Según fuentes del despacho de abogados Oria, Pajares & Asociados, que se ocupó de este asunto, son cientos los casos de otros militares en la misma situación. En su mayoría se encuentran ya en situación de retiro. Las principales unidades de la flota de la Armada que contenían este aislante altamente cancerígeno fueron las entregadas a España en los años 60 del pasado siglo por EE. UU. tras la firma el acuerdo de amistad entre ambos países. Barcos que fueron transformados, en su mayor parte en Bazán, y por ello muchos trabajadores de este astillero ferrolano estuvieron expuestos también. Igualmente, en todos los buques de la Marina construidos hasta la serie Baleares, incluidas buena parte de las fragatas de este modelo, como la Extremadura, contenían amianto como material aislante en sus calderas y conducciones de calor.
El cambio más importante en lo que se refiere a la indemnización de las víctimas se produjo con la resolución del Consejo de Estado que reconocía los derechos indemnizatorios para estos militares. A partir de ahí fue el propio Ministerio de Defensa el que aprobó indemnizaciones sin necesidad de que las familias tuviesen que acudir a los tribunales. Así ocurrió con el subteniente de la Armada Manuel Vila Feal, vecino de Maniños (Fene). Con anterioridad, todavía antes de tal acuerdo del Consejo de Estado, estuvo el caso de un general de máquinas ferrolano, que había sido también presidente del Casino Ferrolano, José Manuel Bernal, también fallecido por esta causa, pero que se había resuelto en los tribunales de justicia.