Intervenciones de ASFASPRO en el pleno del Consejo de Personal P19-02, el 20 de junio de 2019, relativas a los proyectos de RD sobre enseñanza y promoción que son lesivos para el suboficial.
Proyecto de RD reglamento ingreso y promoción en las Fuerzas Armadas
Con su permiso, Sr. Subsecretario.
Se presentan como reparo las alegaciones no aceptadas y se solicita que se retire el presente proyecto porque excluye a los suboficiales de su legítima promoción interna.
El modelo es un fracaso porque discrimina una parte muy importante de las Fuerzas Armadas, casi 30.000 efectivos.
Debe establecerse una promoción específica para el suboficial que aproveche su capacidad, mérito, competencia, experiencia profesional y formación.
Los oficiales procedentes de la Escala Especial, luego Escala Media, han sido y son excelentes oficiales que incluso han llegado a ser diplomados de Estado Mayor cuando se les ha dado la oportunidad. Ascendían sin ánimo de llegar a coronel o al generalato y han venido ocupando una serie de puestos en los primeros empleos de oficial para los que ahora resulta que no hay suficiente número de oficiales. Impidiendo la promoción al suboficial lo único que se consigue es que las Fuerzas Armadas no dispongan de suficientes oficiales en los primeros empleos y que esos puestos vacíos deban ser desempeñados por suboficiales, a quienes se exige una mayor responsabilidad que no se les compensa. La prueba del algodón es el personal que integra los turnos de las guardias y servicios correspondientes a empleos de oficial (oficial de cuartel, capitán de cuartel, oficial de servicio de Estado Mayor…), que en un porcentaje elevadísimo están cubiertos por suboficiales. Y las sentencias por las que suboficiales tienen derecho a percibir el CSCE del puesto de oficial que ocupan.
Un grave problema de concepto y una escasa voluntad en reconocer la realidad y en llamar a las cosas por su nombre son los males que aquejan a la enseñanza militar en estos principios del siglo XXI. “Dime de que presumes y te diré de que careces”. Se vende el mensaje de la plena integración de la enseñanza militar en el sistema general de enseñanza, pero es una gran mentira. Aunque el Plan Bolonia no obligaba a cambio alguno en la formación militar, se viene repitiendo hasta la saciedad que ésta se ha transformado y se ha adaptado al mismo. El resultado ya ha sido radiografiado: puro maquillaje y auténtico fracaso. Con especialidades fundamentales cuya carga lectiva no se enfoca en su totalidad a los cometidos que deben desempeñar en las Fuerzas Armadas, en algunas poco más de la mitad, llegando al escandaloso caso de Infantería de Marina en que solamente el 8% de los contenidos sirven para su dedicación profesional. No se puede decir que aproveche mucho el estudio. Cuando los oficiales egresan de las academias necesitan completar cursos de profundización de su especialidad, y la pregunta que se hace el contribuyente es ¿pero qué han estado estudiando en la Academia?
MADRID, 20 de junio de 2019 – ASFASPRO abandona el pleno del Consejo de Personal de hoy ante la intransigencia del Ministerio de Defensa en dignificar al suboficial negándose a mejorar su carrera y dificultando su promoción interna a oficial. Menos del 1% de un colectivo de 28.000 suboficiales ha conseguido promocionar en los últimos nueve años. Mientras, sus homólogos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado rondan el 26%, en el caso del Cuerpo Nacional de Policía, y el 11% en la Guardia Civil.
A estas alturas del siglo XXI es casi imposible que pueda haber un solo suboficial al que la profusión legislativa de estas tres últimas décadas no haya afectado en mayor o menor medida a su carrera profesional y a su vida personal y familiar. Además, no nos cansaremos de repetir que la profesionalización iniciada en el año 1989 sigue pendiente de finalización por culpa de los complejos, la falta de voluntad y los errores de concepto que impiden reconocer abiertamente la singularidad de la profesión militar, con todo lo que conlleva.
Durante todos estos años, a pesar de que son muy pocos los que se atreven a reconocerlo (aunque con la boca pequeña) y de la incomprensible ausencia de la más mínima autocrítica en prólogos y discursos, se han cometido errores muy graves en materia del régimen del personal militar, que han sumido a miles de suboficiales y a algunos otros militares en una constante inseguridad jurídica y en un estado de frustración casi permanente.
La Audiencia Nacional, estimando el recurso contencioso presentado por ASFASPRO, ha anulado por no ser conforme a Derecho la Instrucción General 60-20, 5ª revisión de 6 de marzo de 2017, del Jefe de Estado Mayor del Ejército del Aire, por la que se dictan las normas complementarias para la evaluación y clasificación del personal militar profesional del Ejército del Aire, y la 1ª y 2ª enmiendas. Según la sentencia, “no sólo se ha omitido la audiencia al Consejo de Personal, sino que no se ha seguido el procedimiento regulado en la Orden Ministerial 105/2002”.
La sala llega a cuestionar la forma ilegal de proceder del Ejército del Aire “No acertándose a comprender, en cambio, que la IG objeto de este recurso, completando aquella otra que abordaba las puntuaciones y fórmulas ponderadas a aplicar en las evaluaciones, en tanto en cuanto establece la normativa para la realización de las evaluaciones para el ascenso y para la selección de asistentes a los diferentes cursos de actualización, no haya cumplimentado, así mismo, el trámite de la puesta en conocimiento y audiencia del Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas”.
Con la celebración del Día de las Fuerzas Armadas de este año 2019, como viene siendo habitual, los militares hemos estado sometidos durante unos días a un constante bombardeo de halagos caramelizados, a hipócritas sobreactuaciones de algunos políticos o autoridades y, también hay que reconocerlo, al cariño y al respeto de una buena parte de la sociedad civil.
Las demostraciones, las exposiciones de armamento y material y, sobre todo, los vídeos elaborados para la ocasión, han mostrado a los ciudadanos la vida diaria de unos profesionales cuyos cometidos, no exentos de riesgo y que requieren una especial preparación física y técnica, son continuamente despreciados e ignorados por quienes tienen que fijar sus retribuciones.
La Asociación Profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas, ASFASPRO, declina asistir a la firma de acuerdos de enseñanza por la discriminación a que se somete a las escalas de suboficiales de las Fuerzas Armadas
En la actualidad hay dos proyectos normativos de enseñanza que marginan a casi 30.000 suboficiales
MADRID, 05 de junio de 2019 – La Asociación Profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas, ASFASPRO, ha declinado asistir a la firma de acuerdos de enseñanza entre el Ministerio de Educación y Formación Profesional y el Ministerio de Defensa que tuvo lugar este miércoles 5 de junio en la Base Aérea de Cuatro Vientos.
Llega un nuevo Día de las Fuerzas Armadas con menos claros que oscuros -está siendo ya costumbre- y sin normalidad en el trato con los militares. No contamos en España con unas actitudes claras ante las cuestiones que afectan a la defensa nacional, y esto tiene su reflejo en la manera en que los diferentes gobiernos manejan el régimen del personal militar. Con mucha desgana.
Una muestra de ello es que el Día de las Fuerzas Armadas que se celebra en Sevilla el 1 de junio de 2019 constituye la primera ocasión en que un ministro de Defensa invita a asistir a este acto a las asociaciones profesionales de miembros de las Fuerzas Armadas. Es un hito, y queremos agradecer públicamente a la ministra Robles el haberlo hecho, porque lo lógico y habitual en otras instituciones es que las asociaciones profesionales estén presentes en este tipo de actos, como el Día de las Fuerzas Armadas o la Pascua Militar, en tanto que representan al personal. Igual que las asociaciones de jueces están presentes en la inauguración del año judicial, por ejemplo. Y así lo hemos hecho saber en alguna que otra ocasión.