En el auto se hace referencia a varios presuntos sucesos que tuvieron lugar durante el periodo señalado. Según la sargento, el capitán la acusó de ser "una inútil", de no tener "ni puta idea" y de no saber hacer su trabajo, tras lo cual la amenazó varias veces con arrestarla o incluso fusilarla.

   La sargento también asegura que el capitán llegó a decirle en una ocasión que era "una miserable" y que suponía "un lastre" para la Batería, por lo que la instó a "largarse a otro país donde no hubiera extradición".

   Sobre la baja que pidió la sargento tras sufrir el ataque de ansiedad, la afectada afirma que el capitán le dijo que "dejara de fingir" y de "inventarse una lesión", por lo que "dejara de echarle cara".

POSIBLE ABUSO DE AUTORIDAD

   Según el auto, los hechos relatados pueden ser constitutivos de un "delito de abuso de autoridad", previsto y penado en el artículo 106 del Código Penal Militar, según el cual "el superior que tratare a un inferior de manera degradante o inhumana será castigado con la pena de tres meses y un día a cinco años de prisión".

   Al ser consultado sobre uno de los incidentes denunciados, el capitán alega que la sargento "constantemente se equivoca y es muy indecisa a la hora de tomar decisiones", si bien el auto considera que esta reprobación sobre las aptitudes profesionales de su subordinada resulta "incompatible" con el hecho de que el capitán en ningún momento sancionó disciplinariamente a la sargento en el periodo en el que estuvo bajo sus órdenes.

   De este modo, el Juzgado Togado Territorial número 51 de Santa Cruz de Tenerife decreta en su auto libertad provisional para el capitán así como su procesamiento por un delito de abuso de autoridad.