Las asociaciones critican que sus reclamaciones y peticiones no han sido escuchadas en el Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas (Coperfas) y cargan contra el pacto PP-PSOE para sacar adelante estas normas “sin cambiar nada de lo anterior”. Tal y como asegura Bravo, la Ley Disciplinaria ha seguido su curso con la aprobación del dictamen de la Comisión de Defensa del Senado y “no ha cambiado nada. Sólo se han añadido dos pequeñas enmiendas y no se ha tocado prácticamente la Ley”. Según confirma, “no hemos tenido más contacto con el Ministerio” desde el último pleno del Coperfas.

Es lo que asegura, además de Bravo, el presidente de la Asociación Profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas (Asfaspro), Higinio Fernández, quien destaca “el disgusto real” entre los militares. Su asociación aún no ha decidido si participará en la protesta, aunque afirmó que “no lo descartamos” porque con reformas como la de la Carrera Militar “volvemos al punto de partida; no hay avances”.

Desde AUME aseguran que esperan concretar más sobre la protesta esta misma semana, en la que mantendrán encuentros con las diferentes asociaciones y formalizar así la movilización.

En lo que se refiere a la Ley de Carrera Militar, AUME mantiene que no da respuesta a las quejas y que deja en un “limbo” a los efectivos de tropa y marinería. Hace hincapié en “los contratos basura” en este escalón y de “inexistencia de una carrera profesional para una gran parte de militares”. “No cambia nada de la anterior ley”, aseguran, y matizan que únicamente añade cuestiones como ascensos honoríficos, el pase a la reserva y la protección de los discapacitados, olvidándose de la promoción, el cambio de escala o el régimen de ascensos.

Sobre la Ley de Régimen Disciplinario, consideran que, “generará más problemas” y mermará derechos, ya que ataca el asociacionismo profesional y el derecho de reunión y manifestación de los militares. Su conclusión es que el futuro al que se enfrentan los militares es “incierto y muy negativo”. Aquí, hablan de un “régimen disciplinario sancionador de épocas pasadas” o de “privaciones de libertad por simples faltas administrativas sin intervención judicial, que nos convierte en delincuentes de cara a la sociedad”.

En resumen, consideran que la reforma “perjudica gravemente las expectativas mínimas de la profesión y confiere un nuevo estatus al militar de degradación de su carrera profesional y de su persona”.