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Leer entre líneas o mirar para otro lado

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El análisis sobre retribuciones militares en los presupuestos de Defensa para 2023 realizado por el Jefe de Estado Mayor de la Defensa: no hay nada positivo.

 

Estamos acostumbrados a que la cúpula militar sea más que dócil al poder político de turno aceptándolo todo sin la menor crítica. Como excepción, la valiente comparecencia en el Congreso del entonces Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), general Alejandre exponiendo la mala situación retributiva de los militares y que no podía terminar 2019 sin un incremento de las mismas. Hubo oídos sordos y el general Alejandre fue relevado por el General Villaroya, quien también alertaba sobre las retribuciones en su comparecencia en el Congreso: “No seré yo el que me niegue o el que diga que no necesitamos más sueldo para los militares…”[1]. En 2021, un real decreto preparado con inusitada rapidez aumentó esas retribuciones, pero lo hizo de una forma irrisoria: para muchos supuso un aumento de unos escuálidos 23 euros mensuales. Si los comparamos con los 600 euros de aumento mensual que recibieron los guardias civiles –con mayores retribuciones de partida, distribuido en tres años-, lo percibido por los militares parece más un insulto que otra cosa. Y en la misma línea, ningún incremento paliativo en 2022 ni en 2023.

En la actualidad el cargo de JEMAD es ocupado por el Almirante General Teodoro E. López Calderón, quien recientemente ha ofrecido su análisis[2] del presupuesto de Defensa para 2023. Tras contextualizar la actual situación y explicar las líneas de acción estratégica expone que debe hacerse un empleo eficiente de los nuevos recursos, ya que para este 2023 “supone un incremento, en lo que afecta a la ejecución de política de Defensa, de un 25’8% respecto al año anterior”. Al entrar en harina, el almirante general analiza los diferentes capítulos que componen el presupuesto de Defensa explicando los incrementos de los mismos y a qué se va a dedicar ese esfuerzo, destacando el 60% de aumento del Capítulo 6, el relativo a inversiones, resaltando el desarrollo de la industria nacional.

Resulta muy llamativo el que rompa ese patrón pasando de puntillas sobre el Capítulo 1, Gastos de Personal: “Sin detenerme en lo que ha supuesto el Capítulo 1, en lo que respecta al Capítulo 2…”. Magistral, máxime cuando dedica el párrafo anterior al aumento de los nuevos cometidos en nuevos ámbitos, lo cual va a exigir un incremento en la cantidad de personal en filas, que además tendrá que recibir una formación de carácter específico de alta calidad.

Dedicar un mínimo espacio a explicar la situación de los gastos de personal, de las retribuciones militares, y hacerlo con rigor conduce inexorablemente a dibujar un panorama sombrío. Esto explica el silencio del almirante general respecto a las retribuciones militares: no hay nada positivo que comentar. El Ministerio de Defensa lo va a tener difícil, muy difícil, para captar al personal con esa alta calidad que decía el almirante general. Diversos artículos aparecidos en los medios de comunicación estos días nos dan una pincelada sobre la situación retributiva y laboral en otros colectivos, y la comparación no puede ser más descorazonadora para los militares:

     - Los médicos gallegos[3] pueden, además del sueldo, cobrar hasta 5300€ más al mes si realizan guardias en los puntos de atención continuada: la disponibilidad se compensa con 230€ diarios, las guardias de 7 horas con 250€ cada una, las de 17 horas con 611€ y las de 24 horas con 862€. ¿Cuánto cobran los militares por hacer guardias de 24 o 72 horas? Cero coma cero euros. Se entiende perfectamente que la última prioridad para un estudiante de medicina sea convertirse en oficial médico de las Fuerzas Armadas, por muchas estrellas o distintivos que adornen el uniforme pero que no proporcionan un sueldo medianamente equivalente al de la vida civil. De ahí el problema de falta de personal en la sanidad militar, la falta de una retribución adecuada y la movilidad geográfica sin compensación alguna

    - Los ilitares, especialmente los destinados en la Unidad Militar de Emergencias, son utilizados como si fueran bomberos en incendios y en múltiples situaciones que implican riesgo, pero ese esfuerzo es correspondido de forma diametralmente opuesta. Por ejemplo, los bomberos del Consorcio Provincial de Cádiz[4] trabajan unos 65 días al año, a turnos de 24 horas, lo cual significa realizar 1560 horas de servicio. A cambio, un bombero –subgrupo C1 de la Administración- que esté en la media -15 años de servicio- percibe 2400€ netos en 14 pagas al año. Si tenemos en cuenta que en las Fuerzas Armadas un subteniente con 35 años de servicio no llega a esa cantidad, siendo de una categoría profesional superior –subgrupo A2-, por una jornada anual teórica de 1642 horas, a las que hay que sumar las guardias, extensiones de jornada, maniobras de duración indeterminada de varios días a varias semanas fuera de casa, en total centenares de horas de más por las que no reciben ni un miserable euro, la comparación es odiosa.

 ¿Cómo se va a nutrir el Ministerio de Defensa de personal formado de alta calidad si cualquier comparación con el mercado laboral le deja en mal lugar?

En numerosos actos los altos mandos castrenses no dejan de repetir un mantra: no se viene a las Fuerzas Armadas a hacerse rico, se viene por los valores. Un discurso que hace aguas. La referencia a los valores está muy bien, pero cuando las Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas, Real Decreto 96/2009, de 6 de febrero, dedican su artículo 39 a la conciliación de la vida profesional, personal y familiar, existe la obligación de facilitarla, y esto exige dotar al militar  de una retribución adecuada para poder conciliar con su familia, no que el ausentarse del hogar días y semanas le cueste dinero a la economía familiar.

Cuando el artículo 22 de las mismas Ordenanzas exige velar por el prestigio de las Fuerzas Armadas, ¿qué prestigio adquieren las Fuerzas Armadas cuando en lugar de valorar el desempeño de sus miembros con una nómina adecuada y justa les asigna las peores retribuciones de la Administración, muy por debajo de ocupaciones asimilables, como ya expuso la Comisión de Defensa del Congreso?

Ante este panorama de maltrato económico al personal militar, que no ha visto que se le dedicara ni una ínfima parte del incremento de presupuesto del Ministerio de Defensa[1], el almirante general ha recurrido al silencio para glosar los beneficios del Capítulo de gastos de personal: no hay nada positivo que decir sobre retribuciones militares. También podría haber utilizado una expresión muy militar, “sin novedad”, que en este capítulo significa ”igual de mal que en el presupuesto anterior”, pero quizás no se hubiera entendido bien.

 


[1] https://www.congreso.es/public_oficiales/L14/CONG/DS/CO/DSCD-14-CO-205.PDF  pág. 36: “Sueldos de los militares, no podría estar más de acuerdo con usted. No seré yo el que me niegue o el que diga que no necesitamos más sueldo para los militares, y no en mi caso, tengo que decirlo, no es mi caso. No es así, yo estoy hablando de todos aquellos que, efectivamente, no lo están pasando bien y que tienen que limitar su vocación militar porque no tienen dinero para hacer frente a los gastos que le harían desarrollar esa vocación militar con pleno derecho, los que no pueden pagar una casa de alquiler, no pueden mandar a sus hijos al colegio en un sitio. Eso es triste, sí, señor, y yo tengo que decirlo. Los militares no estamos en las Fuerzas Armadas por dinero, nunca, nadie. Ahora bien, sí tenemos que procurar que el personal de las Fuerzas Armadas tenga cubiertas las necesidades básicas porque su tarea es muy demandante y no puede estar distraído o preocupado por que no puede cumplir los requisitos esenciales de la vida. Estoy totalmente de acuerdo con usted.

[2] https://www.defensa.com/espana/jefe-estado-mayor-defensa-analiza-presupuesto-defensa

[3] https://www.lavozdegalicia.es/noticia/galicia/2023/02/09/medicos-hagan-guardias-extras-pac-cobraran-5300-euros-mes/00031675957624293497588.htm

[4] https://www.diariodecadiz.es/noticias-provincia-cadiz/Rechazo-patronal-reivindicaciones-bomberos-ley_0_1764725480.html