El Teatro Real ha rendido homenaje este fin de semana al personal sanitario y a los cuerpos de seguridad del Estado (Policía Nacional, Protección Civil, Bomberos, SAMUR y Policía Nacional) ofreciendo entradas gratuitas a estos colectivos para que puedan acudir con sus familias a ver en el coliseo «Historia de un soldado», de Stravinski. Una vez más el trabajo del militar es impagable, desinteresado y sus familias se contagian en la desafección general en la que se ven sumergidos.
Igual que el pobre José de Stravinski el resto de los militares se ven en España cada día engañados por el Fausto Mefistófeles de los sucesivos gobiernos. José se cree todas y cada una de las promesas del diablo que le promete bienestar profesional, económico y social si acepta la promesa de mantener el honor, emplear la máxima dedicación en su trabajo, ejercerlo con profesionalidad, con responsabilidad, con absoluta aceptación del peligro y de su propia muerte como obligación inexcusable de su contrato con el Estado, renunciar a la multitud de derechos que acompañan a cualquier ciudadano, demostrar compromiso, abnegación y cumplir, en resumen, con el resto de valores que se consagran en los grimorios infernales de la fracasada Ley de la Carrera Militar y las Reales Ordenanzas.