El ministro de Defensa, Pedro Morenés, reveló que al menos parte del contingente español se desplegará en la base aérea de Tallil, próxima a la localidad de Nasiriya, al sur de Irak.
Nasiriya está en una provincia vecina a Diwaniya, la localidad donde las tropas españolas tuvieron su principal base durante la guerra de Irak. Fue sede del cuartel general italiano, que en noviembre de 2003 sufrió uno de los más sangrientos atentados contra las fuerzas de ocupación, con 26 muertos, incluidos 18 carabinieri.
La misión tendrá una duración de seis meses prorrogables y un coste inicial de 35 millones. El contingente tendrá un máximo de 300 componentes, de los que entre 10 y 20 se incorporarán a los cuarteles generales; 96 formarán una unidad de operaciones especiales encargada de entrenar a los militares iraquíes en un lugar aún por determinar del sur de Irak y 95 instruirán a una brigada convencional, con especial atención a la desactivación de explosivos, en la base de Tallil.
Los 80 restantes se ocuparán de tareas de mando y control, inteligencia y protección de la fuerza. Un equipo de reconocimiento viajará en los próximos días a Irak para inspeccionar las instalaciones donde se desplegarán las tropas españolas a finales de este año o principios de 2015, aunque la unidad de operaciones especiales podría hacerlo incluso antes.
Sin compararla en ningún momento con la guerra de 2003, Morenés aseguró que esta misión es plenamente respetuosa con la legalidad internacional, ya que cuenta con el aval de la ONU y una petición expresa de Gobierno de Bagdad. Admitió que el apoyo militar a Irak se retiró “demasiado pronto”, en alusión a la salida de los soldados estadounidenses en 2011, y destacó que el EI constituye “una amenaza directa para España”.
Diego López Garrido, del PSOE, le pidió “más transparencia e información”, pero el ministro se excusó en la réplica: “No he informado de lo que desconozco o de lo que, conociéndolo, afecta a la seguridad”.