Las alegaciones presentadas por las asociaciones han sido en su mayor parte rechazadas, por lo que hay pocos avances respecto el borrador inicial del Plan. Entre estos es de destacar que la Subdirección General de Enseñanza Militar será la que establezca relaciones con la Agencia Estatal de Seguridad Aérea para tratar lo relativo a la acreditación de licencias de piloto y de control de tránsito aéreo u otras titulaciones. Por otro lado, en relación al área de orientación para el empleo, se efectuará seguimiento del personal que haya sido militar de tropa y marinería o de complemento más allá del límite de los dos primeros años.
Sin embargo, se niega a las asociaciones su participación en el Comité de Coordinación, verdadero órgano de supervisión del Plan. Por mucho que la Ministra de Defensa diga que “es fundamental que aunemos esfuerzos” no lo demuestra con hechos, y estos verdaderamente delatan que las asociaciones no son bienvenidas en el Plan. Marginar a las asociaciones a la participación epistolar o a distancia no es la mejor forma de implicar a todos los sectores.
ASFASPRO ha planteado que los actos del Consejo podrían ser nulos de pleno derecho en virtud de la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas, dada la falta de paridad entre el número de representantes del ministerio y de las asociaciones. Por su parte, el ministerio ha esgrimido un informe de la Asesoría Jurídica de Defensa que afirma que el Consejo estaba correctamente constituido.
En todo caso, por incomprensible que parezca, esta orden ministerial no requería acuerdo alguno del Consejo, más aún, si la Ministra de Defensa no hubiese presidido y no se hubiera anunciado a bombo y platillo, ni tan siquiera se habría debatido. ASFASPRO lleva denunciando esta tramposa situación desde hace años. Hay disposiciones que pasan por el Consejo sin debate alguno, los representantes ministeriales guardan silencio y las asociaciones no conocen las razones del rechazo de las alegaciones que han presentado. Sin duda, es una muestra palpable del escaso interés del ministerio en este órgano, en las asociaciones profesionales y en los miles de militares que representan, así como sus familias.
En la intervención de ASFASPRO, en defensa de las alegaciones presentadas al Plan, se hizo un repaso de parte de la problemática que aqueja al colectivo de suboficiales como la promoción interna, la progresión hacia la titulación de Grado, el pase a la administración civil, así como los efectos en las Fuerzas Armadas de la subida salarial de la Guardia Civil y Policía, y los problemas del propio Consejo, haciendo mención en este punto a las cinco (5) sentencias judiciales favorables a ASFASPRO -dos sentencias del Tribunal Supremo y tres de la Audiencia Nacional que anularon o confirmaron la anulación de varias disposiciones normativas que no siguieron el cauce procedimental del Consejo-.
En el apartado de ruegos y preguntas, ASFASPRO volvió a incidir por enésima vez en el proyecto del reglamento de retribuciones que permanece arrestado en el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas desde el año 2015. Incomprensiblemente, el Ministerio de Defensa no logra esos 20 millones de euros necesarios para evitar que el personal en reserva pierda el 20% de sus complementos retributivos por el simple hecho de cumplir 63 años. Ambos ministerios parecen olvidar que en los Presupuestos Generales de 2018 el personal en reserva disminuye en 1.518 efectivos, lo que supone una reducción del gasto de 41,51 millones de euros.
También se solicitó el cumplimiento del reglamento de retribuciones en lo relativo al componente singular del complemento especifico (CSCE) que corresponde a los suboficiales jefes de sección del Ejército de Tierra, que debería pasar del nivel 13 a niveles 15 y 16, como tienen los oficiales cuando ocupan estos puestos.
Finalmente, en defensa de la conciliación de la vida personal, familiar y profesional, se expuso la falta de concesión de los días adicionales en el Tercio de Armada, que la Directora General de Personal se comprometió a estudiar.
A pesar de todas las trabas y la falta de lealtad, ASFASPRO seguirá insistiendo firmemente en los intereses profesionales de sus socios y en general de los suboficiales, cuyas justas reivindicaciones son producto de ser la escala más castigada y perjudicada por todas y cada una de las leyes de personal publicadas en los últimos 30 años.