Aunque sea por el impacto económico, estos dos municipios han dejado claro su voluntad de que el Ejército de Tierra permanezca en la comarca e incluso (pero muy discretamente) la Generalitat ha pedido oficialmente su continuidad al Gobierno, al margen de alguna intervención parlamentaria de CiU en el Congreso de los Diputados en este sentido:
«¿Es consciente el Gobierno del importante perjuicio para el desarrollo económico y social de la zona que supondrá el cierre de la Academia General Básica de Talarn?», preguntaban el 11 de abril de 2012 por escrito al ministro de Defensa los parlamentarios de CiU, María Concepció Tarruella Tomàs y Jordi Xuclà i Costa.
Los que hemos seguido este debate en los últimos años, sorprendidos quedamos por el mismo. Surrealista cuanto menos: CiU defendiendo la continuidad de la academia militar en Cataluña y ERC instando al Ministerio de Defensa a un «reparto de activos para cuando se produzca la independencia» (diputado Alfred Bosch, 13/11/2012). Ambos son socios de aventura independentista/secesionista… o pregunta con final «sí/sí» (puestos a elucubrar… ¿tan difícil es proponer una pregunta clarita de «sí o no»?).
Por otro lado, los mismos independentistas/nacionalistas (¿hay ya alguna diferencia?) critican las maniobras militares del Ejército del Aire o desdeñan la vinculación histórica del buque insignia de la Armada Española con la ciudad de Barcelona (Xavier Trías). Todo esto para empezar.
Quizás, todo ello no sea sino parte del mismo disparate. Al menos, señores independentistas, sean coherentes.
El mismo Artur Mas, cuando ejercía algo más de presidente de todos los catalanes que ahora, asistió a una entrega de despachos el pasado año en la Academia General Básica de Suboficiales (foto que encabeza esta entrada de blog). Al acto de hoy, no acude.
Buen momento para recordar esa estrofa del himno de la Academia que dice así:
«Mi alma templó
tu Academia leridana
donde aprendí
a quererte con fervor
una virtud
que adorna y ennoblece
a un soldado fiel
a tu historia y esplendor»