Todo comenzó en el mes de agosto, cuando una aeronave SAR del Ala 49 participó en el rescate de un barco a punto de naufragar. La labor del helicóptero del Ejército del Aire fue la de lanzar las balsas de emergencia a los tripulantes del navío, de forma que estos pudieron abandonar el buque naufragado. Una vez los náufragos fueron recogidos por el Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima (SASEMAR), las balsas utilizadas para el rescate fueron trasladadas al puerto de Barcelona, al objeto de su recuperación por parte del personal del Ala 49. Fue entonces cuando el Acuartelamiento Aéreo de El Prat entró en acción y, haciendo efectivo su lema "Som si recolzem" (Somos si apoyamos), efectuó las coordinaciones necesarias para la recogida de las balsas en el puerto, su traslado al acuartelamiento y el posterior embarque de las mismas en el helicóptero del SAR que tomó en la helisuperficie del citado Acuartelamiento Aéreo.
Con este tipo de operaciones, queda patente la importancia de todas las unidades del Ejército del Aire, que repartidas por el territorio nacional, desempeñan una labor de apoyo logístico fundamental para el cumplimiento de las funciones de seguridad y defensa de España.