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“La crisis económica sufrida por nuestro país en los últimos años junto con una política de personal fracasada ha sumido a la profesión militar en la marginación social y retributiva.” Estas palabras las expresamos ya en el manifiesto que en febrero del 2019 presentamos al comunicar que habíamos solicitado un pleno extraordinario del Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas para tratar de conseguir el reconocimiento retributivo de la profesión militar.

“La crisis económica sufrida por nuestro país en los últimos años junto con una política de personal fracasada ha sumido a la profesión militar en la marginación social y retributiva.” Estas palabras las expresamos ya en el manifiesto que en febrero del 2019 presentamos al comunicar que habíamos solicitado un pleno extraordinario del Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas para tratar de conseguir el reconocimiento retributivo de la profesión militar. Ha pasado más de un año y no seguimos igual, estamos peor. La crisis del COVID-19 ha permitido que los ciudadanos comprueben directamente que las Fuerzas Armadas constituimos el último recurso ante situaciones de riesgo, trabajando codo con codo junto a otros profesionales de otros gremios. Ahora una crisis económica se suma a la sanitaria, y en esta nueva normalidad observamos de nuevo que hay dinero para todos excepto para los militares.

Tras constatar la inacción del Ministerio de Defensa ante el desfase crónico de las retribuciones de las Fuerzas Armadas, las asociaciones profesionales mueven ficha y obligan al Ministerio a tratar el problema.

La grave situación actual de las nóminas de los hombres y mujeres de nuestras Fuerzas Armadas es un hecho objetivo reconocido por todas las instituciones y organismos que han prestado una mínima atención a las retribuciones militares en los últimos años. No es una novedad.

La Ministra de Defensa ha presidido este jueves el acto de cierre de la Operación Balmis y, una vez más, solo ha habido palabras de agradecimiento hacia los militares tras una operación que ha conllevado el despliegue de cerca de 189.000 militares en más de 20.000 intervenciones en 98 días.
 
La ministra ha subrayado que este acto ha pretendido “dar las gracias infinitas” a los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas, pero de los agradecimientos no comen las familias de los militares ni se paga el alquiler.

ASFASPRO, AUME, ATME y UMT presentan queja al Defensor del Pueblo para instar al Gobierno a ejecutar la actualización de las paupérrimas retribuciones de los miembros de las Fuerzas Armadas, dignificándolos, en consonancia por lo señalado por los grupos parlamentarios en el Congreso.

El personal militar está harto de que su trabajo y profesionalidad, que conllevan grandes sacrificios personales y familiares, junto a una disponibilidad permanente para el servicio, no tengan un reflejo justo en sus retribuciones. Las asociaciones profesionales, que los representan, se sienten ninguneadas y engañadas desde la propia cúpula ministerial.

La Asociación Profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas ha presentado una propuesta al Consejo de Personal para que los oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas puedan ascender a guardia o policía rasos.

La Ley 8/2006, de 24 de abril, de Tropa y Marinería reserva para este colectivo entre un 40% y 50% de las plazas en la Escala de Cabos y Guardias y un máximo del 20% de las plazas en la Escala Básica de la Policía Nacional. La propuesta de ASFASPRO pide que se amplíe el cupo a oficiales y suboficiales.

Esta propuesta supondría acceder a una categoría laboral inferior para los suboficiales y oficiales de las Fuerzas Armadas pero, sin embargo, el ingreso en estos cuerpos se convierte en una salida profesional muy adecuada para los mismos tras el último incremento salarial alcanzado por la Guardia Civil y la Policía Nacional.

La Asociación Profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas, ASFASPRO, observa con estupefacción cómo se dispara la brecha retributiva que los separa de las FCSE, tras el anuncio del ministro Marlaska.

 

La Asociación Profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas denuncia el doble rasero con que se trata al personal que ha dedicado sus esfuerzos a solucionar la crisis sanitaria provocada por el COVID-191.

El presidente del Gobierno y algunos de sus ministros han afirmado que “nadie va a quedar tirado” o “nadie va a quedar atrás” tras esta crisis. Se acaba de aprobar 247 millones de euros para mejorar las nóminas de las FCSE, se trata del tercer aumento que reciben con el que verán aumentadas sus retribuciones en un 20% cumpliendo el acuerdo de 2018. Mientras tanto los militares siguen mal pagados, olvidados, ninguneados e ignorados por el Ministerio de Defensa y por el propio Gobierno de la Nación y sólo se les dedican muchas palabras de agradecimiento.

Durante más de cuatro horas la Ministra de Defensa, Margarita Robles, compareció ante la Comisión de Defensa para explicar las líneas generales de la política que seguirá en la presente legislatura.
 
El problema de las retribuciones no apareció entre esas líneas, ninguna mención, a pesar de que varios grupos parlamentarios preguntaron por el asunto. 

Definitivamente, el personal militar debería explorar otras opciones para su futuro laboral, especialmente si se preocupa por su familia. Si al finalizar el franquismo un militar cobraba un tercio menos de sueldo que cualquier empleado civil en un puesto de nivel equivalente, no se puede decir que la democracia le haya tratado mejor, y dentro de este colectivo los suboficiales nos llevamos la peor parte.

No vamos a repetir lo que ya ha sido dicho por activa y por pasiva, por militares y no militares: la situación de nuestras retribuciones es grave. Desde que así fuera reconocido por la Comisión de Defensa del Congreso ha habido gobiernos de dos partidos diferentes y siguen sin mover ficha. Lo preocupante es que ni aparece en el programa electoral del partido en el gobierno, que sin embargo indica muy claramente que va a volver a subir las retribuciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, quienes ya han recibido dos subidas y les queda una tercera con la que todo el mundo está de acuerdo. Nos alegramos por ellos, pero es que antes de iniciarse el proceso ya llevaban una gran ventaja en retribuciones a las Fuerzas Armadas y la diferencia actual es abismal. Para los militares ni agua.

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