Tras una breve exposición por parte de los responsables de la Brigada, el Príncipe se enfundó el casco y las gafas y se sentó en el puesto de jefe de carro del «Leopardo», uno de los carros de combate más modernos que existen, y, junto a otro blindado (su binomio en el argot militar) comenzaron el ejercicio de tiro. En un primer momento, Don Felipe disparó con ametralladora a unos blancos fijos situados a unos 800 metros, para después realizar un movimiento a retaguardia haciendo fuego de cañón a unos 1.500 metros del objetivo. Junto a esto, y después de otro movimiento a vanguardia, fue disparando a una serie de blancos que se le iban presentando a unos 1.400 metros de su posición.
Una vez concluido el ejercicio de tiro, Don Felipe, acompañado en todo momento por el Jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME), el general Jaime Domínguez Buj, se dirigió a otro punto de observación en el que le esperaban la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, el delegado del Gobierno en dicha comunidad, Gustavo Alcalde, y el Justicia de Aragón, Fernando García Vicente. Durante el ejercicio también estuvieron presentes el jefe de Fuerzas Pesadas, general de División Miguel Alcañiz, y el jefe de la Brigada de Infantería Mecanizada X, coronel Antonio Ruiz Olmos.
A partir de ahora, esta unidad formará parte de la Fuerza de Respuesta Rápida de la OTAN durante todo el año, aportando uno de los batallones con casi 650 militares y decenas de carros de combate y blindados, además de generar una Agrupación Táctica Mecanizada de Alta Disponibilidad, una unidad de entidad de regimiento que permite al Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) dar respuesta rápida en cualquier tipo de escenario nacional e internacional.