia Herzegovina (1993), además de en el Sáhara Español.

La 14ª Compañía saludó con su lema -«sangre y fuego»- la concesión del premio que lleva el nombre del fallecido capitán Rivas a la mejor unidad de la Bandera. Su viuda entregó el trofeo al jefe de la compañía. Pero como dice el ideario paracaidista: «los éxitos de mis compañeros serán los míos propios».

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