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17/08/2012 (ElMundo.es)

Dos artefactos explosivos improvisados (IED, en sus siglas en inglés) han estallado al paso de un convoy militar español en la provincia afgana de Badghis, cuando circulaba por la peligrosa ruta Lithium, donde es habitual que la insurgencia esconda minas en la carretera para atentar contra los efectivos internacionales. En concreto el incidente ha ocurrido a la altura de la localidad de Mangan, al norte de la provincia. Fuentes militares han asegurado que el convoy no ha sufrido ningún daño personal ni material, porque los dos artefactos han estallado entre dos vehículos, sin alcanzar a ninguno. Primero ha estallado uno, y después, el otro.

En la actualidad la mayoría de los efectivos españoles destinados en Badghis pertenecen a la Brigada Paracaidista 'Almogávares VI'. Los militares que han sufrido el ataque son una sección que el martes se trasladó a la localidad de Bala Murghab para garantizar la seguridad a un convoy de más de cien camiones que las fuerzas italianas han desplazado hasta allí para iniciar su retirada de la zona, donde han estado desplegadas desde el año 2008. La sección española regresaba este viernes al puesto avanzado de combate Bernardo de Gálvez, en la localidad de Ludina, pero en solitario. Ha sido entonces cuando ha sufrido el ataque.

Fuentes militares han informado que las tropas españolas no han sido capaces de detectar los artefactos explosivos, a pesar de que siempre reconocen el terreno antes de avanzar y se mueven con gran lentitud, porque el tramo de carretera donde ha ocurrido el incidente es una pista completamente de arena, casi un desierto, donde resulta fácil esconder las minas.

Retirada de tropas

Las tropas italianas tienen previsto abandonar la provincia de Badghis este mes de agosto y, para ello, han iniciado una gran operación de retirada, con el apoyo de los efectivos españoles. En los próximos días más patrullas españolas transitarán por la ruta Lithium, escoltando a los convoyes italianos.

España también tiene previsto retirarse de Badghis, pero lo pretende hacer gradualmente a partir del próximo año, según el calendario acordado por la OTAN para la retirada del grueso de las tropas internacionales de Afganistán.

Los militares de la 12 compañía de la Brigada Paracaidista se despiertan tras haber dormido al raso y en el suelo en el campamento militar de Dar-e-bum, o lo que queda de él, después de que las tropas españolas se retiraran de allí el pasado marzo. Se lavan la cara como los gatos, con un botellín de agua o toallitas húmedas de bebé, y empiezan a preparar los vehículos blindados. Son las cinco de la mañana y apenas se ve.

Las jornadas militares empiezan muy temprano en la provincia de Badghis, en el noroeste de Afganistán. Más tarde el sol calentará demasiado y el calor será sofocante, y además es el mes del ayuno del Ramadán. A las doce del mediodía la mayoría de los afganos ya están exhaustos de no comer ni beber durante la jornada, a pesar de las altas temperaturas.

El sargento primero Fabián Bermejo es quien siempre inicia las patrullas, y sin dar un paso. Es el responsable de uno de los equipos Raven en Badghis, un avioncillo que a simple vista parece de juguete pero que son los ojos que lo ven todo para los militares españoles. El avión lleva incorporadas unas cámaras que le permiten captar desde el aire lo que ocurre sobre el terreno, sin necesidad de pisarlo.

Otros países con tropas desplegadas en Afganistán, como Estados Unidos y Canadá, utilizan pequeños globos aerostáticos también con cámaras, que lanzan al aire y tienen allí casi permanentemente, inspeccionando el terreno. A falta de eso, los españoles utilizan los Raven, que hacen volar cada vez que los militares salen de la base.

"Hoy ha sido matador. He estado desde las seis de la mañana hasta las doce del mediodía, sin moverme del mismo sitio", afirma el sargento primero Bermejo, que está negro como el tizón, y no precisamente de ir a la playa. Para lanzar el Raven y guiarlo, debe situarse en un lugar elevado y despejado para evitar que cualquier interferencia dificulte su seguimiento con una antena. El avión se mantiene en el aire mientras los militares están fuera de la base. "En una ocasión se nos cayó al suelo, unos afganos lo recogieron y hubo que pagarles para que nos lo devolvieran", explica.

Aún así el Raven no es suficiente. Un equipo de zapadores va siempre por delante de las patrullas rastreando los caminos para detectar posibles artefactos explosivos, y todos los vehículos blindados españoles llevan inhibidores para evitar que la insurgencia pueda activar una mina por control remoto.

Las fuerzas de seguridad afganas no tienen ni Raven, ni inhibidores, y sus zapadores aún se están instruyendo. ¿Cómo mantendrán el pulso a los talibán cuando las tropas internacionales se vayan?

Fuente: ElMundo.es

14/08/2012 (ElMundo.es)

"Te lo explican como si esto fuera la guerra, pero no es tanto como cuentan", asegura el paracaidista Ruiz, cuando se le interroga sobre su trabajo. Él, junto a cinco soldados más y un sargento, constituyen uno de los seis pelotones de zapadores españoles que se encuentran destinados en la provincia Badghis, en el noroeste de Afganistán. Su vehículo es el que siempre va primero en los convoyes militares, con una especie de rodillos gigantes para activar por presión posibles minas enterradas en el camino por la insurgencia. Ellos son también quienes se pasean con detectores de metales por las carreteras, en busca del enemigo escondido: los temidos artefactos explosivos.

"Lo peor de todo es que se nos ha estropeado el aire acondicionado del vehículo", comenta otro zapador, el soldado Moreno, desviando la atención, intentado restar importancia a su cometido. "A veces te dan ganas de bajar del vehículo, aunque sólo sea para que te dé el aire", bromea.

"Ya conocemos mejor el terreno y podemos discernir mejor dónde hay una amenaza realmente"

Los zapadores se desplazan en un RG-31 que avanza con movimientos lentos y cruje por todas partes, como si estuviera a punto de desmontarse. El responsable del pelotón, el sargento Escofet, va en el asiento del copiloto y dirige la operación. Él decide cuándo hay que bajar del blindado a reconocer el camino, y cuándo no. "Duermo bien por las noches", comenta cuando se le pregunta qué supone trabajar bajo la presión de que de él depende la seguridad del resto del convoy. "Hemos hecho seis meses de instrucción específica en España, antes de venir a Afganistán. Nos han preparado muy bien", aclara. Aún así, la tensión resulta inevitable.

En la parte trasera del RG-31 viajan cuatro zapadores más, sin casi poder moverse, con las rodillas chocándose las unas con las otras por la falta de espacio, en una postura francamente incómoda. De repente la puerta del blindado se abre y todos salen al exterior como si agradecieran poder estirar las piernas, si no fuera porque se juegan la vida. En el interior del vehículo se hace un silencio sepulcral. Parece que los se quedan dentro aguanten la respiración por lo que pueda suceder fuera.

Conociendo el terreno

"Bip, bip, bip", es lo único que se oye, con una cadencia constante y repetitiva, que se te mete en la cabeza. "Es la radio, que indica que todos los equipos funcionan bien", explica el tirador, el paracaidista Puig. El ruido resulta soporífero. "Aquí hay que luchar contra el sueño como puedas", reconoce el propio soldado, mientras los zapadores rastrean el camino una y otra vez con sus detectores de metales, como si fueran palos de ciego, buscando lo que no pueden ver a simple vista. La operación se hace eterna.

"Cuando sales del vehículo no piensas que te va a pasar algo. Sales y ya está, e intentas hacer tu trabajo lo mejor que puedes", afirma el soldado Moreno, cuando regresa al blindado empapado de sudor y con cara de cansancio. "Los estadounidenses tienen un vehículo que lleva una plataforma que es un detector de metales gigante con el que pueden encontrar los artefactos explosivos sin tan siquiera bajarse del vehículo", apunta otro zapador, el paracaidista Ruiz. "Como ellos tienen dinero, se lo pueden permitir... En cambio nosotros nos las tenemos que arreglar con esto", añade con resignación, señalando el detector manual de metales.

"Cuando llegamos a Afganistán en junio, revisábamos todas las esquinas y nos parábamos cada dos por tres. Ahora ya conocemos mejor el terreno y podemos discernir mejor dónde hay una amenaza realmente", explica el sargento Escofet. Aun así desplazamientos de sólo 20 kilómetros duran horas. Los zapadores acaban la misión cubiertos de polvo y la cara empapada, con gotas de sudor que les resbalan por la barbilla. Viéndolos, te recuerdan a esos soldados que a menudo aparecen en las películas de guerra, pero con la diferencia de que aquí, en Afganistán, no se trata de ninguna ficción, sino la realidad del día a día.

MADRID, 4 Ago. (EUROPA PRESS) -

Un helicóptero Cougar del Ejército del Aire ha sufrido un pequeño accidente en Afganistán cuando se disponía a aterrizar del que los nueve componentes de su tripulación han resultado ilesos, según ha informado a Europa Press un portavoz del Ministerio de Defensa.

El accidente tuvo lugar cerca de la base de Columbus en Bala Murgab, en la provincia de Badghis, en el transcurso de una operación de evacuación de tres soldados americanos heridos.

Cuando el aparato se disponía a tomar tierra, el terreno cedió bajo la red izquierda del tren de aterrizaje y el helicóptero se inclinó, de forma que las palas de su rotor principal tocaron tierra.

Ante el incidente, sus nueve ocupantes actuaron siguiendo el protocolo de emergencia. Todos ellos resultaron ilesos y ya han vuelto a sus lugares de destino para retomar sus actividades.

Además, sus familias han sido también avisadas del accidente y de la ausencia de heridos.

 

Fuente: EuropaPress

La salida prevista de las tropas españolas de Afganistán se puede adelantar. Así lo aseguró ayer el ministro de Defensa, Pedro Morenés, en una entrevista concedida a Efe. Esto supone una novedad importante, ya que Mariano Rajoy había afirmado hace algo más de dos meses que se cumpliría el calendario de retirada pactado con la OTAN, que prevé el repliegue del 10 % de los 1.500 militares allí desplazados a finales de este año, del 40% a lo largo del próximo y del 50 % restante en el 2014.

Sin embargo, apunta ahora Morenés que los tiempos pueden acortarse, ya que la situación en Badghis, provincia que está bajo la responsabilidad de los militares españoles, ha mejorado sensiblemente. «Las cosas van muy bien», señala. De momento, el Gobierno mantiene el compromiso de salida acordado con la OTAN en la reunión de Chicago, pero con la perspectiva de que los soldados se retiren antes, ya que el traspaso de las responsabilidades a las fuerzas de seguridad y el Ejército afganos está avanzando de forma satisfactoria, mejor que en otras provincias del país asiático, según el titular de Defensa.

Morenés asegura que el adelanto del repliegue depende de dos factores: la situación en Afganistán y la seguridad de las tropas españolas, que en ningún caso se pondrá en riesgo. Asimismo, sostiene, se haría de pleno acuerdo con los aliados.

El presidente del Gobierno se comprometió ante el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, a finales de abril en que España no daría una espantada en Afganistán. «Entramos juntos y saldremos juntos», le dijo en un momento en el que el todavía candidato al Elíseo, el socialista François Hollande, había anunciado la retirada de las tropas francesas para este mismo año.

2.220 millones en diez años

En la reunión de Chicago del 20 y 21 de mayo Rajoy prometió a la Alianza Atlántica que España seguirá apoyando a Afganistán cuando se vayan las tropas, con una aportación económica e incluso con la presencia de agentes sobre el terreno.

El Ministerio de Defensa ha destinado este ejercicio 443 millones de euros a la misión afgana, en la que España ha gastado 2.200 millones desde el 2002.

Fuente: LaVozdeGalicia.es

ASFASPRO acompaña en el sentimiento a familiares, amigos y compañeros del Suboficial Mayor Juan Manuel Medina Álvarez.

 

El suboficial mayor Juan Manuel Medina Álvarez, componente del Contingente ASPFOR XXXI desplegado en Afganistán, ha muerto esta mañana por causas naturales, según informa el Ministerio de Defensa.

Cuando se dirigía a su puesto de trabajo en la PSB (Base de Apoyo Provincial) de Qala-e-Naw, el Álvarez, de 54 años, sufrió un desvanecimiento. Inmediatamente fue atendido y estabilizado por los servicios médicos en el ROLE 1 de la base, donde se le diagnosticó un posible infarto de miocardio, según informa en una nota el departamento que dirige Pedro Morenés.

Acto seguido se procedió a su evacuación en helicóptero al hospital de campaña ROLE 2, enBala Murghab, y posteriormente se decidió su traslado al ROLE 2 de Herat. Aunque durante el vuelo se le practicaron técnicas de reanimación, el suboficial llegó cadáver a la FSB (Base de Apoyo Avanzado) de Herat.

Defensa informa que ya se han iniciado ya los procedimientos para la repatriación a España del cadáver de Álvarez, casado, con un hijo y era natural de Jerez de la Frontera (Cádiz).

 

Fuente: ElMundo.es

 España desplegará este año por primera vez en Afganistán un equipo de mujeres militares destinado principalmente al contacto con la población local y se sumará así a la iniciativa de los 'female engagement team' ya desplegados por otros países y que ahora la OTAN quiere potenciar.

   Así lo ha anunciado la subsecretaria de Defensa, Irene Domínguez-Alcahud, durante la inauguración del primer curso internacional para la formación en perspectiva de género a civiles y militares que van a participar en misiones internacionales. El curso, organizado en colaboración con Holanda y homologado por el Colegio Europeo de Seguridad y Defensa, demuestra que españoles y holandeses están "en la vanguardia" en esta materia, que la OTAN quiere potenciar, según ha dicho la subsecretaria.

   En su intervención, Domínguez-Alcahud ha destacado que es más fácil construir la estabilidad de un país si se cuenta con todo su "capital humano" y, por ello, ha recalcado que cuanta mayor "presencia y protección" se dé a las mujeres, mejores serán las oportunidades de éxito de las misiones.

   Según la subsecretaria, el Ministerio está convencido de la importancia de aplicar la normativa internacional sobre el fortalecimiento de la presencia de las mujeres en los procesos de construcción de paz y, por ello, está realizando actuaciones para incluir la perspectiva de género en la formación de militares y en todo el proceso de planeamiento de las operaciones.

 

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Fuente: Europa Press

Cambio de estrategia de los talibanes afganos, constatado durante el reciente ataque contra sedes diplomáticas occidentales en Kabul. Los insurgentes que cometieron el ataque se camuflaron bajo un burka, y ahora la ISAF teme la proliferación de esta técnica: ha dado instrucción de que haya mujeres en cada patrulla y control de carretera.

 

Gabinete Jurídico Suárez-Valdés informa de la obtención, por parte de su departamento de derecho militar, de una sentencia estimatoria que reconoce el derecho del personal integrante de la OMLT V al percibo de una indemnización, complementaria de sus haberes habituales y de la dieta establecida para la misión, del 90% del sueldo, complemento de empleo y componente general del complemento específico. En dicha sentencia se reconoce el derecho de los recurrentes, integrantes de la OMLT V al percibo de dichas cuantías, al no haber recibido apoyo del NSE nacional, extremo este que implica necesariamente, de acuerdo con lo estipulado en la ORDENDEF/7/08, un incremento de las indemnizaciones a percibir, que en el caso de la OMLT V no se había abonado por Defensa.

Esta importante sentencia indica el camino a seguir por otros colectivos desplegados en misiones internacionales tales como POMLT, misiones EUROGENDFOR, etc y nos hace albergar esperanzas de obtener resultados positivos en procedimientos también iniciados con respecto a los mismos.

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Hace unos años recibí en mi correo un video grabado en un aeropuerto de Estados Unidos en el que se veía a un soldado salir de su avión con un brazo en cabestrillo. Sus insignias indicaban que regresaba a casa de una misión internacional y a juzgar por su rostro la cosa no debía de haber sido un camino de rosas.

La gente le miraba entre extrañada y curiosa como queriendo saber de donde venía y cual era su historia. Al cruzarse con él todos los viajeros esbozaban una sonrisa hasta que uno de ellos espontáneamente comenzó a aplaudir y todos los que estaban en la cinta de maletas hicieron lo propio. El cansado soldado recogió su petate y se dirigió a la salida henchido de orgullo y agradecimiento.

 

No es ésta una imagen que veamos en nuestro país, precisamente porque los políticos se empeñan en ocultar la verdadera dimensión de lo que nuestros militares están haciendo fuera de nuestras fronteras.

 

El Ejército no es una ONG que acude a las zonas de conflicto a repartir mantas y medicinas o que se dedique a ayudar a cruzar la calle a las ancianitas. Están allí donde silban las balas, interponiéndose entre fuerzas que combaten, rescatando personas del fuego cruzado, desactivando bombas y minas, pacificando y estabilizando territorios e impidiendo que se violen los más elementales derechos de quienes ya lo han perdido todo.

 

Las clases de español, los comedores y los dispensarios son las meras anécdotas publicitarias de unas peligrosas misiones de guerra que entre todos pretenden enmascarar. Y es que nuestros soldados serán fuerzas de paz, pero viven, trabajan y hasta mueren en zonas de guerra. Precisamente por todo esto lo sucedido en torno a la muerte del Sargento 1º Moya se hace más doloroso.

 

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