La reducción más considerable de efectivos se ha producido en tropa y marinería, que se situaba a principios de año en 76.699, casi 2.000 menos que el año pasado y una cifra que está lejos de los 86.112 soldados y marineros que se contabilizaron el 1 de enero de 2010. Desde ese año, la cifra se ha ido reduciendo considerablemente hasta llegar a la actual.
Todo ello a pesar de que el Ministerio de Defensa había convocado durante el pasado año 1.500 plazas para tropa y marinería, después de que en 2012 no se hiciera ninguna convocatoria, lo cual resultaba una situación inédita desde que acabó el servicio militar obligatorio en el año 2001.
REDUCCIÓN COYUNTURAL
Esta situación de reducción de efectivos se ajusta a los planes del ministerio de poner en marcha una "reducción coyuntural" de miembros de las Fuerzas Armadas, tal y como adelantó el propio Morenés poco después de tomar posesión de su cargo.
Es más, el propio ministro fijó recientemente en 110.000 los efectivos que, a su juicio, podrían tener como mínimo las Fuerzas Armadas españolas para garantizar la seguridad del país. "En España podríamos estar entre 110.000 y 120.000, siempre que estén bien equipados y atendiendo a los nuevos escenarios de amenaza", señaló.
Además de la reducción del número de plazas convocadas, las bajas --voluntarias o forzosas-- o el fin de contrato son los principales motivos que están detrás del descenso que viene registrando la categoría de tropa y marinería.
Al ingresar en la escala de tropa, los soldados y marineros tienen 'contratos' de dos o tres años, que pueden ir renovando hasta un máximo de seis, momento en el que pueden acceder al compromiso de larga duración, que garantiza su permanencia en las Fuerzas Armadas hasta que cumplen los 45 años, si no adquieren el de carácter permanente, al que se accede por oposición.