El hecho más destacable del contingente saliente ha sido la capacidad de innovar en las operaciones de las tropas españolas, introduciendo nuevos medios, como son el mortero embarcado, los vehículos 'Husky' o el vehículo aéreo no tripulado ‘Scan Eagle' y aplicando una nueva visión de las operaciones ofensivas.

Durante estas operaciones las fuerzas españolas han sufrido directamente la explosión de dos artefactos explosivos improvisados (IED), uno de ellos causó la muerte del sargento de zapadores David Fernández Ureña mientras neutralizaba el artefacto y el otro inutilizó un vehículo RG-31, del que sus ocupantes salieron ilesos.

También han sufrido dos ataques de los denominados “Green on Blue”, en el que un militar afgano hirió levemente a un teniente, además de varios ataques con armas ligeras (lanzagranadas y fusiles) contra unidades españolas.

En total, se han realizado un total de 43 operaciones principales, siempre acompañando al Ejército Nacional Afgano (ANA).

Las más destacadas fueron las operaciones ‘Milán’, ‘Bold’ y ‘Grey Beret’ desarrolladas en apoyo a las fuerzas del ANA, zanjadas con bajas de insurgentes y diverso material incautado, la última fue la primera operación aeromóvil, con cerco y batida, culminando con la limpieza de la localidad de Chacablé, santuario insurgente en la zona SE de Muqur.

También se introdujo un nuevo modelo de operación consistente en proporcionar al Ejército afgano sólo las capacidades que éste todavía carece.

Entre los hechos más relevantes desarrollados por este contingente, destaca el repliegue y cesión de los puestos avanzados (COP) de Ludina y Moqur y la realización de cuatro convoyes de repliegue entre Qala-i-Now y Herat. En total se replegaron 55 vehículos tácticos y 79 contenedores.

Además, se han llevado a cabo 45 operaciones “on ground”, con la intención de detectar necesidades de la población civil.

En total se finalizaron 79 proyectos de impacto rápido, dirigidas a mejorar las condiciones de vida de los afganos, integrándose en ellos efectivos del ANA.

En definitiva, como prometió el jefe del contingente de la ASPFOR XXXII coronel Fernando García González-Valerio, al jefe de la Fuerza Terrestre, teniente general José Ignacio Medina Cebrián: “no dude mi general, que volveremos con la misión cumplida” y así ha sido.