Esos 2000 millones no son nada si lo comparamos con los menos de 14 millones necesarios para solucionar un problema que afecta al personal militar en reserva, y que no encuentran acomodo en el erario público, por modesta que sea la cifra. Estos escasos 14 millones deben valer su peso en un mineral raro, porque no hay manera de encontrarlos. Nada, no son nada.
Los militares son el único colectivo laboral que en la situación de reserva tienen dos disminuciones en la nómina: el primero cuando pasan a esta situación y el segundo cuando cumplen 63 años, en que pierden el 20% del complemento de disponibilidad. Ningún otro colectivo sufre dos reducciones, la segunda motivada por cumplir años. Solucionar este problema no supone ni 14 millones, con el agravante de que la cantidad presupuestada para retribuciones del personal en la reserva en 2018 resulta ser 47 millones de euros inferior a la presupuestada para el año anterior. 14 millones son menos de una tercera parte de esos 47 millones de disminución del presupuesto. Cualquier párvulo puede hacer este cálculo.
En resumen, se asume lo que no está escrito para un submarino que arrastra el mal de ojo de un progresivo aumento del gasto público, un auténtico pozo sin fondo, sin responsabilidad alguna…
… pero no hay manera de dedicar una pequeña parte de la disminución presupuestaria de las retribuciones del personal en reserva para solucionar de una vez por todas el injusto recorte que a los 63 años sufre el personal militar en situación de reserva.
Muchos discursos proclaman que el activo más importante de las Fuerzas Armadas es su personal, aunque tras analizar los párrafos anteriores, la evidencia… ¿en qué quedan esas palabras?
1 https://elpais.com/politica/2018/07/17/actualidad/1531846944_777118.html