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El pasado lunes 5 de octubre en el programa “Herrera en COPE” un periodista presentó una crónica sobre la gestión de la pandemia. Cada uno es muy libre de tener sus opiniones y de manifestarlas allá donde le den cancha, faltaría más. Pero es aconsejable hacerlo sin faltar al respeto a los demás lanzando afirmaciones gratuitas que pueden ser ofensivas. Nuestro protagonista –seguramente de manera inconsciente se atrevió a declarar públicamente a través de las ondas, en un alarde de prejuicio e ignorancia, que los militares están ociosos en los cuarteles1. Le faltó poco para llamarlos, llamarnos, vagos e inútiles, esto quedaba entre líneas.

El que se puedan producir situaciones como esta, y que ninguno de los contertulios objete al comentario, es el resultado de la desaparición de la milicia de la vida normal. Solo han quedado los tópicos. Desde la suspensión de la mili, o de la prestación del servicio militar obligatorio (seguramente habrá a quien aquel vocablo coloquial no le diga nada) los militares han desaparecido de las conversaciones familiares, y de paso han desaparecido también los uniformes de las calles de nuestros pueblos y ciudades. Desde hace décadas los militares no van de uniforme desde su domicilio hasta su lugar de trabajo (a esto también ayudaron los atentados terroristas, cierto), como siguen yendo en otros países de la OTAN. En otros países se puede uno cruzar con militares en uniforme de campaña que vuelven a casa en el ferrocarril de cercanías, como en Alemania. O patrullando armados en el metro de París, o patrullando en la operación Strade Sicure en las ciudades italianas desde el 2008. Los ciudadanos de estos países respetan y estiman a sus militares. En España….

los militares “están ociosos en los cuarteles”. Eso dicen.

El portavoz de Defensa del Grupo Parlamentario Popular en el Senado, Rodrigo Mediavilla, junto al resto de senadores populares de la Comisión del ramo, ha pedido al Gobierno, a través de una moción registrada en la Cámara para su debate y votación en la Comisión de Defensa, “que se apruebe, con cargo a los Presupuestos Generales del Estado, una bonificación extraordinaria e integral de las cotizaciones a la Seguridad Social y las aportaciones a los sistemas de previsión; así como una exención completa del IRPF en los salarios percibidos durante la Operación Balmis, para todos los miembros de las Fuerzas Armadas que hayan participado en la misma”.

La iniciativa de los populares, tal y como ha explicado Mediavilla, recalca la “complicada situación” en la que la pandemia del COVID-19 ha puesto a la sociedad española y que “ha provocado también numerosas actuaciones ejemplares en el desempeño de las responsabilidades. Uno de los colectivos que más ha trabajado para combatir el virus, en la primera línea de batalla, han sido nuestros hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas dentro de la Operación Balmis”.

Estos días los medios de comunicación se han hecho eco de los datos oficiales de la incidencia de la pandemia en sanitarios, guardias civiles y policías, incluso del número de test practicados a estos colectivos. Es posible saber cómo el virus ha afectado y, por tanto, valorar si los procedimientos y las medidas de protección han sido adecuados y, aún más importante, si son mejorables.

Por el contrario, de los militares -especialmente los que han estado o están en primera línea- se desconocen los datos: fallecidos, infectados, aislados, test realizados. El Ministerio de Defensa no los facilita y tampoco da razón para ello. Tan solo el 2 de abril el JEMAD en su comparecencia diaria admitió que había 230 infectados y 3194 aislados, sin especificar nada más.

El coronavirus ha afectado a todos los órdenes de la vida, también al cultural. Con el fin de evitar los problemas de diversa índole que afectan a los investigadores interesados en presentar sus obras al Premio In Memoriam Mª Manuela (Mané) González-Quirós, el patrocinador ha modificado el plazo de entrega de los originales, ampliándolo hasta el 31 de agosto.

Aquellos compañeros que venían preparando un texto pueden aprovechar estos meses para finalizarlo sin presiones. Ánimo, y a continuar escribiendo la historia de los suboficiales.

La asociación sin ánimo de lucro EMDR-España ha puesto en marcha un programa gratuito de intervención en trauma agudo como un modo de apoyar ante los efectos psicológicos de la pandemia del COVID-19 en aquellas personas que puedan verse emocionalmente afectadas.

No es un programa de intervención en crisis (para eso ya están los programas de los COP, la Cruz Roja y diversas organizaciones). Es una intervención específica sobre trauma agudo debido al COVID-19. Su objetivo fundamental es prevenir la aparición del TEPT (Trastorno de Estrés Postraumático) en las personas que están interviniendo con afectados por esta pandemia o aquellos que están sufriendo sus consecuencias más graves: enfermedad en su forma más severa y pérdidas. 

Geolocalización mediante el móvil:
 
- Aplicación informática para el apoyo en la gestión de la crisis sanitaria, que no sustituirá en ningún caso la consulta con un profesional médico
debidamente cualificado.
 
- Análisis de la movilidad de las personas en los días previos y durante el confinamiento.

La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha hecho llegar al Presidente de la Asociación Profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas (ASFASPRO) la siguiente Carta de Agradecimiento. Palabras que nos ruega traslademos a todos nuestros socios y resto de compañeros.

 

CARTA Ministra ASFASPRO 1CARTA Ministra ASFASPRO 2

…A las Fuerzas Armadas y a la Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que ahora percibimos como un escudo insustituible y no como un gasto superfluo”.

Presidente del Gobierno. Palacio de la Moncloa, 21 de marzo de 2020.

 

Parece que este maldito virus no solo nos trae muerte, dolor y miseria, sino que saca a relucir en nuestros más altos gobernantes percepciones asentadas en un atrasado resentimiento hacia las Fuerzas Armadas absolutamente ayuno de razón.

Resentimiento desenterrado e impropio de cualquier democracia avanzada, que pone en duda la profesionalidad de unos y en peligro la seguridad de todos. Esa seguridad que sólo se percibe cuando no se posee, de forma similar a la libertad deambulatoria, que es realmente apreciada cuando queda restringida a la terraza de casa.

La Operación Balmis amplia su dispositivo hasta los 3.111 militares de la UME, del Ejército de Tierra y de la Armada Española que están colaborando en trabajos de desinfección, reconocimiento y vigilancia en 203 localidades.

 

ACCIONES LLEVADAS A CABO POR LAS FUERZAS ARMADAS

Entre otras las Fuerzas Armadas están llevando a cabo las siguientes labores:

  • Labores de desinfección en residencias de mayores.
  • Desinfección de aeropuertos y puntos críticos.
  • Traslado de pacientes entre centros hospitalarios de Madrid.
  • Transporte de comida del Banco de Alimentos.
  • Aportación, asesoramiento técnico para el montaje y material (camas o módulos de duchas y aseos) para campamentos para personas sin hogar o el hospital levantado en IFEMA.
  • Hospital de campaña de la UME contra el coronavirus en Barcelona.
  • Transporte de diverso material de desinfección a Canarias.
  • Realización de patrullas mixtas con la Guardia Civil.
  • El Centro Militar de Farmacia de la Defensa ayuda con la fabricación de productos y medicamentos.
  • Apoyará a la Guardia Civil en la vigilancia del perímetro fronterizo de Melilla.

 El Jefe del Estado Mayor de la Defensa, general del Aire Miguel Angel Villaroya, ha confirmado que están desplegados los siguientes efectivos:

Dada la premura y la situación excepcional de la declaración del estado de alarma, el Real Decreto no deja claro algunos aspectos en cuanto a la “suspensión de plazos que dispone”, con lo cual es muy posible que, en los próximos días, sigan publicándose nuevas normas que añadan o amplíen lo dicho en el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo1. En lo que se refiere a lo principal que pudiera afectar al personal militar de las Fuerzas Armadas, en síntesis:

 

Suspensión de plazos procesales

Se suspenden los términos e igualmente se suspenden e interrumpen los plazos procesales en todos los órdenes jurisdiccionales, incluida la contenciosa administrativa y la contenciosa disciplinaria.

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