Hay numerosos acuerdos que consisten en el mareo de la perdiz o decir NO “en diferido”. La asociación presenta con varias semanas de antelación una propuesta para su debate en el Consejo de Personal. Ya en el Pleno, a petición de los representantes ministeriales, se acuerda su estudio por los órganos competentes y, finalmente, el Ministerio de Defensa envía un escrito a las asociaciones denegando la propuesta. Estadísticamente, o de cara al exterior, figura un acuerdo pero realmente se rechaza lo planteado.

Merece la pena ilustrar el amaño ministerial con tres acuerdos, fruto de propuestas de ASFASPRO, que han terminado en saco roto:

-       Retribuciones del personal en reserva de los 63 años a los 65 años: el borrador de la modificación reglamentaria calza la pata de una mesa del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas con la anuencia del propio Ministro de Defensa.

-       Abono en su totalidad de la indemnización por residencia durante el tiempo de disfrute de la reducción de jornada por motivos de conciliación de la vida personal, familiar y profesional: aunque la propia Directora General de Personal afirmó en el Pleno que esta indemnización no está sometida a reducción, semanas después se desdijo negándose a los abonos indebidos correspondientes.

-       Devolución de la ayuda económica del ISFAS para adquisición de vivienda (el premio gordo): se acuerda la posibilidad de devolver esta ayuda con los intereses legales correspondientes y a las pocas semanas se comunica a las asociaciones que la Asesoría Jurídica General informa negativamente el acuerdo y que debe plantearse con la reforma global sobre la movilidad.

¿Tan difícil resulta estudiar las propuestas antes de su debate y acuerdo?, ¿qué pueden hacer las asociaciones profesionales en el Consejo de Personal con este panorama? ¿Ser la comparsa? No gracias, esto no es serio.