Estimado Papá Noel:
Me dirijo a ti después de haberlo intentado todo. Sé que quizás no te importe, pero soy suboficial sargento primero de las Fuerzas Armadas que, antes de recurrirte en última instancia, empezó su andadura en busca de ayuda en los Reyes Magos.
A Baltasar le pedí mejorar mis condiciones económicas y me dijo que le mirara el color del pellejo, que él solo podía darme oro del que descomía el agareno, resignado le pedí a Melchor mejoras profesionales y me ofreció mirra para tapar el tufo de la realidad vigente en estricto cumplimiento de la Ley de la Carrera Militar. Sin que llegara a pedirle a Gaspar las mejoras sociales, me confirmó lo que ya esperaba, que él solo entregaba humo.
12 de octubre, día del Pilar, día festivo en el que conmemoramos la fecha en la que una expedición organizada por la monarquía hispánica descubre un nuevo continente. Una fecha de escala planetaria elegida como Día de la Fiesta Nacional para regocijo de todos los españoles.
Aquella de finales del siglo XV era una sociedad con empuje, con ganas de ampliar el mundo, en la que la milicia –entonces dedicación a tiempo parcial- tenía un papel destacado y sus integrantes prestigio social. Hoy estamos a las antípodas de aquella situación para quienes visten uniforme. Los miembros de las Fuerzas Armadas están en el vagón de cola de las retribuciones de los empleados públicos, muy separados del resto. Cualquier comparación con otros uniformados del ámbito de la seguridad pone los pelos de punta. No sólo en la nómina, en consideración social o reconocimiento del nivel de formación, en compensación del tiempo de servicio… Otras profesiones cuentan con un coeficiente compensatorio de unos factores de peligrosidad y penosidad que les hace llegar antes a la jubilación, pero a los militares se les regatea todo, tal vez porque no debe ser peligroso ni penoso trabajar con armas y explosivos en cualquier punto del mundo donde se manda a estos mismos militares a quienes se homenajea participando en desfiles, en los Campos Elíseos o en la Castellana. Malas pagas.
El pasado viernes 4 de octubre se celebró un pleno ordinario del Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas. No fue como tantos otros, las aguas de la Defensa están revueltas en lo que respecta a los asuntos de personal en este año tan movido políticamente. A propuesta de las asociaciones profesionales1 se celebró en marzo un pleno extraordinario sobre retribuciones que resultó ser agua de borrajas porque en medio hubo un adelanto electoral y el Ministerio de Defensa no quiso facilitar su estudio de retribuciones con el argumento de no querer hacer electoralismo. Un pleno para nada.
En el pleno ordinario de junio los representantes de ASFASPRO se levantaron de la mesa tras la negativa del Ministerio a reconsiderar unos proyectos de Real Decreto sobre enseñanza y promoción lesivos para los suboficiales. Por lo visto, para bloquear la carrera de los suboficiales y eliminar en la práctica la promoción interna el ministerio no está en funciones. Funciones a la carta2, a la medida de los deseos. Unos deseos de los responsables de la Administración que están en dirección contraria a la demanda del legislativo, que sí se preocupó en la Ley 46/2015, de reforma de la Ley de la carrera militar, de establecer el fomento de la promoción interna en la nueva redacción del art. 62 de la Ley de la Carrera militar.
Las Fuerzas Armadas, como el recluta que afronta sus primeras sesiones de instrucción de orden cerrado con cierto grado de confusión y descoordinación, caminan con el paso cambiado desde el inicio de su profesionalización en el año 1989. Algo muy difícil de explicar si tenemos en cuenta que otros organismos e instituciones, por ejemplo, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE), marchan en perfecta sincronía con la sociedad civil por la senda de la modernización y el pleno reconocimiento profesional, social y retributivo de todos sus miembros, cosa que no ocurre con los militares profesionales.
En lo que concierne a las retribuciones, por más que la ministra de Defensa en funciones o su equipo traten de distraer al personal con discursos banales y fuegos de artificio, la sorprendente realidad es que todos los miembros de las Fuerzas Armadas por debajo del empleo de capitán cobrarán, a partir de enero de 2020, menos o considerablemente menos que el componente más moderno de las FCSE (policías autonómicas y locales incluidas), bomberos, etc., por poner algunos ejemplos de profesiones que tienen cierta singularidad por su penosidad, peligrosidad o especial dedicación, al igual que la profesión militar. Estamos hablando de más de cien mil mujeres y hombres que, además de sus misiones o cometidos habituales, soportan la práctica totalidad de las guardias y los servicios.
SÍ.
Para responder a esta pregunta debemos consultar la Ley Orgánica 9/2011, de 27 de julio, de derechos y deberes de los miembros de las Fuerzas Armadas y dos importantes sentencias1, una del Tribunal Superior de Justicia de Madrid del año 2015 y otra del Tribunal Supremo del 2017.
El artículo 13 de la cita ley establece:
“1. El militar podrá ejercer el derecho de reunión, de acuerdo con lo previsto en la Ley Orgánica 9/1983, de 15 de julio, reguladora del Derecho de Reunión pero no podrá organizar ni participar activamente en reuniones o manifestaciones de carácter político o sindical.
Desde que a fines de 2017 la entonces Ministra de Defensa Sra. Cospedal anunciara en el pleno del Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas la realización de un estudio para actualizar y dignificar las retribuciones del personal militar se han venido sucediendo muchas palabras al respecto pero ningún avance que los hombres y mujeres que sacrifican su vida por España hayan constatado en su nómina. En cambio, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han visto ya dos aumentos que les han supuesto más de 300€ mensuales y están a la espera de un tercero en 2020.
Ha dado igual que todos los grupos parlamentarios del Congreso estuvieran de acuerdo en dignificar los salarios de los militares o que el dictamen de la Comisión de Defensa de esa cámara de 21 de febrero de 2018 en relación con el informe de 2016 del Observatorio de la Vida Militar (OVM) calificara como situación grave la de las retribuciones de los miembros de las Fuerzas Armadas. Ha dado igual que el militar de mayor rango, el general Jefe de Estado Mayor de la Defensa, denunciara en público dos veces, una de las cuales en sede parlamentaria, que los militares tienen las retribuciones más bajas de la Administración y la necesidad ineludible de solucionarlo antes del final de 2019. Ha dado igual que las asociaciones profesionales de miembros de las Fuerzas Armadas forzaran un pleno extraordinario sobre retribuciones que no tuvo contenido por la negativa del Ministerio a avanzar en el tema con la excusa de que el gobierno está en funciones. ¿Excusas de mal pagador? ¿Falta de voluntad?
Con ocasión del desfile del 14 de julio publicamos hace unos días un artículo1 glosando la actuación de unos militares españoles rechazando con las armas un ataque terrorista en Mali, gesta que motivó la invitación de Francia a que una compañía de la Brigada “Galicia” VII abriera el desfile de tropas a pie en los Campos Elíseos, en un destacado lugar de honor.
Ahora bien, el texto adolecía de un grave error: no se hacía mención a la unidad que realmente estuvo sobre el terreno en Koulikoro (Mali) y realizó la acción. Se trata de personal del batallón “Zamora” del Regimiento “Isabel la Católica” nº 29 de guarnición en Figueirido (Pontevedra), de quienes solicitamos su benevolencia para disculparnos por el fallo.
5 segundos es el tiempo que han dedicado algunas televisiones españolas a los militares españoles que han abierto como tropas de honor el desfile del 14 de julio en los Campos Elíseos de París. La invitación no ha sido casualidad ni por un sorteo sino que han sido invitados a abrir el desfile de las tropas a pie, en lugar destacado, por su participación en la Misión de formación de la Unión Europea en Mali (EUTM Mali) en el transcurso de la cual el pasado 24 de febrero rechazaron un ataque yihadista a la base de las tropas europeas. Unos valientes que salvaron vidas exponiendo las suyas en combate. 5 segundos irrelevantes en los medios españoles, que contrastan con el reconocimiento y la atención mediática que han recibido de Francia.
La 2ª Cía. del Batallón “San Quintín” I/31 pertenece al Regimiento de Infantería “Príncipe” nº 3, de guarnición en Siero (Asturias) ha abierto, en solitario tras las banderas, el desfile militar de la Fiesta Nacional francesa en 2019. Simplemente porque cumplieron con su deber a miles de kilómetros, repeliendo un ataque terrorista a la base militar de Koulikoro (Mali) cuya protección tenían encomendada. Evitaron que dos vehículos con 500 kg de explosivos fueran utilizados contra el personal, salvando así numerosas vidas.
“FEO, FUERTE Y FORMAL” es la nueva novela de Pedro Pedreño Caravaca, Sargento 1º en situación de retiro.
Esta novela es un homenaje a los militares que participan en misiones internacionales y que tienen que afrontar, al regresar a casa, esa realidad vivida en situaciones de conflicto. La novela se centra en la vida de Toni, personaje basado en un suboficial del EZAPAC.
SINOPSIS
Esta novela, donde la acción comparte protagonismo con el amor y con intensas vivencias, no deja de ser un homenaje hacia unos profesionales que deben aprender a soportar la tensión lógica de sus actuaciones en países en conflicto, para al mismo tiempo, ser capaces de llevar una vida estable fuera de dicha tensión, resultándoles lo más normal posible.
Toni pertenece al EZAPAC y vuelve de Afganistán después de varios meses de misión. La tristeza inunda su regreso por los momentos vividos en dicha misión. A su llegada a Murcia desea olvidar todo y Juan (policía nacional), su mejor amigo, le da la bienvenida y, como siempre, será el apoyo necesario y significativo para poder superar los malos momentos.
Conoce a Leticia, la cual llenará todo el vacío que su existencia desea ocupar. Juntos viven momentos maravillosos y otros duros, pero los superan con el amor que se profesan.
Como pareja, desde el principio, encajan en todo, siendo capaces de amarse sin límites, respetarse y apoyarse en los momentos difíciles, así como admirar la forma de actuar del otro ante cualquier vicisitud.
Les llega un ser que, a pesar de tener que superar grandes dificultades, les llevará a lograr que su mundo alcance el sumun de felicidad y conocerán el gran placer de ser padres.
Su vida militar y por ende su educación y entrenamiento, hace que supere todos los problemas de forma firme y valiente. Su paso por la PAPEA antes de ingresar en la Academia de Suboficiales del Ejército del Aire, también le proporcionará grandes dotes de seguridad y coraje en sus actos.
AUTOR
Su autor, Pedro Antonio Pedreño Caravaca, nació en Murcia en junio de 1960. Es Militar Retirado en acto de servicio y su profesión le ha marcado en todos los niveles de la vida.
INFORMACION DE LA NOVELA
FEO, FUERTE Y FORMAL
Editorial: Círculo Rojo
Colección: Novela
ISBN: 9788413172545
Actualmente se puede adquirir en epub y PDF en Casa del Libro, Agapea y El Corte Ingles.
Físico se puede hacer en la propia editorial y en Amazon.
Y para los que residan en Murcia actualmente se puede comprar en Papelería Azarbe en la Calle Pintor Pedro Flores junto a correos.
El porcentaje de suboficiales que ha conseguido promocionar a oficial en los últimos nueve años, del 1%, no admite comparación alguna con sus homólogos de la Guardia Civil y Policía Nacional, que rondan el 11% y el 26% respectivamente. ¿Cómo es posible que de 28.000 suboficiales solo haya conseguido promocionar a oficial un exiguo 1%? Algún motivo tiene que haber para que se produzcan estas abultadas diferencias.
No se trata del número de plazas convocadas, sino de los requisitos de acceso. Un simple vistazo a la configuración de la promoción interna de los suboficiales de la Guardia Civil o de los subinspectores de la Policía Nacional o de los militares de complemento a oficial de carrera basta para confirmar la realidad.