Los primeros componentes de esta unidad llegaron a estas tierras africanas en 1497. En aquellos años no existía el puerto y la única forma de acercar a la costa a los soldados, los animales y la mercancía que se llevaban en los barcos era con pequeños botes. Estas embarcaciones hacían de enlace entre el mar y la tierra. Su labor ha sido tan fundamental desde su llegada a Melilla que el grupo que hombres que se dedicaba a esta tarea fue constituido como una compañía propia dentro del Ejército. 
La Compañía de Mar es la unidad más antigua del Ejército de Tierra. Son los que tienen más historia. Además, presenta una curiosidad, son los únicos marineros que no pertenecen a la Armada. Son ‘los marineros de tierra’. 

La fundación
La unidad se creó en la plaza de Melilla en el año 1497 con el nombre de ‘Cuarenta Hombres de Mar’. Su fundador fue el capitán general Juan Alonso de Guzmán, conde de Niebla y duque de Medina Sidonia. Esta unidad tripulaba cuatro fustas de remos, provistas de todo tipo de herramientas, que tenían hasta 50 bancos. Cada una de estas barcas estaba compuesta por un patrón, tres timoneros y seis marineros. En total, diez hombres por cada una de ellas y de ahí, que se les conociera como ‘Cuarenta Hombres de Mar’.  
Puede parecer que la misión de estos marineros no era importante, pero sin su destreza en el manejo de las embarcaciones y su colaboración en la lucha contra la piratería, no su hubiera podido levantar la Melilla actual. 
La Compañía de Mar en 1909 llegó a movilizar a 43.939 hombres, 8.400 caballos y mulos y 149 cañones. Éste es un ejemplo del trabajo ingente que desempeñaban estos marineros al servicio del Ejército de Tierra. No fue hasta el 1913 cuando se contó con un puerto en el que podían descargar los barcos las mercancía de forma directa.

Las acciones militares
Son muchas las misiones de apoyo a la Armada en las que ha participado la Compañía de Mar. Una curiosidad sucedió en 1563, cuando los bergantines de Melilla se sumaron a la armada malagueña de Sancho de Leyva para proteger el Peñón de Vélez de la Gomera de los corsarios berberiscos del Mediterráneo occidental. 
Durante las campañas de 1909, estos hombres se encargaron de abastecer de víveres y de material de guerra a los destacamentos militares de Afrau y Sidi Dris. Y el apoyo que prestó la Compañía de Mar a otras unidades durante el desembarco que se hizo en Alhucemas en 1925 le hizo ganadora de la Medalla Naval Militar. Es la máxima condecoración de la Armada y hoy en día, siguen presumiendo de ella con orgullo por el trabajo que hicieron sus antecesores. 

La compañía en la actualidad
La Compañía de Mar desarrolla todas sus misiones integrada en la Unidad Logística número 24 (ULOG 24), que se encuentra en el acuartelamiento Millán Astray. Allí cuenta con un museo propio en el que se guardan todas las condecoraciones que ha recibido, así como fotografías de la historia de la unidad. 
Se compone de varias secciones, como son la de mar, la de transporte y la de gestión del Servicio de Transporte del Ejército (SETRE). 
Varios grupos de la sección de mar están destinados en los destacamentos de las Islas Chafarinas, Alhucemas y Peñón de Vélez de la Gomera. En estos territorios se encargan del transporte de mercancías de los barcos a tierra, la misma misión que cuando llegaron a Melilla hace más de 500 años. Además, esta sección es la que lleva al personal de refuerzo a los destacamentos en embarcaciones rápidas. Incluso, funcionan como unidades de apoyo cuando se hacen prácticas de tiro. 
Otro de los equipos que componen la Compañía de Mar es el de transporte. Tienen varios tipos de vehículos, como autobuses y furgonetas, que ponen a disposición de todo el Ejército para cuando necesitan moverse por la ciudad o cuando salen de maniobras a la península. Además, son los que recogen las mercancías en el puerto y las distribuyen por el resto de unidades de la Comandancia. Para ello, cuentan con camiones de carga y grúas especializadas.
Por último, está el equipo que se encarga de realizar las gestiones con aduanas y las empresas de transporte para el traslado del personal a la península. Unas maniobras en Zaragoza no se podrían realizar si estos militares no organizan la compra de billetes de barco para todos los militares que participan en ellas. Además, son los responsables del servicio de ‘mensajería y paquetería’ del Ejército. En resumen, son una pieza de enlace sin la que no se podría funcionar en las bases militares de Melilla.