Toda la tropa permanente y temporal dispone de alojamiento en las unidades tanto si se encuentra destinada, como asistiendo a cursos o en determinadas comisiones de servicio, a diferencia de los mandos –oficiales y suboficiales- que habitualmente, por su escasez o estado de conservación, deben buscar alojamiento fuera de la unidad.

Entonces, ¿cuál es la necesidad real de este cambio? ¿Necesita la tropa permanente más plazas de alojamiento si ya las tiene en las unidades y, generalmente, de forma gratuita?

No, en realidad subyace el agravio de los guardias civiles con consideración de suboficial, que pueden alojarse en Don Quijote, pero no así la tropa permanente.

A lo largo del año, cientos de suboficiales son derivados por falta de habitaciones de la residencia Don Quijote a la residencia de oficiales Alcázar, un edificio de 9 plantas y 163 habitaciones.

¿Qué ha hecho el Ministerio?

Aunque lo lógico y coherente hubiese sido abrir las dos residencias a todas las categorías, ha optado por salvaguardar la posición y ahorrar el esfuerzo solidario a los de siempre, para aumentar en nada menos que en 11.000 los posibles usuarios de las 106 habitaciones de la residencia de suboficiales Don Quijote.

¿Por qué se paga con los suboficiales los agravios de otros colectivos?

Desde ASFASPRO defendemos que es necesaria una acción global de apoyo a la movilidad del militar, que facilite la puesta en marcha de nuevos alojamientos o abarque a los existentes y no a uno sólo, perjudicando como siempre al suboficial.