ULTIMAS NOTICIAS

Artículo publicado en "ElMundo.es" el 19/10/2012

La llamada telefónica "siempre es lo mejor del día". Lo es para el militar que está cumpliendo una misión en el exterior y lo es para su familia, que aguarda un ring a miles de kilómetros. Mil soldados de la Brigada de Infantería Ligera (Brilat) asumirán a partir de la próxima semana la misión española en Afganistán. Serán el contingente que permanezca en zona más tiempo, seis meses, y el que asuma el reto de empezar el repliegue de la Fuerza española del país asiático. Pero, sobre todo, será medio año en el que los desplegados y los que le esperan en casa exprimirán hasta el último segundo los 15 minutos de teléfono y 30 de Internet que tienen asignados cada día.

El coronel Fernando González García-Valerio estará a cargo del contingente, será el jefe de todos ellos y, al mismo tiempo, seguirá siendo el marido, el padre de una hija de 22 años y gemelos de 17 que cada día, o cuando las responsabilidades se lo permitan, esperará el momento de establecer ese contacto. Le servirá para transmitir a los suyos "un mensaje de tranquilidad", y, ante todo, "soy yo el que demanda más información, el que quiero hablar con todos".

Ese contacto telefónico y electrónico es pieza clave en el kit de supervivencia de soldados y familias durante los seis meses de misión.

A los soldados les permite desconectar de la tensión a la que están sometidos en días de "trabajo intenso" y a los familiares escuchar la voz de quien durante ese tiempo suele constituir la mayor fuente de preocupación, y más en días en los que algún incidente ocurrido en el país los sitúan en foco de interés de los medios de comunicación.

Para el coronel García-Valerio, en el caso de los soldados ese kit de supervivencia tiene su pieza clave en la preparación de las Fuerzas Armadas españolas y, en particular, de los seis últimos meses de "instrucción intensa".

Le permiten irse a zona de operaciones "con absolutamente buenas vibraciones" porque lleva un contingente preparado "en un grado que militarmente definimos como óptimo" y que "tiene un buen equilibrio entre la experiencia" del 35% de la Fuerza que ya ha estado en Afganistán y "la ilusión que tiene la gente nueva".

En el caso de los familiares, el kit tiene tres elementos básicos: "saber que vamos a estar en contacto con ellos" (la ansiada llamada), "estar arropados por sus familiares y amigos" y "el lazo entre las familias militares de la misma unidad porque todas viven lo mismo" y se comprenden mutuamente.

"Es más duro para las familias que para nosotros", señala desde el acuartelamiento de Cabo Noval (Siero-Asturias) en el que está concentrado parte del contingente en estos días. En la misma conversación reconoce que la misión "será dura", no sólo "por el riesgo que entraña, que no tenemos por qué negarlo", sino porque "tiene esa parte de separación de la familia".

Embarazo desde la distancia

Esa debilidad que puede generar en determinados momentos estar a miles de kilómetros de casa se suple "con compañerismo". El cabo Benito López Yerpes lo sabe bien. Es su segunda misión en Afganistán y en la anterior ya descubrió que sus compañeros son "como otra familia, tienes a la tuya x kilómetros y luego a la de aquí".

A esta segunda incursión en suelo afgano va "con más tranquilidad y ánimo porque sé lo que me voy a encontrar", pero con mayor peso por lo que deja en España. Ahora está casado y su mujer está embarazada.

Vivirá la gestación desde la distancia y cuando llegue el fin del despliegue tendrá aún más ganas de regresar que sus compañeros, pues "dará a luz en mayo", al poco tiempo de su regreso.

Esta separación del núcleo familiar no la vivirá de forma tan intensa la sargento Natalia Cereijo Torres. Es su primera misión y la ve "como algo más duro para mi familia que para mí", en especial para sus padres que "lo llevan un poco peor".

Ella la ve como una misión que "a nivel profesional me va a aportar mucho" y tiene el apoyo de que su marido, con el que se casó hace apenas dos meses, también es militar y se desplaza a Afganistán en este relevo. Eso sí, estarán separados, ella en la base de la Fuerza Española en Qala i Naw y él en un puesto de combate avanzado, y desconoce "cuánto nos podremos ver". Los dos se llevan el ordenador "para estar conectados".

El capitán José Alberto Sánchez Romero tampoco se olvidará del ordenador en su petate. Será su tercera misión exterior y la ansía porque "a nivel profesional es una oportunidad única, en territorio nacional siempre te estás preparando y allí puedes ponerlo en práctica", pero "es la primera misión" para su pareja.

Uvas congeladas y Navidad bajo cero

Mientras comparten un café en el cuartel de Cabo Noval, el soldado Miguel Ángel Sanmiguel Martín y el capitán Romero trasladan a sus compañeros cómo será uno de los momentos que se espera más intenso en la misión, pasar la Navidad y el Año Nuevo fuera de casa. Ambos tienen experiencia, lo vivieron en la misión de la Brilat 2010-2011.

Al soldado Miguel Ángel Sanmiguel Martín la Navidad de 2010 "no se me va a olvidar en la vida". En Nochebuena recibió por sorpresa un álbum de fotos de sus amigos con una frase personalizada de cada uno al que "di un valor especial" y en Nochevieja tomó uvas congeladas en un puesto de combate avanzado. En Afganistán el invierno deja varios grados bajo cero, en especial en la provincia de Badghis en la que está desplegada España, y la nieve es un fenómeno meteorológico diario.

El capitán Romero tuvo aquella Navidad dos experiencias muy diferentes. Vivió la Nochebuena en un puesto de combate avanzado en el que el ingenio les permitió simular lo máximo posible el elemento más característico de estas fechas en su casa, la gastronomía: Un comandante médico del destacamento que cocina muy bien preparó una caldereta de bacalao".

Notas de cariño en forma de paquete

No tener regalos debajo del árbol será otra de las vivencias que afrontan, pero lo suplirán con los paquetes que pueden enviarles desde España y que llegan a Afganistán una vez a la semana. "Yo siempre le pido embutidos y cuando llega el paquete de casa se le da mucho valor", explica el soldado Sanmiguel.

"A veces se juntan los de todos los compañeros y se hace una pinchada", relata el cabo Yerpes y confiesa que en muchas ocasiones tan especial es el jamón ibérico que puedan enviarle (imposible de conseguir en un país musulmán como el que tienen de destino) como una "pequeña nota" que le cuelen dentro. El soldado Sanmiguel confiesa que "echo mucho más en falta a la gente cuando recibo un regalo, está bien saber que te tienen en la mente porque con todo el mundo no puedes hablar a diario".

Un artefacto explosivo improvisado ha explotado al paso de un vehículo español RG-31 que realizaba una patrulla de reconocimiento en Afganistán, sin que se hayan producido víctimas, ha informado el Ministerio de Defensa.

En un comunicado, este departamento ha explicado que el suceso ha ocurrido a primera hora de este jueves durante la realización de una patrulla de reconocimiento y enlace en el valle de Moqur, desde el puesto avanzado de combate Ricketts a la localidad de Firuzai.

El vehículo de cabeza de la columna de la Task Force '12 Para', un vehículo RG-31 compuesto por personal español, ha activado un IED (siglas en inglés de artefacto explosivo improvisado). Defensa ha informado de que no se han producido bajas entre el personal español, aunque el vehículo ha quedado inoperativo.

Por otro lado, Defensa ha informado de que al menos dos insurgentes han muerto durante una operación militar "de gran entidad" llevada a cabo por las tropas españolas desplegadas en Afganistán en colaboración con el ejército afgano contra un centenar de insurgentes en Mamandzai, una de las poblaciones más conflictivas del área de responsabilidad española en la provincia de Badghis.

Fuente: ElMundo.es

Como consecuencia de los enfrentamientos que se han producido durante la 'operación Villares', que comenzó el pasado martes 2 de octubre y que se extendió hasta el miércoles día 3, los insurgentes han sufrido dos bajas confirmadas, otras dos sin confirmar y dos heridos.

Por su parte, las fuerzas afganas y españolas que han participado en la operación no han tenido que lamentar ninguna baja, según estas mismas fuentes. Además, se ha procedido a la incautación de un fusil de asalto AK47 con lanzagrandas y gran cantidad de material de combate.

La operación se enmarca en la estrategia que desde el verano se viene desarrollando para mantener la libertad de movimientos y la seguridad de las poblaciones.

En las últimas semanas, los insurgentes estaban llevando a cabo acciones tendentes a dificultar la realización de obras de mejora en la ruta Lithium, la principal vía comercial de la provincia de Badghis, la zona de responsabilidad española, y que se considera de gran importancia para "lograr la articulación del territorio e incrementar la seguridad en la zona".

La intervención se ha realizado sobre la población de Mamandzai, una de las más conflictivas de la provincia de Badghis y que es además cabecera del valle de Gardak, corredor natural hacia el paso fronterizo de Turusej con Turkemistán y "santuario de las fuerzas insurgentes", según Defensa.

Por parte española han participado en este despliegue dos compañías de paracaidistas de la Bandera 'Ortiz de Zárate', que también ha aportado el puesto de mando avanzado, y que han estado apoyadas por una unidad de reconocimiento, otra de ingenieros, un equipo de designación de objetivos del Ejército del Aire y otro de "mentores", que asesoran al Ejército afgano, compuesto por infantes de Marina, militares del Ejército de Tierra y guardias civiles.

El Ejército afgano, por su parte, dirigido en la operación por el general Dawood, jefe de la III Brigada del Cuerpo de Ejército 207, ha organizado elementos de apoyo de combate, como limpieza de rutas, desactivación de explosivos, ingenieros y unidades de artillería, todo ello asesorado por mentores españoles.

En esta operación, por primera vez el Ejército afgano ha llevado a cabo su propio planteamiento, supervisado por militares españoles, y según Defensa "se ha comprobado la capacidad de los batallones de ese país, conducidos por el puesto de mando de la brigada".

Diecinueve militares pertenecientes a la Brigada de Infantería Ligera 'Canarias' XVI, a la Jefatura de Tropas de Montaña y a la Brigada de Infantería Ligera 'Rey Alfonso XIII' de la Legión han sido reconocidos por el Ministerio de Defensa por sus acciones en Afganistán, en las que desplegaron, respectivamente, en las ASPFOR (el nombre de las Fuerzas españolas en Afganistán) XXVIII, XXIX y XXX.

Uno de ellos recibirá la Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo, que se otorga, según el Reglamento general de recompensas militares, a los militares "que pongan de manifiesto dotes significadas de mando, serenidad o iniciativa frente a fuerzas hostiles o que traten de impedir el cumplimiento de la misión encomendada". Es uno de las mayores reconocimientos que se concede en la actualidad por acciones en operaciones.

El ministro Morenés también ha firmado la concesión de tres cruces con distintivo amarillo, concedidas "por acciones, hechos o servicios que entrañen grave riesgo y en los casos de lesiones graves o fallecimiento, como consecuencia de actos de servicio, siempre que impliquen una conducta meritoria". Además, seis militares recibirán la cruz al Mérito Militar con distintivo azul y nueve serán citados como distinguidos en la Orden General.

Defensa informa que estos militares sufrieron "acciones de hostigamiento o ataques con IED´s (artefactos explosivos improvisados, por sus siglas en inglés) por parte de la insurgencia, demostrando en todo momento su valor militar y espíritu de sacrificio" y señala que "varios militares españoles que resultaron heridos supieron mantener la serenidad requerida para no entorpecer la respuesta de sus compañeros en esos momentos críticos".


Fuente: Atenea Digital.es

"No, aún no he recibido el paquete. ¿Cuándo lo mandaste?", se oye que dice un militar que habla por uno de los teléfonos. Es difícil tener intimidad si no se conversa en susurros. Algunos soldados se amorran al auricular, dando la espalda al exterior, como si estuvieran abrazando a una novia y como si eso les pudiera conferir un poco de privacidad.

En la tienda casi siempre hay alguien, o al menos siempre que la actividad laboral del campamento permite tomarse unos minutos para llamar y en España no es una hora intempestiva. Entre Afganistán y España hay dos horas y media de diferencia horaria en verano, tres y media en invierno.

Todos los soldados mueven la cabeza de un lado para otro cuando se les pregunta si ellos explican a sus familias qué pasa aquí, en Afganistán. "No, no, yo no explico nada", es la respuesta más repetida. Y además, ¿qué explicar?

En la mayoría de bases militares españolas en Afganistán hay carteles en los locutorios que indican que hay que andarse con cuidado con qué se cuenta por teléfono. El enemigo puede estar escuchando, tener pinchadas las líneas telefónicas. La advertencia ya intimida.

En la mayoría de bases españolas, unos carteles indican que hay que andarse con cuidado con qué se cuenta por teléfono

"Desde el 13 de junio tengo un hijo en Moqur. Es muy joven, tiene 26 años. Me gustaría saber un poco más cómo están ellos allí, porque la verdad es que cuentan muy poco, por no decir nada, y a mí me preocupa saber cómo es su día a día, cómo están. Por eso, al saber que tú has estado allí, me gustaría, si es posible, que me pudieses contar algo". La madre de un militar, claramente angustiada, me escribía esta semana un mensaje por Facebook. No ha sido la única.

"Estoy aterrada. Nos casamos en junio y mi marido se va a Afganistán en dos meses. Me muero de miedo sólo de pensar que le pueda ocurrir algo. Por las noches lloro en silencio. No lo puedo evitar, no encuentro alivio. ¿Es todo tan horrible y peligroso como me imagino?", me preguntaba la esposa de un oficial, en este caso por correo electrónico.

"Mi pareja está en Afganistán, y de alguna manera se hace más ameno teniendo noticias cada día", era lo que la mujer de otro militar difundía por Twitter, haciendo alusión a mis crónicas. "Tengo un cuñado ahí. Gracias a tu reportaje hemos podido hacernos una idea de dónde está metido", afirmaba otra lectora.

Con los artículos que he publicado en las ediciones digital e impresa de El Mundo durante las últimas dos semanas, he intentado reflejar la vida y trabajo de las tropas españolas en Afganistán, y la situación en la provincia de Badghis, sin entrar a valorar la conveniencia o no de la misión española en este país.

Empotramiento 'real'

He estado en las bases militares de Qala-e-now y Herat, en los puestos avanzados de combate de Moqur, Ludina y Darr-e-bum, y la base de patrullas de la denominada carretera de la Luz. En ningún momento se me ha puesto ninguna restricción informativa más allá de la necesaria para garantizar la seguridad del contingente.

He podido moverme con total libertad, y hablar y entrevistar a quien he querido. Nadie ha supervisado mis escritos, ni mis fotos, ni mis imágenes de video. Ha sido un "empotramiento" real, como se dice en la jerga periodística. He acompañado a las unidades militares allá donde han ido, sin una agenda de visita predeterminada.

"¿Es todo tan horrible y peligroso como me imagino?", pregunta la esposa de un oficial

Quisiera agradecer al Ministerio de Defensa haberme dado la oportunidad de acompañar a las tropas españolas en Afganistán, por primera vez sin cortapisas. Especialmente, gracias a su director de Comunicación, Joaquín Madina, por su profesionalidad y confianza. Y al responsable del contingente español en Badghis, el coronel Luis Cebrián.

Mi trabajo sobre el terreno ha sido posible gracias a la inmejorable ayuda de los responsables de información pública, el comandante José Luis Cristóbal y el subteniente Juan Flores, y del jefe del puesto avanzado de combate de Moqur, el capitán Pablo Torres, que se ha desvivido por facilitarme información.

También reconocer el apoyo del comandante Alberto Fajardo, en Moqur; el teniente Pedro José Ruíz, en Ludina; y el teniente Flores y el sargento primero Del Campo, en la inhóspita base de patrullas de la ruta de la Luz.

Destacar especialmente al sargento primero Marcos Cuesta, por cuidar de mi seguridad en las patrullas por Darr-e-bum, y al brigada José Manuel Escudero, por estar pendiente de que no me faltara nada. Gracias también al comandante Jacinto Chozas y al sargento primero Pablo Lampkin, que se han encargado de las tediosas gestiones burocráticas de todo "empotramiento"; y al coronel Carlos de Palma, responsable de la base de Herat, por su apoyo.

Por último, mi más sincero agradecimiento a la Brigada Paracaidista, en especial las 12 y 11 compañías, por permitirme acompañarla y contestar con naturalidad a todas mis preguntas. Asimismo, a los lectores y lectoras que han seguido mis crónicas durante todos estos días o me han enviado mensajes.

"¡Por supuesto que la gente en Canadá sabe perfectamente quién es el gobernador del distrito de Panjwai! ¿Cómo no lo va a saber? ¡Nuestros soldados están Panjwai! El gobernador aparece cada dos por tres en la prensa", me contestó un periodista canadiense cuando en abril de 2011 acompañé durante dos semanas a las tropas de ese país en la provincia de Kandahar, sorprendido de que yo le planteara que la opinión pública en España no sabe quién es el gobernador de la provincia de Badghis, donde el grueso del contingente español está destinado, ni tan siquiera pueda reconocer su fotografía.

La misión española en Afganistán ha sido una gran desconocida durante todos estos años. Sólo ha aparecido en la prensa cuando un militar ha resultado herido o muerto, o cuando el ministro o ministra de Defensa ha viajado a Afganistán por unas horas con un séquito de periodistas. Muy pocas veces se ha explicado cómo los soldados viven, cuál es su rutina diaria. A veces no disponer de información puede ser peor que tenerla.

Fuente: ElMundo.es

HERAT, 2 Sep. (de la enviada especial de EUROPA PRESS, Laura Caldito) -

Italia acaba de concluir su repliegue de la provincia afgana de Badghis, donde desde ahora las tropas españolas serán las únicas en apoyar a las Fuerzas de Seguridad de este país en su lucha contra la insurgencia y por llevar la seguridad a la provincia más pobre de Afganistán.

Los últimos de los 400 militares italianos que ocupaban el puesto avanzado de Bala-Murghab, en el norte de la provincia, llegaron este sábado a Herat, desde donde continuarán su retirada hasta su país. Desde hace semanas, han recorrido Badghis en convoyes escoltados por tropas españolas hasta Qala-i-Naw, donde se encuentra el grueso del contingente español.

Con su retirada, el Ejército afgano ha pasado a ocupar el puesto avanzado de combate que estaba en manos de los italianos, en Bala-Murghab, en el distrito de mayor actividad insurgente y talibán de toda la provincia. De hecho, Murghab es el único en el que todavía no se ha iniciado la transición prevista por la OTAN y el Gobierno del país para que sus fuerzas de seguridad asuman el control de su territorio.

El pasado mes de mayo, el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, anunció los territorios que debían comenzar la tercera fase de transición, entre los que se encontraban tres distritos de Badghis: Qadis, Jawand y Muqur. De esta forma, sólo Murghab quedaba al margen del proceso para una siguiente fase, por considerarse que no cumplía las condiciones necesarias para comenzar la transición.

Sin embargo, Italia ya ha sacado todas sus tropas de esta provincia y ha traspasado ya toda la responsabilidad al Batallón afgano al que ha estado formando y que deberá enfrentarse por sí solo a la insurgencia en el "gran feudo talibán" instalado en la zona.

Aunque oficialmente mandos militares españoles aseguran que la retirada española no ha supuesto una "sorpresa", porque ya se conocía, ni supondrá un cambio en la misión de las tropas españolas, también se reconoce que las condiciones para esta retirada no son perfectas.

SIN ACABAR SU PARTE DE LA 'RUTA LITHIUM'

Además, las tropas italianas se marchan sin cumplir su compromiso de apoyar la construcción del tramo de la ruta Lithium que, financiada con fondos españoles, quiere unir Qala-i-Naw con Bala-Murghab. Inicialmente, se preveía que las tropas españolas e italianas se encontraran a medio camino, en Mangan, apoyando las tareas de gravelado de la carretera.

Sin embargo, mientras las tropas españolas confían en concluir su tramo a finales de octubre, tras el parón esperado del mes del Ramadán, las obras desde la zona norte prácticamente no han avanzado. A partir de ahora, será el Ejército afgano quien deberá asumir las tareas de protección de los trabajadores que están construyendo la vía.

Estas tareas suponen un importante esfuerzo de protección y de seguridad, ya que la ruta Lithium es un objetivo de la insurgencia, que siembra de artefactos explosivos improvisados (IEDs) su recorrido, dificultando el tránsito y las obras de construcción.

A partir de ahora, las tropas españolas serán las únicas que patrullen Badghis y apoyen a las fuerzas de seguridad afganas en una presencia que cuanto más al norte se expanda más oposición encuentra por parte de los insurgentes. En esta última semana, tropas españolas han llevado a cabo una importante operación en la que resultó herido un paracaidista español y en la que acabaron con al menos 13 insurgentes.

España se retiró hace unos meses del puesto avanzado de combate que tenía en Darre i Bum, al norte del que mantiene en Muqur, a lo largo de la carretera Ring Road, pero continúa con patrullas hasta la zona, en las que siempre va junto al ejército afgano.

En cualquier caso, el repliegue italiano está sirviendo de 'ensayo' para el que comenzarán próximamente las tropas españolas, una vez vayan entregando la responsabilidad sobre la seguridad al Ejército y la Policía afganas.

Por el momento, el próximo relevo del contingente español, que llevará a Afganistán a la BRILAT, ya no cumplirá funciones de instrucción y formación de militares y policías afganos, sino que dará "un paso más" y se centrará en tareas de asesoramiento al Ejército y la Policía.

QALA-I-NAW, 29 Ago. (De la enviada especial de EUROPA PRESS, Laura Caldito) -

Un militar español ha resultado herido este miércoles en las piernas durante un enfrentamiento de varias horas con insurgentes al norte del puesto avanzado de combate de Ludina, en la provincia afgana de Badghis. La respuesta de las tropas españolas, que han contado con apoyo aéreo de la OTAN, ha acabado con cinco insurgentes muertos y ha dejado tres heridos, a los que hay que sumar otros ocho muertos en otro combate en Moqur, en el que los militares españoles han auxiliado a militares afganos, también con ayuda de helicópteros de ataque.

Según han informado fuentes militares en la base española de Qala-i-Naw, donde está el grueso del contingente español, el convoy militar en el que se encontraba el caballero legionario paracaidista herido "sorprendió" a la insurgencia en una operación de reconocimiento que comenzó la pasada madrugada, y en la que han permanecido cerca de 12 horas recibiendo disparos de manera interrumpida, hasta su regreso a Ludina.

El paracaidista, de 27 años y cuyas iniciales son J.F.F, fue evacuado por medios aéreos a la base de Qala-i-Naw, donde ha sido intervenido quirúrgicamente y estabilizado, antes de ser trasladado al hospital ROLE 2 español en Herat. El militar se encuentra fuera de peligro y ya ha podido hablar con su familia. Se está valorando la posibilidad de repatriarlo a España.

El convoy militar, formado por la 13ª Compañía de la III Bandera de la Brigada Paracaidista, reforzada con la unidad de mando de esta Bandera, salió a las 4.00 horas (hora local, 1.30 horas en España) de Ludina para una operación de reconocimiento de la zona norte de Ludina, con el objetivo de asegurar el territorio para el reinicio de las obras de construcción de la ruta Lithium que se construye con fondos españoles, después del parón con motivo del mes del Ramadán.

El fuerte despliegue militar español sorprendió a la insurgencia presente en esa zona, que a las 5.00 horas comenzó los primeros ataques a los vehículos con disparos aislados que no frenaron el avance de la caravana militar, que continuó su operación hacia al norte.

Ya a las 10.30 horas, cuando parte de la Compañía se encontraba realizando una patrulla a pie, el paracaidista fue alcanzado por disparos en las piernas, en un nuevo ataque. Los militares españoles respondieron con el armamento pesado de los vehículos blindados, con disparos de los militares que patrullaban a pie y con disparos de mortero, mientras pudo completarse la evacuación del compañero herido.

El resto de la unidad continuó el combate con los insurgentes, para el que recibió apoyo aéreo de la OTAN, que mató en ese lugar a un insurgente y dejó a otros tres heridos. El convoy inició después el regreso al puesto avanzado de combate y durante el trayecto continuaron recibiendo disparos, a los que se siguió respondiendo con el armamento de la unidad y con los medios áereos, dejando a otros cuatro insurgentes muertos. Finalmente, el convoy pudo llegar a Ludina alrededor de las 16.00 horas.

OTRO ATAQUE CERCA DE MOQUR

Mientras tanto, militares del otro puesto avanzado de combate español, en Moqur, tuvieron que acudir también esta mañana en apoyo a militares afganos de un puesto de observación situado en la Ruta Opal, que sufrieron un ataque a primera hora por parte de insurgentes que se sirvieron de ametralladoras, fusiles y granadas.

Una unidad de reacción rápida salió de la base 'Rickets' para ayudar a los militares afganos, mientras que se solicitaba apoyo aéreo que ha sido dirigido desde este puesto avanzado de combate.  Los insurgentes han huido inmediatamente de la zona en cuanto han llegado los helicópteros de ataque.

Un militar del Ejército afgano ha muerto y otro ha sufrido heridas y ha sido atendido por la célula de estabilización situada en la base española de Moqur.  Además, han muerto al menos ocho insurgentes.

HOSTIGAMIENTOS FRECUENTES A LAS TROPAS

Las patrullas que realizan los militares de los dos puestos avanzados de combate españoles reciben hostigamientos frecuentes. Normalmente son disparos efectuados desde la distancia, debido a la superioridad de medios militares de las tropas internacionales, por parte de los insurgentes, que huyen en cuanto se responde con armamento pesado.

El objetivo de estas patrullas, en las que siempre van acompañados de militares del Ejército afgano, es extender la presencia de las fuerzas de seguridad en la provincia de Badghis. Además, garantizan la protección a las tareas de construcción de la ruta Lithium.

   En la actualidad, España mantiene desplegados en Afganistán alrededor de 1.500 militares de los que unos 1.200 se encuentran en la provincia de Badghis. El trigésimo primero contingente español -ASPFOR XXXI-- está formado principalmente por miembros de la Brigada Paracaidista (BRIPAC) Almogávares VI del Ejército de Tierra, que finalizarán su despliegue el próximo mes de noviembre.

QALA-I-NAW (AFGANISTÁN), 24 Ago. (EUROPA PRESS, Laura Caldito) -

 Las tropas españolas desplegadas en la provincia de Badghis han sufrido en poco más de 24 horas cinco ataques frustrados que no han dejado heridos ni importantes daños materiales, pero que ponen de manifiesto la situación de riesgo a la que se enfrentan los militares que participan en la operación de la OTAN. Uno de los ataques tenía como objetivo el convoy en el que viajaba el jefe del contingente español, el coronel Luis Cebrián Carbonell.

Según ha explicado el jefe de la Plana Mayor del contingente, teniente coronel Vicente Torres, a un pequeño grupo de medios españoles desplazados a Afganistán, entre los que se encuentra Europa Press, la caravana en la que viajaba el coronel Cebrián se vio sorprendida por la explosión de un artefacto explosivo improvisado (IED) que no provocó daños a los militares.

El artefacto estalló cuando la columna de vehículos militares atravesaba el conflictivo cruce de Sabzak, entre la provincia de Badghis y la provincia de Herat, en la tarde de ayer. El propio coronel ha explicado a los periodistas que desde el vehículo en que viajaba no llegó a escuchar la deflagración, que se le comunicó por radio, y ha apuntado que este tipo de situaciones se viven ya con "naturalidad".

BOMBA TRAMPA Y HOSTIGAMIENTO

Este incidente no es el único que han vivido las tropas españolas en las últimas 24 horas, ya que en la jornada de este viernes se han detectado otros dos IED en las proximidades del puesto avanzado de combate en Moqur, que no han llegado a estallar, y una patrulla formada por militares de este puesto ha sufrido un hostigamiento en las proximidades de Darra i Bum (una localidad situada más al norte), que se ha prolongado durante entre dos y tres horas.

El hostigamiento a la patrulla se ha producido esta mañana, en una zona situada al norte de Moqur, cuando los militares circulaban por la Ring Road, una carretera en construcción que pretende atravesar el conflictivo valle del Murghab, la zona de Badghis con mayor actividad insurgente.

Los militares españoles se encontraban cerca de Darra-i-Bum, donde antes tenían un puesto avanzado de combate del que ya se ha hecho cargo el Ejército afgano, cuando detectaron lo que parecía ser un artefacto explosivo improvisado, que resultó ser una "trampa". Una vez detenidos, comenzó un hostigamiento al que los militares respondieron y que derivó en un enfrentamiento durante entre dos y tres horas, del que no hubo que lamentar heridos.

Además, mientras el teniente coronel Torres explicaba a los periodistas la situación de la misión y los retos que se plantean en los próximos meses, artificieros trabajaban en la desactivación de dos IEDs localizados en las proximidades de Moqur, nuevamente en la 'Ring Road'.

Hace justo una semana un convoy de militares españoles que apoyaban a los militares italianos en su repliegue se vio detenido en dos ocasiones por sendos artefactos explosivos, que estallaron, sin causar heridos, con solo unas horas y unos kilómetros de diferencia, a lo largo de la Ruta Lithium, la otra carretera que atraviesa la provincia.

El incremento de la actividad insurgente que suele producirse en los meses de verano, ya que las duras condiciones del invierno limitan los movimientos, en estos últimos días se achaca también en parte al fin del Ramadán, que suele coincidir con un mayor número de ataques.

FUEGO EN EL BAZAR

Además, a los incidentes de las últimas 24 horas se suma una intervención de urgencia realizada la pasada madrugada, después de que se solicitara ayuda al contingente español para apagar un fuego que se había declarado en el bazar de Qala-i-Naw y que fue sofocado por personal de la base Ruy González de Clavijo. "Aquí no se para", ha afirmado el coronel Cebrián.

Los habitantes de Qala-i-Naw recurren con frecuencia a la ayuda de los militares españoles, que, al margen de las actividades que desarrolla la Agencia Española de Cooperación al Desarrollo (AECID), también contribuyen a la mejora de sus condiciones a través de programas de impacto rápido, con los que también generan confianza en los afganos y se ganan su simpatía.

En el marco de estos esfuerzos se encuentra también la organización de un mercadillo todos los viernes en la base española, para el que están autorizados a vender sus productos de artesanía local --principalmente alfombras y bisutería-- entre 50 y 60 vendedores, que tienen en los militares a sus clientes.

Entre los compradores de hoy se encontraban algunos militares que volverán a España la próxima semana, principalmente del Cuerpo Médico, y que están dando el relevo a los que acaban de llegar este viernes. También podían verse uniformes italianos y estadounidenses, ya que en estos momentos se encuentran en la base española unos cien militares de estos países, de paso por la zona.

Mientras, entre los vendedores abundaban los hombres, aunque el primer puesto estaba ocupado por dos mujeres que se habían retirado el burka y ofrecían pulseras y collares a rostro descubierto, junto a dos niños pequeños con el pelo teñido de henna.

EL PEQUEÑO QUE CHAPURREA ESPAÑOL Y QUIERE SER TRADUCTOR

Entre los más jóvenes estaba también Asibala, un muchacho de 14 años que chapurrea español gracias a sus conversaciones con los militares, se queja de que no le dejan entrar en la cantina y se ha marcado como objetivo ser traductor "de grande". De momento, ya se hace entender y ha hecho de anfitrión con algunos periodistas para que se animaran a comprar. "Yo no vendedor, yo acompañante", decía.

Mientras tanto, por la zona se movían guardias civiles armados, los encargados de garantizar la protección de la base y controlar el acceso de afganos a las instalaciones militares, a los que tienen registrados con perfiles biométricos.

En la actualidad, España mantiene desplegados en Afganistán alrededor de 1.500 militares de los que unos 1.200 se encuentran en la provincia de Badghis. El trigésimo primero contingente español -ASPFOR XXI-- está formado principalmente por miembros de la Brigada Paracaidista (BRIPAC) Almogávares VI del Ejército de Tierra, que finalizarán su despliegue el próximo mes de noviembre.

22/08/2012 (ElMundo.es)

Un sargento primero de la Guardia Civil destinado en la misión de Afganistán ha presentado ante el Juzgado Togado Militar Territorial de Madrid una denuncia contra sus mandos por ordenar prácticas que supondrían la vulneración de los protocolos y medidas de seguridad fijados por la OTAN y el Ejército español.

Según han informado sus representantes legales, el sargento primero, P.L.O, miembro del CRAEX, cuerpo de elite de la Guardia Civil, ha interpuesto la denuncia penal contra los mandos responsables de los equipos desplegados por la Guardia Civil en Afganistán.

El denunciante estuvo destinado como jefe de seguridad en el contingente de asesores policiales desplegados por España bajo el paraguas de la Gendarmería Europea (EUROGENDFOR), que tiene como misión la formación de la futura Policía Afgana de Fronteras del aeropuerto de Herat.

Criterios de seguridad

Según informa el abogado Antonio Suárez Valdés, letrado de la acusación particular en el procedimiento, la denuncia afirma que los criterios de seguridad se habrían relajado y el capitán de la unidad habría supuestamente ordenado la utilización reiterada de vehículos sin el blindaje necesario para la realización de trayectos fuera de los acuartelamientos y el empleo de vehículos lince sin dotación de ametralladoras pesadas.

Asimismo habría ordenado desplazamientos sin el armamento suficiente para el transporte de personas, por zonas hostiles como la Ring Road y por áreas que no habían sido previamente limpiadas y peinadas por los equipos de seguridad, con el consiguiente riesgo para los miembros de la misión.

Según se pone de manifiesto en la denuncia, las irregularidades fueron reiteradamente avisadas por el sargento primero ante el propio oficial denunciado, quien propuso el cese en su destino en Afganistán del sargento primero, el cual ha sido finalmente repatriado a España, cuando todavía le restaban cinco meses y medio de misión en territorio afgano.

La acusación particular entiende que el capitán de la Guardia Civil Jefe de la unidad habría cometido un presunto delito de extralimitación en el ejercicio del mando, al poner en serio peligro la vida de sus hombres y otro de deslealtad al haber informado a sus superiores, de manera fraudulenta, la pérdida de confianza en su jefe de seguridad.

El 25 de agosto de 2010 un terrorista talibán asesinó a dos miembros de la Guardia Civil destacados en dicho país con la función de formar a policías y tropas afganas.

Foto (Efe)

21/08/2012 (ElConfidencialDigital)

Los militares españoles, como sus socios extranjeros en la misión de la OTAN en Afganistán, se encuentran actualmente en alerta ante el aumento de atentados por parte de infiltrados entre las tropas afganas. La ISAF ha dado orden de mantener cargadas y listas las armas de fuego cuando hay militares y policías afganos cerca de ellos.

Siete muertos en una semana. Todos estadounidenses. Es el balance de militares asesinados la pasada semana por infiltrados de la insurgencia entre las filas del Ejército y la Policía afgana. Unos datos que han precipitado nuevas órdenes de seguridad de la ISAF para sus aliados.

Según ha podido confirmar El Confidencial Digital de fuentes militares, los soldados españoles desplegados en la provincia de Qala e Naw –tanto los destinados a la capital como los que operan en alguno de los puestos avanzados- han recibido la orden de mantener sus armas cargadas y listas cuando se encuentren en presencia de efectivos de los cuerpos de seguridad afganos.

Tal y como precisan estas fuentes, hasta ahora no era obligatorio –en ocasiones, incluso “desaconsejable”- llevar las armas preparadas salvo cuando se encontrasen de patrulla o en tareas de guardia de bases, edificios y acuartelamientos.

Las nuevas órdenes afectan también a los mandos españoles de la misión, que deberán llevar cargadas sus pistolas, según la información recabada por ECD.

Hasta el momento –desde enero de 2012- ya han sido 39 los militares asesinados por infiltrados de la insurgencia entre sus ‘compañeros’ afganos. La pasada semana, como admitió el Pentágono, se produjeron cinco de estos ataques.

España ya conoce de cerca esta amenaza y sus consecuencias. Hace ahora dos años, en agosto de 2010, dos Guardias Civiles y un traductor de nacionalidad española fueron asesinados en Qala e Naw por un chofer infiltrado por los talibanes locales.

“Orden de neutralización inmediata”

A principios de 2012, el recién ‘aterrizado’ Pedro Morenés trasmitió –información publicada por ECD- su preocupación al Jefe del Estado Mayor de la Defensa por la infiltración de la insurgencia y los peligros que ello conllevaba para los militares españoles.

Lo hizo después de que se produjese una crisis en Francia tras conocer su opinión pública el asesinato en Afganistán de cuatro de sus soldados por este método. Un incidente que generó un debate en el país galo sobre la permanencia de sus tropas en el país asiático.

El Jemad, tal y como contó ECD, trasmitió al ministro que se estaba entrenan a los militares españoles en técnicas de autoprotección, y se había ordenado la “neutralización inmediata en caso de una amenaza manifiesta”.

MADRID, 18 Ago. (EUROPA PRESS) -

Las tropas españolas desplegadas en Afganistán recibirán en los próximos meses nuevos morteros más precisos, rápidos y potentes para la protección de las posiciones españolas y los convoyes.

Según ha informado el Ejército de Tierra en su página web, ya han llegado cuatro de los seis morteros adquiridos por las Fuerzas Armadas, que serán embarcados en vehículos de alta movilidad táctica (VAMTAC), para su próximo despliegue en Afganistán.

De hecho, ya se han impartido los primeros cursos de formación para su manejo, a los que han asistido cerca de 60 militares. Además, han sido instruidos como operadores miembros de la Brigada de Infantería Ligera 'Galicia VII', con sede en Pontevedra, que serán los próximos en desplegarse en Afganistán.

La BRILAT relevará a la Brigada de Infantería Ligera Paracaidista (BRIPAC), que se desplegó el pasado mes de junio y que forma en la actualidad el grueso del contingente español en Afganistán.

"INCREMENTAR LA SEGURIDAD DE LAS TROPAS"

Según indica el Ejército de Tierra, el objetivo de esta adquisición era "incrementar la seguridad de las tropas españolas". En concreto, "contribuirán a aumentar la protección de la Fuerza, dando apoyo de fuego rápido y eficaz a las posiciones españolas y a los convoyes".

Sus características, según Tierra, lo convierten en "uno de los sistemas de armamento más modernos y avanzados del panorama armamentístico mundial" y supone "un salto cualitativo en cuanto a evolución tecnológica y técnica" para el Ejército.

El nuevo mortero tarda menos de dos minutos en hacer fuego tras una rápida y sencilla entrada en posición, con un margen de error en el tiro de unos 20 metros, "mucho menor que los morteros actualmente en dotación".

Además, es el primero que puede ser embarcado en un vehículo de alta movilidad táctica, ya que los anteriores sólo podían hacerlo en plataformas más pesadas. A pesar de ser vehículos ligeros, los VAMTAC que porten estos morteros llevarán un blindaje antiminas "similar" al de los RG31 y los Lince.    

12 DISPAROS POR MINUTO A HASTA CASI 7 KM

El arma del sistema es el mortero CARDOM de 81 mm y permite una cadencia de 12 disparos por minuto. La velocidad máxima que alcanza el proyectil es de 330 metros por segundo y el alcance de las granadas es de 6.900 metros.

Según explica el Ejército, tras un proyecto de tres años, ya se han recibido los cuatro primeros morteros, que superaron las pruebas de validación en el mes de mayo, en el campo de maniobras y tiro 'El Teleno', en León. Otros dos, que serán próximamente entregados, hicieron lo propio en el Centro de Adiestramiento 'San Gregorio', en Zaragoza, en el mes de junio. Aunque su destino es Afganistán, es "posible" que alguno de los seis morteros permaneza en España para tareas de instrucción del personal.

Cookies
Este sitio web utiliza Cookies propias y de terceros para recopilar información con la finalidad de mejorar nuestros servicios. El usuario tiene la posibilidad de configurar su navegador pudiendo, si así lo desea, impedir que sean instaladas en su disco duro, aunque deberá tener en cuenta que dicha acción podrá ocasionar dificultades de navegación de la página web.