La Real Academia Española, en la tercera definición de cultura, la define como “conjunto de modos de vida ycostumbres, conocimientos y grados de desarrollo artístico, científico, industrial, de una época, grupo social, etc.” Y quiero suponer que la no aceptación del término procede de que no se considera la defensa como incluida en esos desarrollos. No lo comparto, pero lo acepto.
Pero la segunda definición de la RAE es tan aplicable al término que analizamos, que no ofrece la menor duda: “conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico”. Por tanto, se reconoce que, para que exista aquel desarrollo son precisos, previamente, unos conocimientos, que también son cultura, en nuestro caso cultura de defensa, como una forma de mejorar su conciencia de defensa.
Este proceso de enculturación, que permite adquirir conocimientos, usos, creencias, tradiciones, etc., también es, por consiguiente, cultura. El término apareció por primera vez en un documento oficial, en la Directiva de Defensa Nacional 1/2000, y el correspondiente Plan Director la define como “conocimiento de las cuestiones de defensa”, dejando para la expresión ‘conciencia de defensa’ la definición de: “comprensión de la importancia de la Defensa en la protección de la sociedad, sus intereses y sus valores”.
Aclarado, por mi parte, el concepto, falta desarrollar ese conocimiento. Lo que, en primera instancia, como cualquier otro aspecto de la cultura, debiera corresponder a colegios, institutos, universidades, instituciones ymedios de comunicación, amén de los órganos de la Administración, entre ellos los propios ejércitos. Desde el año 2000, no podemos decir que se haya avanzado gran cosa.