ASFASPRO denuncia que, un año más, la Ministra de Defensa hace dejación de funciones, mucha foto aquí y allá, pero ni soluciona ni se preocupa por dar unas condiciones de trabajo y una carrera profesional dignas a los nuevos sargentos del Ejército del Aire y del Espacio.
LEÓN, 2 de julio de 2024 – ”Cambiarlo todo para que nada cambie”, la conocida frase de Giuseppe Tomasi di Lampedusa en El gatopardo, parece ser la política aplicada por la actual ministra de Defensa, Margarita Robles. Cambió la denominación del Ejército del Aire, que pasó a tener el rimbombante nombre de Ejército del Aire y del Espacio, pero ese cambio ni nos ha dotado de mayores capacidades reales ni de un personal más preparado y más motivado. Al contrario, la enseñanza militar que han cursado los sargentos que egresan el jueves 4 de julio de la Academia Básica del Aire y del Espacio (ABA) está completamente fuera del Plan Bolonia: por un lado, se les da un título de Técnico Superior civil y por otro el título de empleo de sargento, pero sin reconocerse las asignaturas militares. No van a tener, como correspondería y se merecen, sin que se les regale nada, un título de Grado Universitario propio en la rama de Defensa, pues han superado una carga lectiva total que, si hubiera voluntad de sumar y no de despreciar, es equivalente a 240 ECTS. Esto es factible en colaboración con la Universidad de León y les conferiría ingresar a todos los efectos en el grupo de clasificación A2 de personal de la Administración, en el que están sólo a efectos retributivos como si les hicieran un favor. Nada de eso, se lo han ganado a pulso. Los sargentos que egresan de la ABA y los sargentos de los otros dos ejércitos.
Más cambios para que nada cambie: retribuciones. Consejo de Ministros a Consejo de Ministros, el Ministerio de Defensa viene ampliando su presupuesto con miles de millones de euros, pero no dedica ni un céntimo a dignificar las paupérrimas nóminas de su personal (como sí hacen otros ministerios). Conviene recordar que un guardia civil de tráfico gana como mínimo 500€ más al mes que un sargento de las Fuerzas Armadas. La preparación técnica y la responsabilidad de un suboficial no está retribuida correctamente. Como ASFASPRO y el resto de asociaciones profesionales están protestando por ello, la ministra de Defensa se saca de la manga un socorrido tapabocas: reparte de manera aleatoria y discrecional unas paguitas denominadas “paga única incentivo”, que ni son únicas ni incentivan a nada, porque no se consolidan, sino que son una práctica caciquil propia de aquel ambiente semifeudal que describía Tomaso di Lampedusa: hoy al amo le viene bien repartir, mañana no, hoy reparte aquí, mañana allá, a su ocurrencia.
La manifiesta dejación de responsabilidades ministeriales respecto a la mala situación del personal de las Fuerzas Armadas ha provocado que, como respuesta, ASFASPRO y otras asociaciones se levantaran del último pleno del Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas, al que Margarita Robles no acude desde hace más de tres años, además de no convocar, como está obligada, un pleno extraordinario para tratar propuestas de retribuciones a propuesta de las asociaciones. La ministra ni escucha, ni oye ni quiere oír, en una absoluta falta de compromiso y de empatía con el personal militar, a quien dedica muchas bonitas palabras para enmascarar su falta de preocupación.
Este jueves egresan de la ABA los nuevos sargentos del Ejército del Aire y del Espacio, a quienes damos la bienvenida a nuestras filas con unos galones merecidos. También estos días se está llevando a cabo el concurso oposición para ingresar como alumno y ese negro panorama que hemos descrito sobrevuela el proceso, con agrias y preocupantes circunstancias:
- La ratio de aspirantes por plaza es insuficiente por lo que es difícil elegir a los mejores y más adecuados. El pasado año 2023, el 6,32% de las plazas convocadas para ser suboficial del EA quedaron sin cubrir, alcanzando el 11,27% en 2021.
Dios nos pille confesados si llegan tambores de guerra, porque vamos cuesta abajo y sin frenos, y quien tiene que poner remedio está desaparecido, pero no en combate