Pero las inversiones no son el único capítulo que sufre recortes, pues en el de gastos corrientes, los que marcan la actividad, también hay un importante descenso: el 42,9 por ciento. Esta reducción implica, como bien confirmó recientemente el ministro de Defensa, Pedro Morenés, que el nivel de adiestramiento se ha visto mermado. Y el AJEMA lanzó el mismo aviso: «el adiestramiento se ha reducido drásticamente», al tiempo que aseguraba que «con los Presupuestos que tenemos lo hacemos bastante bien», aunque «buscamos otras soluciones y usamos mucho las instalaciones en tierra», como por ejemplo los simuladores para mantener ese nivel de instrucción. Una de esas soluciones sigue siendo la de repetir experiencias como la del «Cantabria» con la Marina australiana, ante lo que el almirante Muñoz-Delgado confirmó que mantienen conversaciones con otros países para desplegar con ellos otras unidades, aunque todavía no hay nada concretado. Eso sí, apuntó que «estamos abiertos a otras colaboraciones». Y sobre todo, confía en que Australia decida sustituir sus buques de aprovisionamiento por otros como el «Cantabria».
Son esas soluciones «imaginativas» las que pueden contribuir a mejorar la situación que vive la Armada, que además tiene otro frente abierto, el de la modernización. Uno de sus principales problemas, de nuevo marcado por la economía, es del de los aviones embarcados. Actualmente disponen de 17 «Harrier» cuya vida útil se estima concluirá entre 2020 y 2025, por lo que hay que buscar otras aeronaves para sustituirlos. Y el dinero es lo que les frena. La «única alternativa que hay en el mercado», dijo el AJEMA, es el «F-35B» de Estados Unidos, pero el problema es que «es muy caro». «El futuro del arma aérea embarcada es delicado. No quiero decir que vaya a desaparecer, pero está complicado», destacó.
Y no sólo afecta la situación económica a estos aviones. También otros proyectos de modernización como, por ejemplo, Muñoz-Delgado mostró su interés por adquirir capacidades antimisiles, «un objetivo de la Armada» que, sin embargo, «ahora es inviable». Aun así, se mostró confiado en que la llegada de los destructores americanos a la base de Rota «nos ayude». Unos destructores que llegarán entre 2014 y 2015. El primero, el «USS Cook» lo hará el 11 de febrero, mientras que el segundo, el «USS Ross» llegará en junio. Gracias a este despliegue, los militares españoles podrán participar con los marinos estadounidense en diferentes ejercicios de adiestramiento, ante lo que se mostró «ilusionado».
De momento, pese a la situación adversa, la Armada no quiere dejar de mirar al futuro y ha planificado cómo será la Marina en 2025. En la actualidad, cuenta con 60 buques, 17 aviones «Harrier» y 38 helicópteros. Dentro de 11 años espera poder contar con 50 barcos, entre los que destaca un segundo «Juan Carlos I», con el que España contaría con dos Buques de Proyección Estratégica que tienen la capacidad de servir de portaaeronaves. Además, plantea, entre otros, cuatro submarinos, 5 fragatas «F100» o 5 de las modernas «F110».