Ante la Comisión de Defensa, Morenés detalló las capacidades militares que podría aportar España a la coalición internacional contra el autodenominado Estado Islámico (EI), que ocupa amplias zonas de Siria e Irak. El listado fue el mismo que desgranó el martes su colega de Exteriores, José Manuel García-Margallo —uso de las bases de Rota y Morón; transporte estratégico; otras capacidades de apoyo aéreo, así como de mando, control e inteligencia; asesoramiento y formación del Ejército iraquí y entrega de material militar letal y no letal—, con la diferencia de que no se trataría de contribuciones hipotéticas, sino de capacidades que ya están ofrecidas y cuya materialización dependerá de que se soliciten. Un general y siete oficiales españoles trabajan en el cuartel general del Mando Central del Ejército de EE UU en Tampa (Florida) en el planeamiento de la operación, junto a militares de 47 países.
Morenés solo puso dos límites a la contribución militar española: no estará “ni en la tierra”, con tropas de combate sobre el terreno, “ni en los bombardeos”, con aviones lanzando ataques. También dejó claro que cualquier entrega de armamento se hará “al Gobierno iraquí legalmente constituido” y no a las milicias kurdas (peshmergas). De igual modo, España quiere centrar su contribución militar a la campaña en Irak —donde cree que cuenta con base jurídica suficiente— y evitar Siria, donde carece de cobertura legal.
En respuesta a la mayoría de los grupos —y en especial al portavoz socialista, Diego López Garrido, quien le reprochó su “falta de liderazgo”—, el ministro aseguró que España ha estado “desde el primer momento” en primera línea de la lucha contra el yihadismo y restó importancia a la reunión que EE UU y otros nueve países celebraron en los márgenes de la cumbre de la OTAN en Gales, de la que España estuvo ausente, asegurando que fue un encuentro entre Gobiernos que habían decidido actuar unilateralmente, y que la coalición internacional se encuentra todavía hoy “en fase embrionaria”.
Tras comprometerse a pedir permiso al Parlamento cuando se concrete la aportación española, Morenés insistió en el riesgo que el terrorismo yihadista supone para la seguridad de España. “Más vale pararlo lejos de nuestras fronteras que en nuestras fronteras”, advirtió.