Los legionarios ahora incorporados vienen a incrementar la llamada Unidad de Protección, cuya labor se centra principalmente en tareas de vigilancia y en proporcionar protección y seguridad al resto del contingente, no sólo en el interior de la Base Gran Capitán, sino también en todas y en cada una de las actividades que se realizan en el exterior. De entre estas tareas, es muy conocida la de “ángeles de la guarda”, que consiste en vigilar y asegurar la integridad física de otros compañeros mientras desempeñan actividades con personal local, como por ejemplo, en reuniones, actos o labores de adiestramiento…
Con los recién incorporados, el número de militares desplegados en la Base Gran Capitán, en Besmayah, asciende a doscientos cincuenta y siete, mientras que en Bagdad se mantienen los treinta adiestradores de Operaciones Especiales, a los que, en breve, se espera se unan otros treinta miembros más, que podrían desplegarse en alguna otra base de la Coalición Internacional, al norte de Bagdad, liderada por algún otro país aliado en la lucha contra el terrorismo yihadista.