En la actualidad existe una gran confusión sobre si se pueden portar tatuajes visibles vistiendo uniforme (los autorizados), tanto para aquellos militares que ingresen en las FAS, como para aquellos otros que, perteneciendo ya a ellas, deseen ostentarlos.
La confusión se produce porque en el actual reglamento de ingreso (RD 309/2021 de 4 de mayo) se dice en su art.15(j)que: “Para las formas de ingreso directo, carecer de inserciones o tatuajes que puedan ser contrarios a los valores constitucionales o atentar contra la imagen de las Fuerzas Armadas”. Reflejándose de esta manera en las distintas convocatorias de acceso.
Mientras que, bajo la normativa anterior, en todas las convocatorias se decía que los aspirantes debían: “Carecer de tatuajes que contengan expresiones o imágenes contrarias a los valores constitucionales, Autoridades, virtudes militares, que supongan desdoro para el uniforme,… que pudieran ser visibles vistiendo las diferentes modalidades de los uniformes de las Fuerzas Armadas, …”.
Por lo tanto, el RD 309/2021 modificó el requisito de visibilidad, procediéndose a modificar esta cuestión en las convocatorias posteriores. Con lo que actualmente nos encontramos con la problemática, de dejar ingresar en las FAS a personas con tatuajes -permitidos- pero visibles llevando el uniforme, lo que choca frontalmente con las normativas sobre Uniformidad y Policía, que en su mayoría son antiguas y no han recogido esta evolución, no permitiendo tatuajes visibles, como por ejemplo, la IG 60-26 "ASPECTO FÍSICO Y LA POLICÍA" del E.A., que regula el uso de tatuajes, y que dice lo siguiente: “5. Normas comunes. No se permitirán tatuajes, "piercings" o pegatinas corporales que puedan ser visibles con cualquiera de las uniformidades reglamentarias”
A lo que se suma, que los miembros ya pertenecientes a las FAS, no pueden ostentar ningún tatuaje vistiendo uniforme, dado que, recordemos, el RD 309/2021 es para ingresar en las FAS y no modifica ninguna reglamentación sobre la Uniformidad y Policía.
Sobre este tema, se pronunció el consejo de estado en el año 2014[1], dictamen que estaba de acuerdo en la EXCLUSIÓN de los aspirantes que tuvieran tatuajes para el ingreso en las FAS, algo hoy modificado, pero cuyas consideraciones son válidas en cuanto a todo lo manifestado sobre la Uniformidad, y en lo que aquí interesa sobre si se pueden ver o no tatuajes vistiendo uniforme, en él se dice: En realidad, la uniformidad no es sino la manifestación más aparente del principio de unidad que inspira toda la organización de las Fuerzas Armadas, principio que ha encontrado reconocimiento en nuestra jurisprudencia constitucional (Sentencias del Tribunal Constitucional nº 371/1993, de 13 de diciembre, y nº 270/1994, de 17 de octubre). En aras de esa unidad, se exige la uniformidad exterior de los miembros de las Fuerzas Armadas, lo que vale tanto como intentar reducir en lo posible y razonable las diferencias en su apariencia personal. Tal exigencia no puede quedar reducida a la vestimenta, sino que se extiende a otros elementos, como ocurre, por utilizar un ejemplo antiguo y notorio, con la longitud del pelo permisible en las Fuerzas Armadas. De este modo, la requerida uniformidad desaparecería si los militares pudieran llevar tatuajes que fueran visibles portando la vestimenta militar reglamentaria, con lo que su prohibición queda justificada.
Por tanto, la situación actual es confusa, toda vez que las normas o instrucciones sobre policía personal aprobadas por los Estados Mayores de los Ejércitos prohíben tatuajes que “puedan ser visibles con cualquiera de las uniformidades reglamentarias”. De un lado, se deja ingresar en las FAS con tatuajes que son visibles portando el uniforme, pero de otro se prohíben a los que pertenecen ya a ellas, lo que supone una diferencia de trato.
¿En qué quedamos? Si no se quiere que los tatuajes sean visibles, habría que aclararlo en las convocatorias, dada la gran dificultad conocida de borrar o suprimirlos. Y habría que esclarecer, actualizando las distintas normas de Uniformidad y Policía, si se pueden portar tatuajes o no vistiendo uniforme, (los autorizados), tanto para aquellos militares que ingresen con ellos conforme a su convocatoria, como para aquellos otros que, perteneciendo ya a las FAS, deseen ostentarlos.
[1] Dictamen 436/2014. https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=CE-D-2014-436
El comportamiento del Ministerio de Defensa con respecto al personal militar de las Fuerzas Armadas, que parece ser su última y lejana prioridad, merece en esta fecha toneladas de carbón.
Madrid, 5 de enero de 2023.
Mañana, 6 de enero, Día de la Pascua Militar, los discursos de las autoridades de Defensa serán como acostumbran, grandilocuentes, encantados de conocerse, describiendo la situación de las Fuerzas Armadas como digna de una utópica Arcadia Feliz inexistente. Sin embargo, en el reparto que la Cabalgata de los Reyes Magos realizarán el 5 de enero en Madrid, a las puertas de Castellana, 109, sede del Ministerio de Defensa, solamente pueden dejar carbón, mucho carbón.
La invasión rusa de Ucrania puso sobre el tapete en todo el mundo occidental el estado del gasto –o la inversión- en Defensa. También en España, donde llevamos lustros con unos presupuestos de Defensa por debajo de las necesidades reales, con el coste que esto ha supuesto en deterioro de infraestructuras, envejecimiento de los sistemas de armas y retribuciones paupérrimas para el personal, las peores de la Administración con diferencia. ¡Carbón!
La Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados en su dictamen de febrero de 2018 –pronto hará cinco años- definía como grave la situación de las retribuciones militares. Las asociaciones profesionales venimos denunciando esta situación desde hace años, en los despachos y también mediante manifestaciones en la calle con pancartas a la puerta del Congreso, la última el 25 de junio de 2022, a unos días de la reunión en Madrid de la Cumbre de la OTAN en la que se aprobó aumentar el gasto en Defensa. En marzo de 2021 tuvo lugar un incremento de algunos complementos retributivos, es cierto, pero con unas cantidades tan mínimas que el aumento solo sirvió para poner sal en la herida y hacer ver que las diferencias retributivas con otros colectivos del ámbito de la seguridad son hoy mucho más escandalosamente exageradas que en aquel 2018. ¡Carbón!
En los presupuestos generales del Estado para 2023 las partidas para Defensa se han incrementado en varios miles de millones de euros, pero el gobierno ha sido incapaz de dedicar ni un 10% de este incremento a mejorar las retribuciones del personal, dedicando miles y miles de millones a la industria de Defensa. No es justo. El personal militar está muy mal pagado se le compare con quien se le compare, con miembros de los ejércitos de otros países o con empleados de las administraciones públicas españolas: un suboficial piloto de helicóptero de combate (3 años de educación superior en una academia más un curso de piloto de helicóptero) no puede cobrar cada mes menos que un conductor de un autobús de una empresa municipal de transporte, con todos los respetos hacia este profesional. No es justo, pero es la realidad. ¡Carbón!
Los Ministerios de Defensa y de Hacienda han sido incapaces de encontrar un céntimo en 2022 ni se prevé en 2023 para mejorar las retribuciones militares, pero intentan acallar conciencias repartiendo en las nóminas a finales de 2022 de forma arbitraria y graciable –es decir, no de forma general ni justificada- un concepto que denominaron “paga única incentivo” pero que lo mismo podría llamarse “aguinaldo de la ministra”, dado que este reparto de dinero no está contemplado en la normativa de retribuciones. El ministerio afirma que es un “complemento de dedicación especial”, pero es que las nóminas del personal que percibe el CDE ya incluían una cantidad por este concepto, luego no era eso, era otra cosa, un intento de acallar mala conciencia o de desmovilizar las protestas del personal. Pan para hoy y hambre para mañana, porque como dice la canción que corre por los cuarteles “… y mi sueldo continua igual de bajo que ayer…”. ¡Carbón!
Estas navidades el Ministerio de Defensa difundió en los medios y en las redes sociales un video en el que se muestra que los invisibles militares están ahí, aunque no se les vea: un buzo de la Armada en el metro de Madrid… Los ciudadanos los ven, los han visto diariamente en lo más crudo de la pandemia, los han visto tomando muestras de gases en primera línea del volcán de La Palma o quitando cenizas volcánicas a paladas de los tejados de las casas isleñas. Los han visto y los volverán a ver actuando con ocasión de nevadas, inundaciones, incendios… o la catástrofe que sea. Quien parece que no los ve y se niega empecinadamente a reunirse con los representantes que defienden los derechos profesionales de los militares es la Ministra Robles, quien tanto insistía en el diálogo cuando los problemas de personal afectaban a otros ministerios. Para muestra de su invisibilidad un botón: las asociaciones profesionales solicitaron reiteradamente por escrito reunirse con la ministra para tratar los problemas de personal, como respuesta se emplazaba al siguiente pleno del Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas. Este órgano se reunió en pleno el lunes 19 de diciembre, lástima que la ministra –que lo preside y pone el calendario de actividades- prefiriera irse a escuchar villancicos en el concierto de Navidad de la Armada. Al final resulta que los militares son invisibles para quien no quiere verles ni oírles. ¡Carbón!
Y con este bello panorama los sufridos hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas seguirán sacrificándose y soportando estoicamente las bellas y huecas palabras que se les dedicarán el 6 de enero. Un año más los discursos serán un ejemplo de manual del “dime de qué presumes y te diré de qué careces”.
Carbón, mucho carbón.
Madrid, 29 de diciembre de 2022.
Llevamos mucho tiempo con ganas de que se ponga solución al problema de las paupérrimas retribuciones de las Fuerzas Armadas, pero de momento las actuaciones del Ministerio de Defensa mirando para otro lado solo permiten dar esta noticia el Día de los Inocentes. Nos hemos permitido publicar un deseo más que una inocentada en tan señalado día del año, cuando en realidad sentimos que nos toman el pelo retributivamente los 365 días del año.
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El objetivo, terminar con la desigualdad salarial entre los militares de la Guardia Civil y los militares de las Fuerzas Armadas. Madrid, 28 de diciembre de 2022. La ministra de Defensa, Margarita Robles, y Fernando Grande-Marlaska, titular de la cartera de Interior, tienen previsto reunirse durante la jornada del 28 de diciembre para estudiar la manera de equiparar las retribuciones del personal militar de las Fuerzas Armadas con las del personal militar de la Guardia Civil. Tras años de continuas demandas de las asociaciones profesionales de miembros de las Fuerzas Armadas, parece que por fin se va a poner hilo a la aguja, más allá de los repartos graciables y arbitrarios que se vienen realizando en Defensa.
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El personal de las Fuerzas Armadas sigue discriminado como personal de segunda, con derechos profesionales y retributivos restringidos, tras más de 40 años de Constitución.
Tras lustros y lustros en los que se apartó a los militares del foco mediático –exceptuando el desfile de la Fiesta Nacional y dos imágenes de cascos azules-, en los últimos años la ciudadanía ha visto cómo el personal de las Fuerzas Armadas interviene en cualquier tipo de crisis: terremotos, incendios, nevadas, el gran protagonismo –compartido con otros colectivos- durante el COVID… Y ahora, con el trasfondo de la invasión rusa a Ucrania, va calando la necesidad de contar con unas Fuerzas Armadas preparadas para garantizar la defensa nacional. Para cumplir con todos esos cometidos es necesario contar con personal formado y motivado al que dotar con medios eficaces. ¿Qué hace falta para tener esto? La respuesta la conocían ya los antiguos romanos: un presupuesto militar adecuado y un trato digno y justo al personal en filas.
Cuando se aprobó la Constitución hace ya más de 40 años se puso cuidado en restringir los derechos políticos y sindicales de los militares, que eran vistos por muchos como un colectivo vinculado al franquismo. Ha llovido mucho, y durante lo que llevamos de democracia la visión ha ido cambiando. España cuenta hoy con unas Fuerzas Armadas dignas de un estado democrático, pero se sigue conociendo poco a este personal y, lo que es peor, se sigue abusando de su disciplina para mantener en vigor exageradas restricciones de sus derechos profesionales, y esto tiene consecuencias para las familias de los militares.
Costó que los militares pudieran asociarse para defender sus derechos profesionales, hubo que esperar a que el Tribunal Constitucional, con la sentencia 219/2001 diera el placet a las asociaciones de militares con fines reivindicativos. Y empezaron a surgir algunas asociaciones, sin un marco específico. Los legisladores esperaron 10 años para hacerlo. La promulgación de la Ley Orgánica 9/2011, de 27 de julio, de derechos y deberes de los miembros de las Fuerzas Armadas, dio carta de naturaleza a las asociaciones profesionales, pero fundamentalmente ha servido para intentar atarlas en corto. Para seguir restringiendo derechos profesionales. Han pasado otros 10 años y no hemos avanzado en reconocer derechos profesionales. El Ministerio de Defensa niega el pan y la sal a las asociaciones profesionales y procura limitar su contacto con el personal cuyos derechos defienden. Cualquier empresa puede entrar en un acuartelamiento para ofertar coches, zapatos, aceite, viajes… pero una asociación profesional no puede hacer una reunión para explicar a los militares las propuestas para mejorar las condiciones laborales.
Un derecho que todo el mundo entiende es el derecho a una retribución digna y justa, existiendo dictámenes jurídicos de que a trabajo de igual valor corresponde una retribución de igual valor. La nómina del personal de las Fuerzas Armadas es el mejor ejemplo del desprecio recibido: no resiste comparación con las nóminas (líquidas, no brutas) de otros empleados públicos del ámbito de la seguridad, algunos incluso también con la condición militar:
- Sargento Fuerzas Armadas, grupo A2, sin trienios; 1.635’53 €.
- Policía Local, grupo C1, con 5 trienios: 2.246’56 €.
- Subteniente Fuerzas Armadas, grupo A2, con 12 trienios: 2.268’84 €.
- Guardia Civil, grupo C1, con 10 trienios: 2.311’16 €.
Es decir, el personal de las Fuerzas Armadas (tanto al principio como al final de su carrera) recibe por su trabajo muchísimo menos que el personal de ocupaciones similares pero de un grupo de clasificación inferior. Mal pagado por partida doble. Pero es que el personal de las Fuerzas Armadas es el único al que se le exige matar y morir en el cumplimiento de su misión. Mal pagado por partida triple.
¿Cómo se ha llegado a esta situación? Pues gracias a la restricción de derechos del personal de los ejércitos y al continuo abuso de su disciplina y de su amor al servicio. Eso sí, para compensar reciben un aluvión de elogios y parabienes. Parabienes, pocos bienes.
Moraleja: menos palabras y más derechos, que de buenas palabras no viven las familias de los miembros de las Fuerzas Armadas.
¡Constitución para todos! ¡Para los militares también!
El gabinete jurídico de ASFASPRO ha conseguido sentencia estimatoria del Tribunal Superior de Justicia de Madrid que obliga al Ministerio de Defensa a abonar a dos suboficiales del Ejército de Tierra, el componente singular del complemento específico por el puesto de trabajo desempeñado con carácter interino como Capitanes Jefes. La cuantía total supera los 15.200€ más los intereses legales correspondientes.
Como reiteran varias sentencias “el CSCE está referido al puesto de trabajo realmente desempeñado, de tal manera que, si el recurrente lo ejerció durante el período de tiempo que menciona, y así lo acredita suficientemente tiene derecho a su percibo, aunque tal ejercicio hubiere sido mediante adscripción provisional o sin nombramiento formal alguno, esto es como situación meramente de hecho.”
El tribunal impone costas procesales a la Administración por un importe de 600€ más IVA.
¿Cuántas sentencias serán necesarias para que el Ejército de Tierra abone de oficio lo que en derecho corresponde a los suboficiales que desempeñan puestos de trabajo de nivel superior?
Si te encuentras en una situación análoga no dudes en contactar con Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
El pasado 22 de noviembre se celebró sesión plenaria del Congreso de los Diputados para tratar el Proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para el año 2023 en lo concerniente al Ministerio de Defensa.
A continuación incluimos diferentes cortes sobre las retribuciones, que no se incrementaran más allá de lo dispuesto para los empleados públicos. La brecha salarial con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y con ejércitos de nuestro entorno europeo no se cierra y, además, seguiremos en el furgón de cola de la Administración
01 Ministra | 02 Ciudadanos | |
03 PP | 04 IU-Podemos |
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05 VOX | 06 PSOE |
Pleno del Congreso del 22/11/2022 en PDF:
Pleno Congreso PGE 2023 22-11-22.PDF
Todos los vídeos de la sesión del Pleno del Congreso 22/11/2022 sobre presupuestos generales 2023:
https://app.congreso.es/AudiovisualCongreso/audiovisualEmisionSemiDirecto?codOrgano=400&codSesion=215&idLegislaturaElegida=14&fechaSesion=22/11/2022
La nómina de noviembre permitirá al personal de las Fuerzas Armadas vislumbrar lo que debería cobrar mensualmente.
El mes de noviembre de 2022 será recordado durante mucho tiempo por el personal militar. Este mes de noviembre los miembros de las Fuerzas Armadas percibirán una nómina que se acerca a la retribución justa y digna que venimos solicitando desde hace años, los últimos incluso con manifestaciones en la Carrera de San Jerónimo.
Todo el personal militar comprobará en noviembre la diferencia entre una nómina aceptable, lo que aproximadamente perciben los compañeros militares del cuerpo de la Guardia Civil. Sin embargo, para éstos es su nómina habitual (aumentada también en este mes con el 1’5% de atrasos, luego cobrarán más que el personal de los ejércitos, como siempre) y para las Fuerzas Armadas no dejará de ser un espejismo efímero.
No podemos olvidar que esta nómina de noviembre es el resultado de una conjunción astral: a las retribuciones de cada mes se unen los atrasos del 1’5% que va a recibir todo el personal de la Administración y otros 660 € en concepto de incentivo único que el Ministerio de Defensa ha sacado por arte de birlí birloque. En lugar de iniciar un proceso de progresiva dignificación de las retribuciones militares, con sucesivos incrementos para los militares -al margen de subidas para todos los funcionarios, de manera que se elimine el abismo existente actualmente entre sueldos-, como pedimos las asociaciones profesionales, las ministras de Defensa y de Hacienda nos dan una limosna puntual y lo venden como un gran avance.
¿Este “pago único incentivo” no hubiese sido suficiente para iniciar cambios normativos para regular digna y justamente el complemento de dedicación especial, tal y como se trató en el Consejo de Personal y que el PSOE defendió en la oposición [1]? Este complemento continúa siendo una retribución a dedo y muy desequilibrada.
Es posible que a muchos la nómina de noviembre y de diciembre les haga creer que reciben lo que merecen, pero ya llegará la triste nómina de enero para darse de bruces con la triste realidad: el personal de las Fuerzas Armadas es el peor pagado de la Administración. El gobierno se niega a retribuir decentemente al personal militar del Ministerio de Defensa. No es de recibo que haya una diferencia de más de 800 € mensuales en el Componente Singular del Complemento Específico (CSCE) entre dos militares del mismo empleo que ocupan puestos para los que se exige el mismo curso (NBQ, por ejemplo), a favor del compañero de la Guardia Civil. Esta diferencia en un solo complemento. No es de recibo que la nómina de un profesional que empieza su carrera en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE) sea superior a la de un profesional de las Fuerzas Armadas a punto de terminar su vida activa en la categoría inmediata superior, incluso con la diferencia en trienios que ello comporta a favor de éste.
Y mientras, el Ministerio de Defensa mata una y cuenta veinte. La irrisoria subida de retribuciones militares de marzo de 2021, no ha tenido continuidad alguna en 2022, pero cada vez que la Ministra, la Secretaria de Estado o la Subsecretaria de Defensa se refieren a ella sacando pecho parece que hayan convertido en millonarios a los pobres militares. ¿Viven en otra galaxia? ¿O será que intentan acallar la mala conciencia? Porque con la peor nómina de la Administración, el personal de las Fuerzas Armadas sólo es millonario en sacrificio, en la íntima satisfacción del deber cumplido… y en problemas para llegar a fin de mes, dar de comer a la familia (sin subvenciones para comedores escolares como las que gozan los miembros de las FCSE en la Comunidad de Madrid, cuya extensión ha solicitado ASFASPRO a la señora Ayuso sin que esta mueva ficha), pagar el alquiler o la hipoteca de la vivienda familiar y a la vez la residencia en el lugar de destino cuando se sufre la tan habitual movilidad geográfica.
Todo ello se ha puesto de manifiesto reiteradamente, pero quien puede poner solución prefiere utilizar el recurso a la limosna que dotar al personal de las Fuerzas Armadas de un sueldo justo y digno. En noviembre veremos una nómina más ajustada a la merecida, pero la cuesta de enero nos devolverá a la triste realidad.
[1] https://www.asfaspro.es/rss/item/2296-el-complemento-de-dedicacion-especial-asignatura-pendiente
ATENCIÓN: NO ES UNA INICIATIVA O QUEJA, ES UNA SOLICITUD DEL INTERESADO EN VIRTUD DE LA LEY 39/2015, DE 1 DE OCTUBRE, DEL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO COMÚN DE LAS ADMINSITRACIONES PÚBLICAS.
Para aquellos que no hayan percibido este "pago único incentivo" o sólo hayan cobrado una parte -reserva, SAPAD, baja médica, destinado en el extranjero, etc...-, el Gabinete jurídico de ASFASPRO ha elaborado la siguiente solicitud a cursar por conducto reglamentario.
Antes de su tramitación remitir a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. para su revisión.
El Ministerio de Defensa y la UNED han firmado un convenio de impartición de títulos de Grado a personal de las Escalas de Suboficiales de las Fuerzas Armadas. El acuerdo incluye el reconocimiento de créditos de la formación recibida en las academias y escuelas de suboficiales que, en algunos casos, se acerca a los 60 ECTS.
Este convenio es parte fundamental del programa formativo impulsado por el ministerio para facilitar a los suboficiales la obtención de titulaciones de Grado del sistema educativo general y su posterior promoción a las escalas de oficiales.
Al programa se accederá mediante una oferta de plazas por concurso valorándose la nota de egreso, antigüedad, créditos ya adquiridos en la UNED y conocimientos de inglés. El programa permitirá el acceso a los centros de formación de oficiales a los suboficiales con un mínimo de 180 ECTS, completando el grado universitario a través de la UNED en el propio centro docente militar.
Esta nueva vía de promoción del suboficial – en la que se reconoce parte de los tres años ya cursados en una academia militar- reduce a dos años el tiempo de formación en las academias de oficiales.
Una vez que se publique y entre en vigor toda la normativa que configura el modelo será necesario que el ministerio dote de plazas suficientes al programa formativo y posterior promoción interna, que no puede ir en detrimento de las ya ofrecidas por la vía de acceso con titulación previa.
CONVENIO ENTRE EL MINISTERIO DE DEFENSA Y LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIÓN A DISTANCIA
BORRADOR DE ORDEN MINISTERIAL PROGRAMA ACCESO ESOF A EOF DEL CG. INF. MARINA
PROPUESTAS PRESENTADAS AL PRÓXIMO PLENO DEL CONSEJO DE PERSONAL
ASFASPRO ha presentado las siguientes diez (10) propuestas para su debate en el próximo pleno del Consejo de Personal.